Resulta irónico que los integrantes de la banda de música, ‘Boy Scouts a prueba de balas’, se hayan visto obligados a dejar de lado su estratosférico éxito global como máximos representantes del K-pop (pop coreano) para hacer el servicio militar obligatorio en Corea del Sur. Conocidos internacionalmente como BTS, sus siete integrantes acumulan decenas de premios y algunos logros comparables en dimensión a los de artistas icónicos de la historia de la música contemporánea. Pocos grupos, incluidos The Beatles, pueden presumir de haber colocado cuatro álbumes en el número uno de Estados Unidos en menos de dos años. Estos jóvenes surcoreanos han sido capaces de colgar el cartel de no hay billetes en el estadio de Wembley, en Londres, o en el Rose Bowl de Los Ángeles. Ningún artista o banda de habla no inglesa o asiática había sido capaz de tal gesta.
De hecho, los miembros de BTS llegaron a reunirse con el presidente de EE.UU., Joe Biden, el año pasado para tratar sobre los delitos de odio contra los asiáticos en el país. “Estamos desolados por el reciente aumento de los delitos motivados por el odio, incluidos los asiático-americanos”, dijo uno de los integrantes. “Para poner fin a esto y apoyar la causa, nos gustaría aprovechar esta oportunidad para expresarnos una vez más”. Son conocidos, además, por su compromiso social, con letras y campañas en las que empoderan a la juventud y donde tratan asuntos como la enfermedad mental o la identidad. En 2020, los fans de BTS recaudaron más de un millón de euros en un solo día en la campaña realizada a través de internet denominada, #MatchAMillion. Ésta tenía el fin de ayudar a las causas de justicia social estadounidenses y BTS igualó la donación de sus seguidores y la entregaron a Black Lives Matter.
Han necesitado estirar el chicle al máximo para convertirse en los artistas con más éxito de la historia de Corea del Sur -30 millones de álbumes vendidos y primeros surcoreanos en estar nominados a los Grammy-. Obligados a solicitar prórrogas para retrasar el servicio militar, BTS anunciaron a final del año pasado que harían un paréntesis de casi tres años para que sus miembros hicieran la mili. El primero, Jin, se alistó en diciembre y el segundo, J-Hope, lo hizo esta semana; tienen 30 años de edad. Los demás, RM, Jimin, V y Jungkook, son más jóvenes e irán haciendo lo propio durante este año. Uno de ellos, Suga, ha sido declarado no apto para el servicio militar y realizará trabajos comunitarios. Todos forman parte del grupo de los ‘soldados del espectáculo’, nombre con el que se tilda a otros artistas en su misma situación que pueden prorrogar su servicio más que el resto debido a que ayudan a “mejorar la imagen internacional de Corea”.
La tensión con Corea del Norte es la razón principal para realizar el servicio militar obligatorio, ya que es necesario tener una fuerza activa que esté siempre lista para lo peor. Los varones surcoreanos con buena salud cuyas edades comprenden entre los 18 y los 28 años están obligados a hacer la mili durante algo menos de dos años (18 meses en el Ejército y la Infantería de Marina, 20 meses en la Armada y 21 meses en las Fuerzas Aéreas). Si algunas de estas estrellas del K-pop han sido capaces de alargar su presencia hasta los 30 años de edad, ha sido gracias a una revisión legislativa echa a su medida en 2019. Sin embargo, los miembros de BTS no pueden acogerse a un estatus que se le brinda a músicos clásicos, otros artistas o deportistas que han ganado algún premio internacional reconocido por el Ministerio de Defensa. Estos galardonados pueden realizar un servicio alternativo en el que imparten clases de su especialidad a otros compañeros o en la comunidad. Ninguno de los reconocimientos que han acumulado estos siete chicos se pueden convalidar con esta alternativa.
Así que no les queda más remedio que cambiar sus estilosos peinados por un rapado militar y son trasladados a un campo de entrenamiento básico hasta que después son destinados a sus especialidades. Según The Washington Post, el común de los varones surcoreanos optan por alistarse tras cursar su primer año de carrera universitaria y si lo hacen cuando la terminan, completan el servicio con el rango de oficiales. Al tratarse de un rango superior, evitan enfrentarse a las temidas novatas en el Ejército. El más veterano de BTS, Jin, acumula ya dos meses de servicio. Ya ha completado su entrenamiento de cinco semanas en el centro de instrucción de Quinta División de Infantería en Yeoncheon, a 60 kilómetros al norte de Seúl. Ahora es instructor asistente y ha sido ascendido a soldado de primera clase del Ejército, tarea que desempeñará hasta el 12 de junio de 2024. “Me lo estoy pasando bien”, confiesa en la plataforma Weverse, dedicada a los fans de K-pop.
Sin embargo, no todos los que hacen la mili surcoreana se lo pasan bien. “Lo más duro fue cuando mi grupo y yo tuvimos que entrar en una sala llena de gas”, explica Gene Kim. “Cuando hice el servicio militar, lo odiaba. Odiaba cada momento que pasaba allí, atrapado en esa sociedad aislada. Y simplemente esperé a que pasara mi tiempo. No he visto a una sola persona que realmente quisiera estar allí, que estuviera entusiasmada por estar allí. Básicamente estás sacrificando 2 años de tu juventud por la nación”, relata.
Uno de los mayores obstáculos a los que se enfrentan estos aprendices durante sus cinco primeras semanas son las constantes intimidaciones que reciben de sus superiores, las burlas y las novatadas. Hay una serie coreana de ficción, D.P.: cazadesertores, que muestra el contexto en el que viven todos aquellos que pasan por el servicio militar. Refleja, además, la mentalidad de “supervivencia del más fuerte”, donde los “más débiles” son castigados por ello. “Intentan intimidarte intencionadamente, intentan asustarte, para convertirte en un soldado”, cuenta Kim. “Estas 5 semanas de entrenamiento fueron una de las experiencias más intensas que tuve. En este momento ni siquiera eres un soldado raso. Eres un aprendiz. El entrenamiento es muy intenso. Te gritan constantemente. Allí no tienes voz. Sólo puedes hacer lo que te dicen y nada más”, rememora.
Otro de los asuntos que generan cierta oposición al servicio militar obligatorio es la posición de desventaja con la que los varones acceden al mercado laboral. Los más jóvenes se quejan de que las mujeres tienen más oportunidades laborales debido a que ellos necesitan llevar a cabo un receso de alrededor de dos años en sus profesiones ya que ellas no están obligadas a servir. Este debate incluye también la postura de muchas mujeres que alegan estar en igualdad de condiciones debido a sus bajas por maternidad, las cuales también interrumpen sus profesiones. Negarse a servir también supone un obstáculo a la hora de ser contratado por una administración o una gran empresa, ya que para esos puestos se exige el historial militar.
Entre unas cosas y otras, uno de los mayores atractivos una vez se accede al servicio militar obligatorio es acceder al denominado KATUSA (Aumento Coreano del Ejército de EE.UU), un programa que comenzó tras la colaboración estadounidense en la guerra de Corea. En él, los surcoreanos que pasen unas pruebas de aptitud y de inglés forman parte de un sorteo en el que los elegidos se acaban integrando con sus homólogos. Formar parte de esta iniciativa significa para muchos escapar de las hostilidades del Ejército de Corea del Sur ya que consideran este programa como una experiencia menos difícil.
Las presiones para que estrellas como BTS se libren del servicio militar obligatorio son cada vez más fuertes. Sin embargo, el argumento que sostiene que generan mucha más riqueza al país desde los escenarios que vestidos de militares no ha sido suficiente para el ministro de Defensa, Lee Jong-Sup, que ha insistido que la mili es para todos aquellos que sean aptos y estén en el rango de edad, incluidos las estrellas del K-pop.