Mathilde Caillard, la ‘tecnoactivista’ que protesta bailando contra la reforma de las pensiones en Francia

El nombre de Mathilde Caillard suena con fuerza en las protestas contra la reforma de las pensiones en Francia. Conocida ya como la ‘tecnoactivista’, su rostro y su figura se ha popularizado durante la gran crisis política que ha asolado al Gobierno de Emmanuel Macron por manifestarse a base de baile.

Sus pasos, sus eslóganes reivindicativos y sus bailes, de hecho, la han convertido en todo un fenómeno viral y todo un icono del descontento social en Francia.

A ritmo de música tecno, siempre con gafas negras y lanzando sus sonoras consignas, cada vez más personas se unen a su frenético ritmo.

Pensiones y clima, una misma lucha

Al grito de ‘pensiones y clima, una misma lucha’, sus reivindicaciones ya han dado la vuelta al mundo.

“Me llaman la tecnoactivista. Pues me parece fenomenal”, cuenta, entrevistada en Informativos Telecinco, dando la bienvenida al éxito que ha tenido con sus bailes en las redes sociales.

“Así hemos conseguido que se hable de la lucha contra la reforma de las pensiones y el clima”, sostiene.

No obstante, su lucha no ha empezado ahora. Hace ya tres años esta francesa de 29 años sacaba a las manifestaciones su danza de protesta.

Mathilde Caillard: bailar como forma de activismo

“El baile atrae a las personas de ideologías opuestas”, dice Mathilde, que ha mamado el activismo desde pequeña.

En ello continúa, ya sea entre los que marchan o en lo alto de un escenario con disc-jockey. Su mantra, 'sin pensionistas en un planeta quemado', ya se ha convertido en éxito musical del movimiento climático al que pertenece. Cuando empieza la música, Mathilde Caillard empieza su ‘guerra’.

Francia vive las últimas protestas a la espera de una decisión clave sobre la reforma

Este viernes Francia vive las últimas protestas antes de la decisión clave sobre la reforma de las pensiones. El Consejo Constitucional debe hacer pública su resolución sobre la polémica ley del Gobierno de Macron y los manifestantes siguen presionando hasta el final.

El Ejecutivo, a golpe de decreto, quiere que la edad de jubilación pase de 62 a 64 años para 2030, y adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años y no 42 para cobrar una pensión completa; algo que terminó de dinamitar la tensión y las protestas.

El miércoles el propio Emmanuel Macron aseguraba que, tras la decisión del Consejo Institucional, propondrá un "intercambio" con actores sociales para salir de la crisis política, pero al mismo tiempo subrayó que el país "debe seguir avanzando" pese a que los debates, como por ejemplo el cambio climático o el envejecimiento de la población, "sigan vivos". Mientras, el descontento social continúa.