Muy distinta es la función de la prensa en Marruecos a la española. Con contadas excepciones, la mayoría de medios actúan en relación con los grandes temas de Estado como correas de transmisión del poder. Los mayores espacios de libertad y debate se circunscriben a las materias de la gestión cotidiana, y aún operan una serie de cabeceras alineadas con los grandes partidos políticos del sistema –islamistas, nacionalistas, izquierda, etc. La política exterior, en cambio, es una materia reservada al círculo del poder real, y sobre ella hay poca crítica y oposición. Máxime cuando -en este caso sí- en la cuestión del Sáhara opinión pública y publicada casi unánimemente en Marruecos. El caso de la XII Reunión de Alto Nivel (RAN) Marruecos España esta semana no es excepción: los medios se alinean casi milimétricamente con las autoridades de su país, pero dejan mensajes y pistas útiles para comprender qué puede seguir ocurriendo.
Por lo ampuloso y representativo de la tónica general de los medios, destaca el titular del diario Le Matin este viernes, quizá la voz más cercana de Palacio: “La XII Reunión de Alto Nivel conforta la confianza recíproca y el compromiso compartido para perpetuar las relaciones de excelencia”.
De manera general, la prensa marroquí pone el acento en la importancia del factor económico en la nueva etapa en las relaciones bilaterales. La mayoría de medios repite las cifras sobre el comercio hispano-marroquí ofrecidas por el Gobierno durante la celebración del foro económico que abrió la cita de Rabat (realmente y a pesar de lo que anunció el Gobierno e insistía la cartelería, la RAN duró un solo día, el jueves, ya que lo del miércoles fue estrictamente el I foro económico Marruecos-España, un evento que apenas duró tres horas por otra parte): 8.000 millones de euros para inversiones españolas en Marruecos, Marruecos es el destino del 50% de las exportaciones españolas en África, el comercio bilateral supera los 18.000 millones de euros, etcétera.
Y mientras se celebra el buen momento de las relaciones y la posición de privilegio de España para invertir y vender en Marruecos, no pocos medios marroquíes, como Morocco World News, volvían a poner de relieve que las cosas entre Rabat y París siguen sin volver a la normalidad por culpa de la arrogancia y las reticencias francesas a la hora de apoyar al país magrebí en la cuestión del Sáhara principalmente.
En este sentido la revista Al Ousbue, en otros momentos muy agresiva contra Sánchez –al que colocó en una diana en un número de junio de 2021 como enemigo patrio-, presentaba de manera gráfica la nueva alianza hispano marroquí y la franco-argelina con sendos apretones de manos coloreadas con las banderas de los respectivos países. La indirecta es clara: ya que ha sido valiente con su giro en el Sáhara, Sánchez y los suyos deben aprovechar el momento, dado que tienen el camino más despejado que en otras ocasiones, para tratar de hacerse con los grandes proyectos de infraestructuras de los próximos años en Marruecos. Unas grandes inversiones que en otros tiempos eran para firmas francesas.
Si hay un hecho en la cumbre que ha sido especialmente recogido por los medios marroquíes, desde aquellos más vinculados a Palacio a los más independientes, es el apoyo expreso del Gobierno de España a Marruecos en el Sáhara Occidental, que no es sino el factor decisivo en la vuelta a la normalidad entre los dos países. Así lo hace, por ejemplo, el diario arabófono Assabah en su edición de este fin de semana. El respaldo de las autoridades españolas al plan de autonomía avanzada bajo soberanía de Rabat consta en el punto 8 de la Declaración conjunta firmada el pasado 2 de febrero.
Aunque sin entusiasmarse en demasía con Sánchez –en Marruecos a nadie se le escapa que una parte de su Gobierno, la de los ministros de Unidas Podemos, se borró de la cumbre de Rabat y que este será año electoral-, los medios de comunicación marroquíes evitaron hacerse eco de las críticas en España ante el modesto balance para los intereses españoles en la XII RAN. Ningún medio se hace eco de la ausencia del rey de Marruecos, Mohamed VI, en la cita, pero sí de la invitación a Sánchez a una “muy próxima” visita oficial al país norteafricano.
No casualmente, la normalización de relaciones entre Marruecos y España desde marzo de 2022 ha coincidido con una presencia más discreta de las dos ciudades autónomas en los medios marroquíes y, sobre todo, con un empleo más raro de expresiones como la de los “presidios ocupados” en referencia a las mismas en los últimos meses. No ha habido desde entonces tampoco reivindicaciones públicas de la marroquinidad de las ciudades por parte de figuras relevantes del Estado marroquí (la excepción fue la carta remitida en septiembre del año pasado por Rabat al Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU con motivo del episodio en la frontera de Melilla del 24 de junio en la que se aseguraba “no contar con fronteras terrestres con España”). Por otra parte, tampoco España consiguió arrancar en la Declaración conjunta un reconocimiento expreso de su soberanía sobre las dos ciudades.
En ausencia de acuerdos concretos de calado salidos de la cumbre, una de las materias sin duda más decepcionantes para los intereses españoles de la recién celebrada RAN es que sigue sin haber un calendario para la apertura de las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla, a pesar de que desde el Gobierno se prometió que estarían funcionando antes de acabar 2022 y, recientemente, que la “prueba piloto” del viernes 27 de enero fue un aparente éxito. Por supuesto, ningún medio se acuerda de las aduanas comerciales.
La excepción la hace el diario L’Opinion, próximo al nacionalista Partido Istiqlal –hoy en la oposición. Las dos ciudades son protagonistas en una entrevista al profesor de geopolítica en la Universidad Americana de Emiratos Árabes Unidos Mohamed Badine El Yattioui. En ella el docente advierte de que crear “una zona económica común en Ceuta y Melilla sería una trampa para Marruecos”. No se habla siquiera de aduanas, sino de una “zona económica común”, cuya admisión por parte de Rabat equivaldría, según El Yattioui, “al reconocimiento de facto de la soberanía española” sobre las dos ciudades. Un aviso entre líneas que si bien no viene directamente del Gobierno o Palacio sí es representativo del sentir general en el país norteafricano respecto a las dos ciudades autónomas españolas.
“Ni Conquista ni Reconquista”, titulaba una de sus crónicas el semanario TelQuel, quizá el medio más osado de las últimas dos décadas en Marruecos, a la conclusión de la Reunión de Alto Nivel. “Por fin una asociación win-win”, hacía en su edición de fin de semana L’Opinion. Por su parte, el diario arabófono Alakhbar pedía “inmunizar la relación diplomática contra las conspiraciones”. Si hay una constante en los últimos años, especialmente evidente desde que Estados Unidos reconoce en diciembre de 2020 por primera vez la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, es que Rabat se esfuerza por diversificar sus alianzas estratégicas y de reducir su tradicional dependencia de sus vecinos europeos, empezando por Francia y España, las dos antiguas potencias coloniales en su territorio.
Así debe interpretarse la “histórica” RAN Marruecos-España en su conjunto: sin presencia del rey, aplazada una y otra vez –pospuesta desde diciembre de 2020 y no celebrada desde 2015- y con apenas 18 declaraciones de intenciones sobre materias subalternas (sin valor jurídico alguno), España no parece ser para Marruecos tan relevante como parece serlo al revés. Lo había dicho en la víspera de la cita el catedrático de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Autónoma de Madrid Bernabé López García en el digital marroquí Le Desk: “Hace cien años se decía ya que Marruecos tenía más influencia sobre España que a la inversa”. Pues eso.