Rusia investiga como un “atentado” la explosión que acabó con la vida del bloquero ultranacionalista Vladlen Tatarsky y dejó heridas a una treintena personas en una cafetería de San Petersburgo.
El conocido bloguero ruso, que abogaba por la desaparición de Ucrania y era ferviente defensor de la ofensiva contra los de Volodímir Zelenski, murió en el establecimiento, que era punto de reunión habitual de nacionalistas rusos y tiene vinculación con el grupo Wagner.
Al parecer, el artefacto explosivo estaba oculto en una estatuilla que había recibido como regalo y que, minutos antes de que estallase, sostenía sonriente mostrándosela a todos en el coloquio en el que participaba.
Las cámaras de seguridad exteriores captaron desde fuera el momento en el que explotaba, dejando la cafetería de San Petersburgo, ciudad natal de Vladímir Putin, completamente destruida.
Los allí presentes, participantes del acto de exaltación de la ofensiva contra Ucrania, salían del lugar como podían con visibles heridas, aturdidos ante lo ocurrido.
Tras los hechos, una mujer, identificada como Darya Trepova, ha sido detenida por su relación con el atentado, como lo califican las autoridades rusas. Medios rusos, de hecho, aseguran que ya había sido detenida en dos ocasiones durante las primeras protestas contra la guerra.
Según el Ministerio de Sanidad ruso, de las 30 personas heridas, 24 han sido hospitalizadas y 6 de ellas se encuentran graves.
Entre los heridos también está la periodista Tatiana Liubina y un miembro del Regimiento Inmortal, una organización que conmemora la victoria militar soviética en la Segunda Guerra Mundial, Sergei Chaulin.
Fuentes de las fuerzas de seguridad citadas por la agencia de noticias TASS han revelado que el explosivo utilizado tenía una potencia de unos 200 gramos de TNT y estaba compuesto también por metralla.
El bloquero ruso Vladlen Tatarsky, identificado como “corresponsal de guerra” por las autoridades rusas, se llama en realidad Maxim Fomin. Nacido en el Donbás, en el este de Ucrania, donde le califican de “propagandista”, se hizo conocido fundamentalmente a través de su canal en Telegram, donde contaba con más de 560.000 seguidores, y a sus vídeos.
En el momento de la explosión, participaba en un “evento creativo” en la cafetería cuando le fue entregada la estatuilla que escondía el explosivo.
Según medios rusos, una mujer llevó la bomba hasta el lugar donde se encontraba.