Si algo está claro es que las buenas acciones acaban siendo recompensadas de una manera o de otra, así como le pasó a Taskin Dastan, un botones que trabajó en el lujoso Hotel Korur De Lux en Turquía desde su apertura en 1990, y que fue recompensado con la mitad del patrimonio de un cliente habitual. Un turista británico que frecuentaba el hotel, incluyó a Dastan en su testamento ya que ambos se trataban como si fueran familia y como acto de agradecimiento a todos los años de servicio. Los demás trabajadores también recibieron otras cantidades de dinero por parte del cliente. Una pareja catalana dejó más de 7 millones de euros al hospital y residencia del pueblo donde crecieron.
Charles George Courtney era un huésped frecuente del hotel que tenía una muy buena relación con el botones Dastan, quien no esperaba, por muy buena que fuera la relación entre ellos, que el hombre le dejara la mayor parte de su patrimonio en su testamento. Los medios turcos revelaron recientemente que Courtney, quien murió el 15 de julio, a la edad de 87 años, entregó "algo de dinero" a los trabajadores turcos de un hotel en el distrito Kuşadası de la provincia occidental de Aydın. El personal del hotel, hablando con periodistas turcos, admitió que "se les transmitió dinero", pero se negaron a expresar las cantidades.
Dastan admitió quedarse asombrado al recibir una llamada de las autoridades del Reino Unido informándole que había sido nombrado heredero, pues admitió que Charles ya le había dado dinero en el pasado para cubrir la educación de sus hijos, pero nunca imaginó ese detalle. El difunto también dejó otras cantidades, más modestas, al resto de empleados del hotel. "El personal del hotel lo amaba mucho. Lo llamarían 'Padrino'. El hotel era como un segundo hogar para él", señaló Aplin. "A veces iba tres veces al año porque amaba el lugar y la gente", dijo el amigo de Courtney, Terry Aplin, de 87 años. La gerencia del hotel anunció que Courtney había hecho 52 vacaciones en el hotel en tres décadas y añadió que el difunto acudía cada año al hotel a pasar sus vacaciones de verano y siempre se alojaba en la habitación 401, que el personal apodó cariñosamente como "la habitación de Charlie".
"Nos trató como si fuéramos parte de su propia familia. Incluso contribuyó a la educación de mis hijos. No vino cuando se enfermó, pero seguíamos viéndonos", dijo el heredero a un periódico turco. A pesar de su nueva situación, Dastan anticipó entonces que planea seguir en su empleo, ya que "ama su trabajo" y le permite conocer personas de todo el mundo. "En el hotel tratamos a todos por igual, los tratamos como familia, no como turistas", aseguró Dastan. Cuando se le preguntó qué hará con el dinero, subrayó: "Lo usaré para la educación de mis hijos". "Lamento que haya muerto, pero a decir verdad, me sorprende haber heredado tal cantidad. No teníamos idea de que estábamos en la fila para conseguir algo", dijo al diario Hürriyet.
Aplin habló de la vida del difunto y de cómo la presencia de Dastan fue más relevante de lo que parece para él. "Lamentó mucho no tener hijos con su esposa Miriam, quien murió de cáncer hace 10 años después de 50 años de matrimonio", dijo. "Vio al botones como un hijo que nunca tuvo". También hizo hincapié en los momentos que compartieron juntos hasta fuera del hotel. "Era como un hijo. Daştan lo había invitado a cenar a su casa para conocer a su esposa e hijos".