Oleada de pleitos colectivos en EEUU contra las redes sociales: denuncian daños psicológicos a niños y adolescentes

La adicción a las redes sociales está causando graves problemas psicológicos a niños y adolescentes en todo el mundo. Una situación que ha desencadenado una ola de pleitos colectivos en Estados Unidos. Entre los demandantes, familias y varias escuelas que responsabilizan a las redes de impedir al profesorado educar correctamente.

El caso de una niña, que a los 11 años se suicidó después de que su adicción a las redes le provocase insomnio y depresión es solo el trágico final de uno de los cientos de casos de anorexia, bulimia, ansiedad... en Estados Unidos que se incluyen en las demandas colectivas contra las apps. 

Expertos analizan el recorrido de las demandas contra las redes sociales

Desde el distrito norte de California hasta las escuelas de Seattle, de Nueva Jersey, Florida o Pensilvania. Todas acusan a las empresas de causar a los jóvenes graves daños emocionales. ¿Pero tendrán algún recorrido?

"No parece sencillo que estas demandas en concreto puedan prosperar. Por un lado, en Estados Unidos tienen igual que Europa el principio de exención de responsabilidad por los contenido que intercambian los usuarios en las plataformas", señala Pablo Berenguer, socio del área de litigación y tecnología de Bird&Bird.

Acogiéndose a una norma de 1996 que ha llevado a los tribunales a parar varios procesos, pero los demandantes van más allá porque aseguran que, al igual que las máquinas tragaperras o los opiáceos, las redes se diseñan para enganchar a los usuarios.

 “Lo más difícil es hacer la prueba para poder demostrar que el impacto de la red social causa ese desorden mental, esos trastornos de ansiedad, trastornos alimenticios, suicidios”, Natalia Martos, directora general de Legal Army.

Pero pueden ser una llamada de atención: “A priori lo que se está haciendo es mucho ruido, es algo que va generar un movimiento social, que finalmente pueda hacer reaccionar a las redes sociales, a obligarlas a ser más transparentes”.

Las tecnológicas dicen que trabajan con expertos, legisladores y familias en más herramientas de control.