La decisión de la BBC de suspender a Gary Lineker, presentador del programa de fútbol ‘Match of the Day’, Gary Lineker, por sus críticas a la política de inmigración del Gobierno, se ha vuelto en contra de la cadena pública británica. Otros compañeros y comentaristas del programa como los exfutbolistas como Ian Wright o Alan Shearer han decidido no acudir hoy al programa en solidaridad con Lineker. Consideran que es un golpe contra la libertad de expresión. La que iba a ser su sustituta, Kelly Somers, también se plantó.
El boicot no termina aquí. Los programas de televisión ‘Football Focus’ y ‘Final Score’ y el de radio ‘Fighting Talk’ tampoco se emitirán por la protesta de presentadores y productores. La Asociación de Futbolistas Profesionales, el sindicato inglés de futbolistas, ha dicho que apoyará a los jugadores de la Premier rechacen dar entrevistas a la BBC tras sus partidos pese a que, por contrato, están obligados. Doce clubes de la Premier ya han anunciado que sus entrenadores y jugadores no facilitarán entrevistas a la BBC. Y una petición de internet que pide la reincorporación de Lineker a su puesto de trabajo ha logrado 100.000 firmas en solo 10 horas.
El germen de este pequeño cataclismo reposa en la presentación el martes en el parlamento por parte de la ministra de interior, Suella Braverman, de una propuesta de ley que niega el derecho a pedir asilo a los sin papeles que lleguen al país y obliga al ministro o a la ministra de interior de turno a deportarlos a Ruanda o a un tercer país. En un artículo en Daily Mail, para justificar su ley, Braverman escribió: “hay 100 millones de personas desplazadas en todo el mundo y probablemente miles de millones de personas ansiosas por venir al Reino Unido”. Lineker publicó un tweet en el que decía: “No existe tal influjo de personas. Nosotros acogemos muchos menos refugiados que la mayoría de países europeos. Esta es solo una política inconmensurablemente cruel dirigida a las personas más vulnerables con un lenguaje que no es diferente al utilizado por Alemania en los años 30”.
El tweet de Lineker fue duramente criticado por ministros y parlamentarios conservadores, personas afines al partido y organizaciones judías, que pidieron la inmediata suspensión de Lineker por violar las reglas de imparcialidad de la BBC. Una cláusula de las normas de imparcialidad de la BBC dice que “productores, editorialistas, reporteros, presentadores asociados a expresiones públicas de la BBC tienen el potencial de comprometer la imparcialidad de la BBC y dañar su reputación”.
Esto incluye el uso de redes social o la escritura cartas públicas ya que “las opiniones expresadas en redes sociales son puestas en el dominio público y pueden ser compartidas o buscadas”. La norma también dice que “el riesgo es mayor cuando las expresiones públicas de opinión se superponen en la área de trabajo de ese individuo”, pero que “el riesgo es menor cuando el individuo expresa opiniones sobre una área que no está relacionada con la suya, por ejemplo, cuando un presentador de deportes o de ciencia expresa opiniones sobre política y arte”. Éste último sería el caso de Lineker.
Gary Lineker, de 62 años, es rostro y la voz del fútbol en la BBC y en Inglaterra. El exdelantero del Leicester City, Everton, Barcelona, Tottenham y de la selección inglesa es el presentador desde 1999 de 'Match of the Day', el programa semanal de fútbol más histórico y más popular del país que analiza la jornada de la Premier. Es también el presentador mejor pagado de la cadena pública británica con un sueldo que supera el millón de euros anuales. En estos momentos Lineker está apartado y obligado a guardar silencio hasta que los directivos de la cadena "lleguen a un acuerdo para con él sobre el uso de sus redes sociales y sus limitaciones" y hasta que decidan si lo destituyen.
“Creo que no ayuda comparar nuestras medidas, que son legales, proporcionadas y, de hecho, compasivas, con la Alemania de la década de 1930. Estamos del lado de los británicos”, replicó a Lineker la ministra del Interior, Suella Braverman.
Robert Peston, experiodista de la BBC y actual editor de informativos de los servicios informativos de la televisión ITV, recordó en otro tweet que la propia ministra había reconocido en el texto redactado por ella de la propuesta de ley presentada el martes a los diputados que no podía asegura que su ley fuera compatible con la Convención internacional de los refugiados.
Además de reconocerlo la propia ministra, las Naciones Unidad han afirmado que la ley es ilegal. “Es curioso que Gary Lineker fuera libre de plantear preguntas sobre el historial de derechos humanos de Qatar, con la bendición de la BBC, durante la Copa del Mundo, pero no pueda plantear preguntas sobre los derechos humanos en este país si esto implica críticas a la política del gobierno”, cuestiona en un tweet Emily Maitlis, la periodista de ‘Newsnight’, el programa de investigación periodística de la BBC.
La presión sobre el director general de la BBC, Tim Davie, procedía de los sectores conservadores. “Mis hijos son nietos de sobrevivientes del Holocausto y creo que ese tipo de palabras no deben usarse a la ligera”, dijo el ministro de Cultura, Robert Jenrick. Por su parte, John Caudwell, multimillonario y empresario británico y mecenas del Partido Conservador, tuiteó: “Está bien tener una opinión y expresarla, pero como los contribuyentes británicos pagan su salario, [Lineker] debería promover al Reino Unido y no comparar al país con la Alemania nazi. ¡Eso es antipatriótico y daña la imagen de Reino Unido!”.
Greg Dyke, director general de la BBC entre 2000 y 2004, criticó la medida, dijo que la BBC había cometido un grave error y que Tim Davie “no sabe cómo salir de esto”. “El verdadero problema es que la BBC ha socavado su propia credibilidad porque la percepción es que ha cedido ante la presión del Gobierno. Una vez que da este paso, está en verdaderos problemas”.
Dyke dimitió como director general de la BBC en 2004 por cuestionar la veracidad del controvertido informe de las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein del criticar al entonces primer ministro laborista Tony Blair y en medio del escándalo el suicidio de David Kelly, el científico que había elaborado el informe que filtró la BBC. Dyke recordó que hay un precedente que no ayuda a la cadena pública: el nombramiento de Richard Sharp, antiguo asesor de Boris Johnson. Fue nombrado presidente por Johnson en 2021. Tras su nombramiento, trascendió que Sharp había avalado un crédito de 900.000 euros a Johnson. Una comisión parlamentaria le acusó de conflicto de intereses. Sharp, sin embargo, sigue en su cargo. El caso Lineker ha vuelto a colocarlo en el candelero.
La cadena pública británica basa su prestigio en su independencia política. El director general es elegido de forma independiente al poder político de turno. Es decir, no se cambia de director cada vez que llega un nuevo partido al poder. La cadena es financiada por un impuesto que pagan todos los ciudadanos que tienen un televisor en casa y esta contribución se renueva cada cinco años sin coincidir con ciclos electorales. La BBC ha sido muy crítica con los laboristas cuando estaban en el poder por la guerra de Irak, y con los conservadores cuando estaban en el poder por la austeridad y por el Brexit.
Al ser nombrado primer ministro, Johnson acusó a la BBC de ser prolaborista y quiso debilitarla limitando el impuesto televisivo con el que se financia y nombrando a un presidente afín. La suspensión de Lineker no es la única decisión que ha tomado la BBC que cuestiona su imparcialidad. Esta semana ha decidido no emitir un episodio de una serie de del eminente científico de 96 años Sir Richard Attenborough porque hablaba del deterioro de la fauna autóctona del país y abogaba por su resilvestración, una práctica a la que se oponen los conservadores.
El líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, afirmó que la BBC ha quedado "muy, muy expuesta”. “No es imparcial que la BBC ceda ante los parlamentarios conservadores que se quejan de Gary Lineker, es más bien lo contrario -aseguró Starmer-. Lo que deberían hacer (los conservadores) es aceptar que se han cargado el sistema de asilo y decirnos qué van a hacer para arreglarlo, sin quejarse de Gary Lineker”.