¿Boicot a París 2024? Ucrania suma aliados contra el COI por las 'banderas neutrales manchadas de sangre'
Ucrania y Polonia confían en sumar a 40 países, entre ellos EE.UU y Gran Bretaña, al veto de deportistas rusos y bielorrusos que compitan bajo bandera neutral, como sugiere el COI
Estonia recuerda que 45 medallistas rusos en Tokio 2022 pertenecían al ejército
El Gobierno de Reino Unido organizará una cumbre el próximo 10 de febrero para abordar la posible prohibición de atletas rusos
¿Cuántas banderas ondearán el 26 de julio de 2024 en el estadio olímpico de París? A falta de 18 meses para que se encienda el pebetero de la XXXIII olimpiada, la llama de la polémica arde con la amenaza de boicot que lidera Polonia, en solidaridad con su vecina Ucrania.
En París no veremos la bandera de Rusia ni la de Bielorrusia, ya que el Comité Olímpico Internacional ha vetado a ambos países por ser respectivamente autor y cómplice de la invasión de Ucrania iniciada el 24 de febrero de 2022.
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Pero el COI quiere explorar fórmulas para que atletas de los dos países censurados participen en la gran cita deportiva bajo bandera neutral, sin escudo o himno. "Ningún atleta debería ser excluido por su pasaporte", ha afirmado el presidente del COI, Thomas Bach.
Para Ucrania esa bandera neutral está "manchada de sangre". "Los principios olímpicos y la guerra se oponen fundamentalmente. Rusia debe detener la agresión y el terror, y solo después será posible hablar sobre la participación rusa en el movimiento olímpico", ha dicho el presidente Volodimir Zelenski.
Varsovia confía en sumar a su causa a 40 países, entre ellos, Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá. Los países bálticos ya le han tendido la mano. Si Polonia consigue armar esa gran coalición, se trataría del mayor boicot olímpico desde Moscú 1984.
Para abordar la crisis, el Gobierno de Reino Unido organizará una cumbre el próximo 10 de febrero en la que se espera que participen ministros de deportes de una treintena de países.
Propaganda rusa
Polonia, a través de su ministro de Exteriores, Pavel Yablonsky, ha asegurado que los presidentes ruso y bielorruso, Vladimir Putin y Alexander Lukashenko, respectivamente, se sirven del deporte para fortalecer sus bases de apoyo. Por lo tanto, limitar la participación de los atletas "es una forma de contrarrestar la propaganda rusa".
Por su parte, la primera ministra de estonia, Kaja Kallas, considera que sería "vergonzoso" poner al resto de atletas en la tesitura de enfrentarse a los rusos, con bandera o sin bandera rusa.
"El Movimiento Olímpico no debería poner a los atletas de todos los demás países en esta situación", ha dicho Kallas, que apunta que Rusia "ha matado a cientos de atletas ucranianos, incluidos campeones olímpicos y del mundo".
Atletas soldados
"No es juego limpio permitir ahora que entren en la arena olímpica al precio de la sangre de los ucranianos, teniendo en cuenta que Rusia utiliza el deporte como herramienta de propaganda y que sus atletas son en realidad soldados", ha dicho.
Kallas ha ahondado así en una de las teorías esgrimidas por Kiev para argumentar su negativa a la presencia de Rusia en los Juegos, que de sus medallistas en Tokio, había 45 que son miembros del Ejército. "En los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín, uno de cada tres atletas servía en las Fuerzas Armadas", ha dicho.
Por su parte, la jefa de Gobierno de Letonia, Ingrida Simonyte, ha descartado que rusos y bielorrusos puedan participar bajo bandera neutral porque la imparcialidad "no existe en el mundo actual", mientras que para su homólogo en Letonia, Krisjanis Karins, sería "moralmente reprobable" que estos atletas participaran "de cualquier guisa" en los Juegos Olímpicos.
Londres ha manifestado que la presencia de atletas rusos y bielorrusos en París está "a años luz de la lógica de la guerra". La Casa Blanca se ha mostrado favorable al veto de representación diplomática de Moscú y Minsk en los juegos de París, y ha reiterado que si atletas de ambos países acudieran a título individual a la cita deportiva "debería quedar absolutamente claro" que no están representando a Rusia o Bielorrusia.
La larga sombra del boicot
Aunque el COI considera que un boicot atenta contra los principios del olimpismo y es una violación a la carta olímpica", la historia de los juegos modernos está sembrada de vetos y ausencias por cuestiones políticas.
Algunos fueron tan simbólicos como esperados, como la ausencia de Corea del Norte en los Juegos de Seúl en 1988. Otros tuvieron gran impacto en lo deportivo, como el boicot liderado por el presidente estadounidense Jimmy Carter contra los Juegos de Moscú (1980), tras la invasión soviética de Afganistán un año antes. Washington logró sumar a otros 64 países a su propuesta.
Cuatro años después, Rusia le pagó con la misma moneda al liderar un boicot a los juegos de Los Ángeles (1984), al que se sumaron 14 países.
Años antes, en 1976, una treintena de estados africanos renunciaron a participar en Montreal (1976) tras exigir que el COI prohibiera la participación de Nueva Zelanda, cuya selección de rugby, los 'All Blacks', jugó contra los 'Springboks' de la Sudáfrica del 'apartheid'.
En 1968, la admisión en el COI del Comité Olímpico de Sudáfrica a punto estuvo de privar a los juegos de México de la participación de decenas de países africanos y de la Unión Soviética. Finalmente, el COI replanteó su postura hacia Sudáfrica, lo que evitó la ausencia -entre otros- de quien ganaría el oro en maratón, el etíope Mamo Wolde.