Porque hay disponibles unos 2.000 en toda Europa y por sus características ofensivas y defensivas, la llegada de los primeros dieciocho tanques modelo Leopard de Alemania a Ucrania puede suponer una mejor que buena noticia para la resistencia ucraniana frente a la ilegal guerra de Rusia.
En principio, en Berlín habían dicho que, en un primer momento y no tras pocos y fuertes vaivenes diplomáticos, enviarían catorce Leopard 2 A6. Sin embargo, el Ministerio de Defensa alemán, en manos del socialdemócrata Boris Pistorius, informada este lunes de que dieciocho de esos vehículos habían llegado ya a suelo ucraniano.
“Como prometimos, nuestros tanques llegaron puntuales a manos de nuestros amigos ucranianos. Estoy seguro de que podrán aportar una contribución decisiva en el frente”, explicaba Pistorius en el comunicado en el que se informaba de la llegada de los tanques alemanes. En el convoy de ayuda también hay munición, piezas de recambio, dos vehículos de ingenieros para el mantenimiento de los Leopard y 40 carros de combate de infantería modelo Marder.
La puntualidad alemana a la hora de hacer llegar los “Leopardos” a Ucrania ha sido, casi, como la de los británicos Challenger 2 MBT, que el lunes ya eran motivo de agradecimiento del ministro de Defensa de Ucrania, Oleksil Reznikov.
De hecho, el movimiento de Alemania de mandar finalmente sus Leopard se produce antes de que actúen otras naciones, como Polonia, que ha estado criticando a Berlín por demorarse a la hora de “liberar los Leopardos” con destino Ucrania.
Puede que al canciller Olaf Scholz le costara decidir a favor del envío de los “Leopards”, pero al final Alemania ha terminado contribuyendo con casi idéntica celeridad a la del Reino Unido, otro de los países que más se ha volcado en su ayuda a Ucrania. Eso sí, Polonia y Eslovaquia fueron los primeros en enviar tanques a Ucrania, siendo esos carros de combate sistemas de fabricación soviética.
“Durante mucho tiempo, el envío de tanques occidentales a Ucrania fue considerado como ‘una línea roja’. Pero esa línea roja terminó rompiéndose, entre otras cosas, también por lo mucho que lo pidió Ucrania. La decisión de Polonia y Eslovaquia ya demostró que mandar tanques a Ucrania no iba a desencadenar una guerra nuclear”, dice a NIUS Simon Schlegel, analista en Kiev del International Crisis Group, institución dedicada al estudio de las zonas de conflicto.
Alemania ha podido entregar más Leopard de lo previsto gracias a Suecia y Portugal, países con los que en Berlín se ha trabajado para formar un grupo de combate con esos dieciocho tanques. Desde ya, en Berlín dicen que el apoyo no se quedará ahí.
“A continuación se entregarán los Leopard 1 A5. Actualmente la industria alemana sigue poniéndolos a punto. Alemania, Dinamarca y los Países Bajos financian la puesta a punto de los tanques”, señalan en el Ministerio de Defensa de Alemania. “El objetivo es tener listos los primeros 25 tanques para el verano, unos 80 para finales de año y al menos 100 Leopard 1 A5 para 2024”, abundan en el ministerio de Pistorius.
En este envío de armas pesadas a Ucrania, que en el caso alemán ha estado precedido de la ayuda a Ucrania con, entre otras cosas, los sistemas de defensa antiaérea IRS T-SLM y Gepard o las piezas de artillería autopropulsadas Panzerhaubitze 2000, certifica el último vuelco que ha dado la política del canciller Olaf Scholz.
“Parece que el ministro de Defensa de Alemania y el canciller Scholz confían ahora en el papel de liderazgo del país en lo que respecta los tanques y en términos de apoyo a Ucrania. Alemania está ahora tomando decisiones rápidas”, señala a NIUS Rafael Loss, experto en cuestiones de Seguridad del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR, por sus siglas en inglés), un think tank europeísta.
Llegar a ese papel de liderazgo, para Alemania, no ha sido nada evidente. Observadores como Loss hablan de la mucha “frustración” generada por Berlín y la, ante todo, cauta actitud del canciller en lo que respecta al apoyo a Ucrania con los Leopard.
“En pocas semanas se han logrado compromiso de llegar a formar entre dos y cuatro batallones, y en ocho semanas desde que se anunció el envío de tanques, ya hay un número significativo de esos tanques en Ucrania”, según el experto del ECFR.
“Todo esto prueba que era algo equivocado argumentar que Alemania, por ejemplo, no podía enviar sus tanques porque había carestía de equipamiento para estos sistemas, o también se hablaba de la mucha formación que hacía falta para operar estos tanques o, por último, las preocupaciones sobre una eventual escalada del conflicto si se enviaban estos tanques”, abunda Loss.
La llegada a Ucrania de los “Leopardos” de Scholz, tanques de fabricación alemana que usan una docena de países de europeos, se produce en un momento en el que ya empiezan a verse en manos ucranianas otros carros de combate occidentales, en general más modernos y eficaces que los desplegados por Rusia en su ilegal guerra de agresión.
Según Loss, “la diferencia entre la tecnología militar que usa Ucrania y la que emplea Rusia no para de crecer”. Éste es un factor decisivo, aunque no el único, en conflictos bélicos.
La llega de los Leopard también es relevante porque, “habiendo tantos en Europa, eso significa que hay muchos instructores que pueden formar soldados en este tipo de tanques, además de que, potencialmente, se pueden adquirir rápidamente, algo que no ocurre, por ejemplo, con los Challenger británicos”, comenta por su parte Schlegel, el experto del ICG afincado en Kiev.
“Estos tanques occidentales pueden emplearse para romper las defensa rusas. Están hechos para penetrar en territorio enemigo, pues tienen un blindaje particularmente pesado, también pueden disparar a más distancia que los tanques rusos. Pero es un recurso del que los ucranianos disponen pocas unidades, tendrán que hacer un muy buen uso. Ahora los ucranianos tienen que demostrar que fue una buena idea mandar estos tanques.”, abunda Schlegel.
Los expertos consultados por NIUS dan a entender que, con la llegada de los Leopard, las fuerzas ucranianas van a poder plantearse contraofensivas para reconquistar territorio más temprano que tarde. Sobre todo, en vista de que la ofensiva rusa de las últimas semanas parece haber perdido empuje, como demuestra la resistencia ucraniana en la ciudad de Bajmut.
“Rusia tiene dificultades para realizar agrupaciones de tropas. Esto se debe al aumento de la capacidad de la artillería ucraniana. Los ucranianos pueden ahora disparar más lejos que los rusos. Además, pueden hacerlo con más precisión. Esto complica los rusos puedan reunir grandes números de tropas en un lugar concreto, algo necesario para un ataque poderoso”, señala Schlegel desde Kiev.
“A esto se suma que Rusia está recurriendo cada vez más a tanques más antiguos, y Ucrania cada vez los tiene más nuevos. Parece que la movilización rusa del pasado otoño ha dejado de tener efecto. Además, tienen dificultades con la munición de artillería”, agrega.
En suma, los hay, como Schlegel y Loss, que perciben motivos para pensar que hay cambio en la iniciativa en la guerra, algo que va en detrimento de Rusia y que favorece la lucha para liberar el territorio invadido.