Tremendo susto del director de un colegio en Virginia Occidental: abre un contenedor y sale un oso de su interior
El director de un colegio en Virginia Occidental, EEUU, se ha llevado un susto de muerte cuando iba a abrir un contenedor y salía un oso de su interior
Aterrorizado, salió corriendo con todas sus fuerzas para escapar del animal: "Simplemente no esperas que salga nada tan grande de ahí"
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El director de un colegio de Virginia Occidental, en Estados Unidos, ha sido víctima de un auténtico susto de muerte después de que una acción tan cotidiana como abrir un contenedor se convirtiese inesperadamente en una huida desesperada al ver cómo, de repente, un gran oso salía de él. La imagen, como la de un agente de Policía que recientemente ha salvado su vida de milagro, –también en Virginia, EEUU, aunque por causas diferentes–, se ha convertido rápidamente en viral.
Todo sucedió cuando, durante una tranquila mañana, el pasado lunes, James Marsh, el director de la Escuela de Primaria Zela, en Summersville, se disponía a abrir ese contenedor situado en las inmediaciones del centro educativo.
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Fue entonces cuando, ante la mirada de una compañera que fue testigo de los hechos al abrir justo en ese instante una puerta que había junto a él, el oso hizo acto de presencia tan pronto como el director se acercó al lugar que se había convertido momentáneamente en su morada.
“Simplemente no esperas que salga nada tan grande de ahí”, relata Marsh en declaraciones recogidas por WSAZ, en las que explica que el animal dejó además un rugido de lo más “intimidante”.
El director del colegio salió corriendo tras verse repentinamente delante de un oso
El suceso fue captado por una cámara de seguridad de las inmediaciones, en las que se aprecia la cara de terror del director, que tras asimilar que verdaderamente estaba frente a frente con el mamífero, echó a correr con todas sus fuerzas mientras su compañera, también aterrorizada, cerraba la puerta que acaba de abrir para huir del animal.
Afortunadamente, el oso también salió corriendo del lugar, y en dirección opuesta, perdiéndose entre los árboles, por lo que todo acabó sin ninguna incidencia.
“Creo que los dos estábamos igualmente sorprendidos”, señala, bromeando con que, si bien le gustan estos animales, “cuando estás tan cerca no parecen tan amigables”.
Según ha explicado, precisamente habían asegurado ese contenedor para que los osos no se metieran en su interior después de que ya lo hubiesen hecho con anterioridad. La diferencia es que en la última ocasión no tuvieron que verse con uno de ellos frente a frente.