La característica fundamental de las mafias es que están en constante movimiento. Cambian para sobrevivir, se mimetizan, son camaleónicas. La idea actual del crimen organizado mantiene el contenido pero, en muchos casos ha cambiado la forma. Durante décadas la realidad, como en el resto de la sociedad, no era tecnológica. Ahora el crimen tiene también una cara b en el mundo virtual. La era digital se encuentra así con el ecosistema mafioso. Desde las nuevas generaciones, que usan las redes sociales para reclutar nuevos “soldados” o para difundir valores fundamentales para estos clanes, como el honor, a todo tipo de herramientas como las criptomonedas o también desconocidos foros donde pueden comunicarse sin ser rastreados.
Hace tiempo que se intenta seguir las pistas digitales de la criminalidad organizada, ya señalada por académicos e investigadores como un nuevo escenario fundamental para entender la mafia en Italia hoy en día. Ahora acaba de presentarse en Roma el primer informe de “La mafia en la era digital” de la Fundación Magna Grecia, que promueve el desarrollo del sur de Italia, donde se encuentran las bases de las tres principales mafias italianas, con la colaboración de la Dirección Investigativa Antimafia, el sector del Ministerio del Interior italiano dedicado a esta materia. El estudio analiza cómo las nuevas tecnologías están siendo usadas para aumentar el consenso y, también, las actividades ilegales. Una herramienta que la mafia no ha perdido la oportunidad de utilizar.
Esta realidad nace en un contexto reciente en el que las mafias han entendido, especialmente tras la era de plomo de la Cosa Nostra en los 80 y 90, que los crímenes sangrientos obstaculizan el crecimiento económico de las organizaciones. Dejando atrás esa época, en la que los mafiosos se habían convertido en un blanco fácil para las fuerzas del orden, que seguían el rastro de sus crímenes, con el tiempo han aprendido a sofisticar sus sistemas, sus negocios y sus comunicaciones internas, especialmente la ‘Ndrangheta, la mafia calabresa. Es ahí donde las redes sociales y el universo online han tenido un papel fundamental. “Hoy las mafias son más híbridas que nunca”, dice el profesor Antonio Nicasio, uno de los mayores expertos en mafia a nivel internacional, que ha participado en la investigación.
“Recuerdo que en una investigación, hace tiempo, se descubrió que la ‘Ndrangheta estaba relacionada con el fraude informático, para reciclar dinero a través de la industria del fishing, las aplicaciones para ligar online”, añade Nicasio en la presentación del informe. Ya desde 2018 la DEA (Dirección Investigativa Antimafia en sus siglas en italiano) comienza a señalar, por ejemplo, perfiles en Facebook de la mafia nigeriana, que controla en algunas partes de Italia el tráfico de drogas. El mundo digital empezó a convertirse, así, en un lugar de monitorización de sus actividades, pero también una enorme fuente de información para el funcionamiento interno y sobre algunos rituales, en un ámbito, las mafias, donde la parte ceremonial es fundamental.
Especialmente en el caso de la ‘Ndrangheta, la mafia más grande de Italia y una de las más grandes en el mundo, con socios en todos los continentes y con sofisticado sistema de crecimiento económico, se ha determinado también algunos casos en donde se permitía a los broker de la mafia pagar en bitcoins, como explica Nicasio. Utilizan también las tarjetas bancarias digitales para esconder sus movimientos económicos o se rodean de enormes expertos informáticos, fundamentales para conocer el mundo online a fondo y poder utilizarlo a favor de sus negocios ilícitos. Realidad que no solo en Italia, sino en todo las partes del mundo, como por ejemplo los narcos del Cártel de Jalisco, la criminalidad organizada, aprovechan para crecer.
“En el caso de la mafia calabresa su sofisticación del negocio ilegal les permite utilizar criptomonedas en algunos casos y el mercado del dark web. Pero, lo que fue más representativo y que marca su capacidad de adaptarse a la realidad fue cuando durante la pandemia, cuando todo el mundo estaba en casa, ya no se podían usar las plazas para el trapicheo y dieron la posibilidad de llevar la droga a casa”, explica el profesor Nicasio a NIUS. Añade, además que, por ejemplo en el caso de la Camorra, menos sofisticada en sus negocios, las redes sociales sirven, sobre todo para exaltar los valores y la estética de los mafiosos. Exaltan, en definitiva, una manera de vivir.
En la presentación del documento final de la investigación el presidente de la DEA, Maurizio Vallone, habla también de cómo cambian, igual que los métodos mafiosos, los procedimientos para interceptar sus movimientos. “Antes nos servían las escuchas telefónicas, ahora, sin embargo, hace falta seguir el movimiento del dinero online”, dice Vallone. Así, el gran reto en la persecución de las mafias está en el seguimiento de sus movimientos o sus conversaciones que ahora se producen, en muchos casos, a través de mensajes encriptados o, incluso de teléfonos creados específicamente para no ser interceptados prácticamente de ningún modo. El trabajo, que ha sido posible gracias a la recogida de datos en Youtube, Facebook, Instagram, Twitter y Tiktok que han permitido a través de este gran estudio, que abre camino en el sector de la investigación antimafia, elaborar algunas tendencias sobre la participación y la intervención mafiosa en la actualidad.
Rosita Rijtano, periodista especializada en mafia, comenta para NIUS cómo la conexión profunda entre el mundo digital y la criminalidad organizada sea ya una realidad. “La mafia busca soldados, colaboradores, con aptitudes en el mundo de la informática que les permitan realizar sus actividades ilegales, negocios ilícitos y crímenes, en ese nuevo escenario online. En el caso por ejemplo de la ‘Ndrangheta, en los últimos años ha destacado siempre por ser visionaria en sus ideas de negocio y lo es también en este momento con respecto a la presencia y a la utilización de las herramientas que ofrecen las nuevas tecnologías”, explica. “En cuanto al uso para su propia promoción basta echar un ojo a las redes sociales y ver cómo un boss hace de boss, replican su estética y sus valores”, añade Rijtano.