AUKUS, ¿puerta abierta a la proliferación nuclear?
Estados Unidos, Reino Unido y Australia han formalizado su tiple alianza con un acuerdo de submarinos de propulsión nuclear
Sus mandatarios dicen que no tienen capacidad para albergar bombas atómicas, aunque necesitan uranio enriquecido como combustible
Esto crearía un precedente: ¿y si fuera Irán y no Australia quien recibiría uranio suficiente para 160 bombas nucleares?
Una vez trazado el pacto de seguridad entre Estados Unidos, Reino Unido y Australia dentro de su triple alianza -AUKUS- y de haberse confirmado que los últimos recibirán al menos tres submarinos de propulsión nuclear a partir de 2030 -la estimación es mayor-, los máximos mandatarios de los tres países se apresuraron esta semana a dejar claro que estos sumergibles no albergarán bombas atómicas. Sucedió en San Diego, durante la presentación en sociedad de su plan para tratar de frenar la expansión militar de China en el Indo-Pacífico, y donde Joe Biden, Rishi Sunak y Anthony Albanese aseguraron por activa y por pasiva que no incumplirán el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) ratificado por las tres naciones. A pesar de las intenciones, este acuerdo inquieta a muchos analistas que temen que sirva como peligroso precedente: aunque no se trate de submarinos con capacidad nuclear, sí necesita de uranio -altamente enriquecido, UME, o de bajo enriquecimiento, UPE- como combustible. La pregunta que se hacen es: ¿y si otros países menos fiables que Australia usan el mismo pretexto para tener acceso a este elemento químico y en lugar de usarlo como combustible lo acaben utilizando para otros fines?
Alan J. Kuperman es profesor asociado y coordinador del Proyecto de Prevención de la Proliferación Nuclear en la Escuela LBJ de Asuntos Públicos de la Universidad de Texas, en Austin. Se trata de una de las voces más activas que advierten de las graves consecuencias que el pacto de seguridad pueden tener en el futuro y está convencido de que el acuerdo invita a la proliferación de armas nucleares en el mundo.
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“El uranio para armamento es posiblemente la sustancia más peligrosa del planeta. Los terroristas podrían fabricar una bomba del tamaño de Hiroshima con sólo 45 kilos. Con métodos más avanzados, un país podría producir una explosión equivalente con sólo nueve kilos. Australia adquiriría hasta 4.500 kilos de esta sustancia en reactores para varios submarinos de propulsión nuclear”, afirma. “Los submarinos de Australia se abastecerían de combustible con toneladas de UME -una cantidad suficiente para cientos de armas nucleares-, sentando un precedente que fomentaría la proliferación nuclear”.
Arsenal de uranio altamente enriquecido
Tras el acuerdo entre las tres naciones, Australia se convertirá en el primer país sin armas nucleares en tener submarinos de propulsión nuclear y, según Kuperman, necesitaría contar con más UME del que tienen en sus arsenales la mayoría de los países con permiso para tener capacidad nuclear. Según el TNP, estos son EE.UU., Reino Unido, Francia, Rusia y China, quienes ya habían desarrollado tecnología atómica antes de la firma del tratado en 1968 y de su entrada en vigor en 1970.
Australia recibirá submarinos clase-Virginia, los cuales necesitan combustible UME que dura la vida útil de los sumergibles: 33 años. Mientras tanto, continuarán los trabajos de diseño y desarrollo de un submarino completamente nuevo, conocido como SSN-AUKUS, que EE.UU lleva ocho años desarrollando, y que tiene la oportunidad de usar UPE, una opción mucho más segura. La clave para evitar crear un precedente sería la de usar este tipo de uranio en los reactores de los navíos, ya que no está lo suficientemente enriquecido como para desarrollar bombas nucleares. China y Francia, por ejemplo, son dos de los países que usan este tipo de combustible. Según explica Kuperman, existen dos tipos de reactores que utilizan UPE: los pequeños, cuyo repostaje se puede realizar durante un mantenimiento rutinario, u otros más grandes, que no necesitarían repostar y el combustible dura la vida útil del sumergible -como el clase-Virginia-, con la diferencia del tipo de uranio que usan.
“Dado que el uranio altamente enriquecido es tan peligroso, EE.UU. lleva medio siglo esforzándose por eliminar su uso en todo el mundo, excepto en armas nucleares. Han reconvertido las instalaciones nacionales para que utilicen uranio poco enriquecido más seguro, y convenciendo después a otros países para que sigan su ejemplo. En todo el mundo, unos 71 reactores nucleares y todos los principales productores de isótopos médicos ya han cambiado al UPE. En 2018, EE.UU. también declaró que los reactores del Ejército utilizarían combustible UPE y en 2020 lo amplió a los reactores de la NASA. La única excepción estadounidense han sido los reactores de la Armada en submarinos y portaaviones, que siguen dependiendo del combustible UME. EE.UU. desestima las preocupaciones sobre la proliferación con el argumento de que ya tenían armas nucleares”, expone Kuperman.
¿Fin de la política de responsabilidad nuclear?
Si Australia acabara recibiendo uranio altamente enriquecido, estaría poniendo fin a una política de responsabilidad nuclear con la que ha liderado a otros países desde los años setenta. El profesor estadounidense cuenta que hace más de 50 años, los australianos ya usaban UPE en los isótopos médicos y que muchos otros países siguieron su ejemplo. En 2017, el Gobierno australiano se comprometió a “realizar todos los esfuerzos posibles para progresar en minimizar y eliminar el uso de UME en aplicaciones civiles”. Para Kuperman, si EE.UU. exporta uranio enriquecido a Australia, países como Irán tendrían argumentos de sobra para tener acceso a UME -exportado por Rusia-. “Irán ya ha dicho que quiere UME para su Armada nuclear en el futuro”, expresa el profesor. Si estadounidenses y australianos fomentaran esta práctica, ¿por qué no podrían hacer lo mismo rusos e iraníes?
Kuperman visitó Australia el año pasado para exponer su postura sobre el acuerdo de AUKUS en una conferencia organizada por Lowy Institute y dejó claro que cuando habló con oficiales estadounidenses sobre si se sentirían cómodos si Irán recibiera uranio altamente enriquecido con capacidad para desarrollar 160 armas nucleares, el “no” fue rotundo. “Dicen que no aprobarían para Australia algo que supusiera un riesgo si Irán lo tuviera”, señaló el profesor hace un año.
A día de hoy, el temor de los oficiales estadounidenses debería ser mayor si los submarinos clase-Virginia requieren UME. Además, un almirante australiano llegó a declarar recientemente que aceptarían “el reactor que nos den”, ante la pregunta de si tenían alguna preferencia sobre el tipo de combustible. Según Kuperman, “depende enteramente de Biden determinar si los submarinos AUKUS socavarán el régimen internacional de no proliferación utilizando innecesariamente toneladas de combustible de uranio apto para armamento, o si por el contrario reforzarán ese régimen cumpliendo la norma internacional contra el uranio altamente enriquecido. Una decisión equivocada sentaría un precedente que muchos países podrían aprovechar para producir uranio altamente enriquecido aparentemente para combustible de reactores, pero en realidad para armas nucleares. En ese caso, AUKUS crearía muchos más problemas de los que podría resolver”, sentencia.