Arrestada hace solo unos días por los carabinieri la “hermanísima” de Matteo Messina Denaro, el último gran boss de la mafia siciliana, la Cosa Nostra. Rosalia, de 68 años, fue durante mucho tiempo la encargada de gestionar y contabilizar las enormes sumas de dinero que primero su padre, y luego su hermano, conseguían ilícitamente. El arresto llega casi dos meses después de que el mundo se hiciera eco de la captura de su hermano, que vivió 30 años en la sombra y era uno de los mafiosos más buscados de Italia. Su detención fue significativamente una victoria para la justicia, cerraba la época más sangrienta de la mafia siciliana, pero también una puerta abierta para conocer la red de protección que había permitido su escondite tantos años. Esta detención es fundamental para unir muchos de los hilos de esta historia y es, sobre todo, un logro más de las fuerzas del orden que, desde hace décadas, trabajan en este tipo de detenciones clave a piezas de alto poder dentro de la organización.
Además de ser la “cajera” y controlar las entradas de dinero ilegal de su hermano, Rosalia se encargaba también, a nivel familiar, de mediar en los conflictos internos y era la paloma mensajera entre mafiosos dentro y fuera de la cárcel, según explican los magistrados. Es precisamente en esos 'pizzini', pequeños mensajes que se intercambian históricamente en el mundo de la mafia de forma secreta a través de pequeños trozos de papel, que se descubre la información que se convirtió en fundamental para la Fiscalía de Palermo en la detención final de Messina Denaro, este 16 de enero mientras recibía curas de un cáncer en un hospital de la ciudad siciliana. Hace meses la policía había entrado en la casa de Rosalia para introducir varios micrófonos y cámaras, en el ámbito de la investigación, y habían encontrado en la pata de una silla un “pizzino” en el que se detallaban todos los datos médicos de su hermano y su estado, grave, de salud. Aquello permitió a la Fiscalía a seguir las terapias de curación de Messina Denaro y, finalmente, dar con él en la famosa clínica de Palermo donde se curaba.
Nacida, criada y madurada en el ambiente mafioso siciliano. Rosalia era hija de “Don Ciccio”, que murió en 1998 y que había sido un criminal toda su vida. Hermana de Matteo Messina Denaro, que superó al padre y se convirtió en la mano derecha, por mucho tiempo, del mafioso más sangriento de todos los tiempos en Italia, Totto Riina. Y, luego, esposa de Filippo Guttadauro, conocido como ‘U longo’, exponente de uno de los principales clanes de Palermo y que supuso la unión de dos de las familias más importantes de la mafia siciliana. Un matrimonio en el que el carácter de ella predominaba y, también, el poder. Sus hijos recibieron el nombre de los abuelos de la parte materna, de la parte Messina Denaro, los reyes de la Sicilia occidental con sede en Castelvetrano, donde aún vive la madre y otras hermanas de Matteo y Rosalia.
Rosalia rompía los principales prototipos mafiosos, fue, en conclusión, una mujer que se salió de la norma. En los entornos de la Cosa Nostra, o de otras mafias italianas, la estructura es muy clara: los que mandan son los hombres, primero los abuelos, luego los hijos, por últimos los nietos y así sucesivamente. Las mujeres están destinadas a mantener los lazos familiares e inculcar a sus hijos los valores como el honor, no a la gestión. El poder les espera solo cuando todos los hombres de la familia están en la cárcel. Pero Rosalia era ya una gran “gestora” incluso cuando su hermano, o otros, no estaban entre rejas. Luego cogió el lugar de su marido; su hijo Francesco, el “predilecto” de Messina Denaro; su yerno y su hermano. Todos en la cárcel. Su detención es fundamental para la Fiscalía porque existía el riesgo de que fuese precisamente ella la que heredase el enorme poder, sobre todo simbólico, dentro de la organización que tenía su hermano Matteo.
Ella es la mayor de las hermanas de la familia, antes había sido detenida Patrizia, la mujer de otro boss que últimamente se ocupaba de gestionar webs de apuestas entre Sicilia y Malta, uno de los negocios más en voga entre las mafias, que no han perdido un momento en la actualización de sus actividades ilícitas a los nuevos tiempos. Rosalia era la mujer poderosa al lado de Messina Denaro, al que veneraba, en su casa un retrato de su hermano presidía el salón. Con su detención se avanza en la reconstrucción de la fuga de Messina Denaro, que duró tres décadas, y en la que los pizzini, los mensajes que se intercambió con su hermana, sobre todo sobre indicaciones económicas, permitirán al Fiscal jefe de Palermo encargado de esta larga investigación, Maurizio De Lucia, reconstruir el puzzle de la que fue la última familia de honor de la Cosa Nostra.
Guarda silencio
Tras la detención por asociación mafiosa el pasado 3 de marzo en su casa de Castelvetrano, pueblo de origen de toda la familia en la parte occidental de Sicilia, Rosalia Messina Denaro, llamada por todos Rosetta, se ha negado a declarar. Se ha acogido a su derecho de no responder. Aún así, desde la Fiscalía reconocen que el proceso aún acaba de empezar y es pronto para cualquier tipo de valoración.