Los 70.000 libros del difunto Bruno: descubierta la mayor biblioteca privada de Alemania

  • Tras la muerte de Bruno Schröder, las autoridades alemanas descubrieron un auténtico tesoro en su casa

  • Este ingeniero de minas se convirtió en coleccionista: cada semana compraba entre 20 y 30 títulos en la librería del pueblo

  • Bruno murió sin descendencia y la persona encargada de su legado busca a alguien interesado en hacerse cargo de los 70.000 volúmenes

El alemán Bruno Schröder, un ingeniero de minas de 88 años, murió solo en su casa de la localidad de Mettingen, en la región de Renania del Norte-Westfalia. Cuando las autoridades entraron en su casa, descubrieron un auténtico tesoro: la mayor biblioteca privada del país, según Der Spiegel. Alrededor de 70.000 libros cubren cada centímetro de cada pared de la vivienda. Todos perfectamente clasificados y registrados en un ordenador.

Nadie en su pueblo sabía mucho sobre su vida. Sí que su viuda está ingresada en una residencia y que la pareja no tuvo descendencia, pero poco más. Bruno era un hombre solitario, un ermitaño que apenas hablaba con sus vecinos, salvo con uno: el librero del pueblo. Allí encargaba cada semana entre 20 y 30 títulos de todos los géneros, salvo novela rosa. Mucha poesía, novelas, libros de historia.

"Fue nuestro mejor cliente habitual durante muchos años. Sus libros eran muy importantes para él. Los guardaba como un tesoro", asegura el propietario de la librería, Silke Meyer, a la cadena WDR.

Su colección se extiende por todos los rincones de la vivienda, incluso hasta el techo de la buhardilla. El propio Bruno construyó los estantes en un pequeño taller que tenía en el sótano de la vivienda. "Era muy hábil con las manos", recuerda Renate Abeln, quien se hace cargo ahora del legado de Bruno por petición de su viuda.

Tras la muerte de Schröder, surge ahora la gran pregunta: ¿ dónde colocar la que probablemente sea la biblioteca privada más grande de Alemania? Renate espera que pronto se encuentre alguien interesado. El mercado de segunda mano está saturado. La única esperanza es que alguna institución quiera hacerse cargo.

"Nos encantaría regalar toda la colección. Tal vez también sea adecuado para un propósito social o cultural", explica Renate. Mantener el legado de Bruno para quien "los libros eran sagrados". Pero dicen de él, que no era un gran lector, sino un acumulador de libros.