EEUU recorta distancia a China y Europa en la carrera por la industria de los vehículos eléctricos
El objetivo de Biden es que para el 2030, el 50 % de las ventas de automóviles nuevos en EE. UU. sean eléctricos. El presidente también se ha prometido instalar 500.000 cargadores en todo Estados Unidos
Aunque China y Europa encabezan la carrera por lograr un mercado sostenible en materia de transporte y coches eléctricos, Estados Unidos recorta distancia con el plan que Biden ha puesto en marcha, aunque hay mucho trabajo que hacer. No solo en cuanto a la expansión de la red nacional y de producción de vehículos y cargadores, sino en salvar las diferencias creadas en este sentido con la Unión Europea. El mandatario también tendrá que lidiar con las peticiones de representantes políticos de algunos estados como Wyoming y Utah, que están luchando por la prohibición de coches eléctricos…
El objetivo de Biden es que para el 2030, el 50 % de las ventas de automóviles nuevos en EE. UU. sean eléctricos. El presidente también se ha prometido instalar 500.000 cargadores en todo Estados Unidos y construir una red de estaciones de carga rápida en 53.000 millas (8.300 kilómetros) de autopistas de costa a costa.
MÁS
Su Administración está ofreciendo 83.000 millones de dólares en préstamos, subvenciones y ayudas fiscales para la producción de vehículos eléctricos y baterías, así como la instalación de puntos de recarga. Con estas políticas, no solo espera reducir las emisiones de gases con efecto invernadero del país, sino que también intenta que el sector automotriz estadounidense deje de depender de China para la obtención de baterías.
Acuerdos históricos con el sector del motor
La respuesta del sector del motor privado está siendo muy positiva en cuanto al compromiso de remar a favor con inversiones por valor de 210.000 millones de dólares hasta 2030, según un informe dado a conocer en enero por el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (NRDC, por sus siglas en inglés).
Para finales del próximo año, el gigante Tesla pondrá al menos 7.500 estaciones de carga de la red Supercharger y Destination Charger de Tesla a disposición de todos vehículos eléctricos de Estados Unidos, incluyendo los que no son de su propia marca. Esta cifra incluye unos 3.500 "súpercargadores", que reducen el tiempo de recarga de forma significativa. La compañía de Elon Musk, que ha abanderado hasta ahora el lanzamiento de los vehículos eléctricos en todo el mundo, también invertirá hasta 2024 entre 6.000 y 8.000 millones de dólares al año, en Alemania y Estados Unidos.
Por su parte, los dos principales fabricantes de automóviles de Estados Unidos, General Motors (GM) y Ford, también se han comprometido a participar en la transformación de la red. General Motors invertirá en vehículos eléctricos 30.000 millones de dólares hasta 2030 y prevé la instalación de hasta 40.000 puntos de recarga para 2026 como parte de su red Ultium Charge 360, disponibles para todos los usuarios. Incluso pretende ir más lejos aún ya que, a partir de 2035, se plantea vender solo vehículos eléctricos.
Ford lidera el sector con una inversión de 50.000 millones de dólares y un compromiso de instalar 20.000 cargadores rápidos en sus concesionarios. General Motors (GM) anunció una inversión de 650 millones de dólares para explotar, junto con la empresa canadiense Lithium Americas, el mayor depósito conocido de litio de este país, un metal clave para la producción de baterías eléctricas.
El secretario norteamericano de Transporte, Pete Buttigieg, dijo en un comunicado que las medidas anunciadas son "un gran paso hacia un mundo donde cada usuario de vehículos eléctricos será capaz de encontrar estaciones de carga seguras y fiables en todo el país".
Un importante giro de guion en el plan
Los planes de Biden de “electrificar el gran viaje por carretera estadounidense”, tal y como expresó el presidente en su discurso sobre el Estado de la Unión de 2022, inicialmente incluían que la red de cargadores fueran fabricados exclusivamente en el EEUU. Sin embargo, recientemente la Administración Federal de Carreteras ha anunciado que, en este proceso, se permitirá el uso de cargadores de vehículos eléctricos que no se fabrique en Estados Unidos. De esta manera, se renuncia a ley federal Buy American (Compre Americano) que prioriza la compra de productos fabricados en el país
La FHWA señaló que es necesaria una exención de "interés público", porque no otorgarla ralentizaría el proceso de instalación de cargadores de vehículos eléctricos en todo el país, al entender que los tiempos para finalizar el proyecto verde se ralentizaría si sólo se abastece de materiales domésticos.
El plan de Biden tiene a Europa en una encrucijada
Los países de la Unión Europea valoran positivamente el compromiso del Gobierno de Joe Biden con la transición energética. No obstante, hay una gran preocupación salpicada de cierta tensión ante la Ley de Reducción de la Inflación de Estado Unidos (IRA) puesto que implica ayudas de 430.000 millones de dólares e incluye numerosas exenciones fiscales que pueden perjudicar a las empresas europeas, desde fabricantes de automóviles hasta productores de tecnologías verde. Recientemente el Parlamento Europeo ha ratificado la prohibición de vender coches de combustión a partir de 2035 y la reducción de un 55% de emisiones a partir de 2030.
Los propósitos de movilidad y medioambiente llegan cargados de buenas intenciones, pero el soporte económico es escaso. Cabe señalar que la Unión Europea aún no ha presentado un programa de incentivos y ayudas a la industria, mientras la Administración Biden está atrayendo a inversores extranjeros a base de miles de millones de dólares.
Muchos fabricantes europeos han criticado que, el acceso a las ayudas es complicado y lento al requerir meses e incluso años en ocasiones para beneficiarse. Si se hace una comparación de los montos europeos y los americanos, la diferencia es además, especialmente significativa.
Con este giro de guion, una de las empresas que está considerando expandirse en los EEUU es la sueca Northvolt, un importante fabricante europeo de baterías. Con dos fábricas en su propio país, a finales del año pasado todo hacía indicar que la tercera de las plantas se situaría en Alemania, pero con los incentivos de Estados Unidos, todo parece apuntar a que la compañía instalará una tercera fábrica al otro lado del charco.
Los acuerdos con empresas chinas que conllevan polémica y dependencia
También se ha sabido recientemente que Ford y CATL han alcanzado una alianza para la construcción conjunta de una gran fábrica de baterías en Michigan. Este acuerdo no está exento de polémica puesto que CATL (Contemporary Amperex Technology Co. Limited) es una compañía de tecnología china especializada en la fabricación de baterías de litio-ion para energía y vehículos eléctricos con sistemas de almacenamiento, así como sistemas de gestión de baterías.
En consecuencia, el principal republicano en el Comité de Inteligencia del Senado, Marco Rubio, ha solicitado una petición de revisión inmediata del convenio de ambas empresas al Comité de Inversión Extranjera en los Estados Unidos (CFIUS), argumentando que dicho acuerdo "solo profundizará la dependencia de Estados Unidos del Partido Comunista Chino para la tecnología de baterías, y probablemente esté diseñado para que la fábrica sea elegible para los créditos fiscales de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA)".
Ventas de vehículos eléctricos en ascenso
Los últimos estudios respecto al plan verde de Biden dieron resultados extraordinarios, ya que en 2022 se adquirieron alrededor de 750.000, un 65 % más que en 2021. La venta de automotores híbridos, en 2022 ascendió a 918.000 unidades.
Un informe de la empresa de análisis ReporLinker estimó que el valor del mercado global de vehículos eléctricos llegó a 102.170 millones de dólares en 2022. Y para 2026, aumentará a 213.870 millones de dólares.
Los últimos análisis de compra de movilidad ecológica indican que ahora, solo el 7% de los adultos estadounidenses poseen vehículos eléctricos o híbridos, pero el 72% de los encuestados dijo que era muy probable (43%) o algo probable (29%) que considerara adquirir uno la próxima vez que compre un vehículo. El 47% apoya las propuestas para eliminar gradualmente la gasolina y el combustible diesel.
Al mismo tiempo, se prevé que las ventas de vehículos eléctricos alcancen entre el 27% y el 39% para 2031, incluso sin una nueva política federal.
Prohibido vender vehículos eléctricos
En contra de la creciente tendencia hacía la electrificación, legisladores estatales del estado de Wyoming amenazan con prohibir los vehículos eléctricos. El proyecto de ley abanderado por varios políticos republicanos, tiene como objetivo prohibir la venta de este tipo de vehículos para 2035, año en el que muchos otros estados prohibirán la venta de vehículos de combustión interna.
Los argumentos que han expuesto en el texto proyecto de ley se basan en que se sienten especialmente orgullosos de la industria del petróleo y el gas del Estado Cowboy, siendo esta responsable de un importante flujo de ingresos, así como del empleo masivo para la gente de Wyoming. Citando la utilidad histórica de los vehículos de gasolina para permitir el crecimiento continuo en el estado, estos legisladores afirman que "los vastos tramos de carretera de Wyoming, junto con la falta de infraestructura de carga de vehículos eléctricos, hacen que el uso generalizado de vehículos eléctricos sea impracticable para el estado". La propuesta se encuentra en su etapa incipiente tras ser presentada la semana pasada.
También en Utah, el senador republicano, Mike Lee, está buscando aliados para mantener los vehículos eléctricos fuera del programa de biocombustibles de Estados Unidos argumentando que el plan de Biden es un asalto al motor de combustión interna. Estas propuestas son el reflejo de una fuerte oposición a los movimientos estatales y federales hacia la energía limpia y los planes de reducción de emisiones.
En paralelo, estados como Massachusetts y California están planificando prohibiciones absolutas de ventas para 2035, otros como Minnesota y Colorado simplemente establecen objetivos de emisiones o ventas, pero aún no se han comprometido a una prohibición por completo. Un total de 15 estados ya han introducido planes para eliminar gradualmente los vehículos de combustión, con fechas fijadas que van desde 2030 hasta 2035.