Los príncipes de Gales, Guillermo y Kate Middleton, viajaron este viernes a la localidad de Aberfan, en Gales, para rendir homenaje a las víctimas mortales que causó un corrimiento de tierras en una mina de carbón en octubre de 1966. Por otra parte, el pasado febrero, la duquesa de Cambridge demostró sus dotes físicas arrastrando dos pesados neumáticos con la ayuda de un arnés.
Tras recorrer un jardín conmemorativo, situado en el lugar donde una escuela fue alcanzada por la avalancha, el matrimonio se detuvo para saludar a los ciudadanos. Fue entonces cuando Daniel, un bebé de 12 meses, cogió el bolso de las manos de Middleton con el claro objeto de no soltarlo. Todos los presentes, incluida la futura reina británica, se echaron a reír.
Lucy Williams, la madre del pequeño, intentó quitárselo pero no tuvo éxito. De hecho, Daniel comenzó a llorar. La princesa dejó que el niño siguiera jugando con su complemento mientras saludaba al resto de los habitantes. En declaraciones a 'ITV News', la progenitora señaló que Kate le hizo sentir bien cuando podría haber resultado un momento algo incómodo.
Todo sea dicho de paso, el bolso que lucía Middleton está valorado en casi 800 euros.