El Congreso del Frente Polisario apuesta por la violencia y prevé reelegir a Brahim Ghali como líder
El XVI Congreso cuenta con la presencia de miembros de Podemos e Izquierda Unida, cuyos representantes en el Gobierno de Sánchez se autodescartan para la próxima cumbre hispano-marroquí de Rabat
La organización saharaui evita la renovación e insiste en la estrategia de la confrontación armada con Marruecos
Pedraz da carpetazo a la última causa abierta al líder del Polisario y no procesará a Ghali
Sin cambios sobre el guion previsto. El Frente Polisario, organización fundada en 1973 con el objetivo de lograr un Estado independiente para el Sáhara Occidental, insistió en su XVI Congreso, en la estrategia de la violencia contra Marruecos y ha evitado la renovación a pesar del fracaso continuado de su estrategia. Brahim Ghali, de 73 años, uno de los protagonistas de la última crisis diplomática entre Marruecos y España a raíz de descubrirse su ingreso en un hospital de Logroño en la primavera de 2021,es el candidato mejor situado para salir como líder de la organización.
El Congreso, que ha durado ya cinco días y acabará prolongándose dos días más, ha contado con la presencia de más de 2.200 participantes y 370 invitados –entre ellos representantes venezolanos, cubanos, nigerianos o sudafricanos-, según la propia organización. No en vano, el lema de la convocatoria, que ha tenido como escenario los campamentos de refugiados de Tinduf –concretamente el de Dajla- ha sido Intensificar la lucha armada para expulsar al invasor y culminar la soberanía.
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El 13 de noviembre de 2020 el Polisario dio por roto el alto el fuego con Marruecos vigente desde 1991 a raíz del desalojo por parte de las Fuerzas Armadas Reales de una concentración civil que bloqueaba el paso del Guerguerat, en la frontera con Mauritania. Nueve meses después, en agosto de 2021, Argelia, principal apoyo del Polisario, rompía relaciones diplomáticas con Marruecos entre acusaciones de espionaje y de fomentar el independentismo en las zonas de mayoría bereber.
Con todo, en los más de 25 meses transcurridos desde el supuesto fin de la tregua –desde Rabat nunca se dieron por aludidos- no se han registrado enfrentamientos abiertos entre las fuerzas del Polisario y las de Marruecos aunque sí ocasionalmente fuego cruzado a un lado y otro del muro que divide el territorio del Sáhara Occidental (con un reducido balance de pérdidas humanas). El último enfrentamiento, a juzgar por la información que ofrece de manera regular la prensa oficial de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) –medios como Ecsaharaui-, se ha producido este mismo lunes, cuando supuestamente “las unidades del Ejército de Liberación Popular bombardearon varias posiciones de los soldados enemigos”. En cualquier caso, las dificultades a la hora de informar sobre el terreno y la propaganda dificultan la verificación de los datos a los periodistas.
Dado el prolongado fracaso de la estrategia armada de la organización saharaui, que sigue siendo el representante legítimo del pueblo del Sáhara Occidental según Naciones Unidas, la posible reelección de Ghali y, en general, la falta de renovación de sus estructuras a pesar de la existencia de un creciente sector crítico supone una huida hacia adelante que no augura cambios significativos en un conflicto sin visos de solución. Aunque la Minurso, la misión de Naciones Unidas para la celebración de un referéndum –que no se celebrará- en el Sáhara Occidental, renovó su mandato un año más el pasado mes de octubre, las partes siguen sin sentarse a negociar. Por no poder el enviado especial del secretario general, el italo-sueco Staffan de Mistura, no ha visitado aún el territorio por discrepancias hasta ahora irresolubles con Rabat.
Marruecos acumula victorias diplomáticas
El gran hito de los últimos años se produjo en diciembre de 2020, cuando el entonces presidente estadounidense Donald Trump reconocía, por primera vez, la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, una decisión que la Administración Biden no ha revertido desde entonces. Aunque ningún otro país ha reconocido la marroquinidad del territorio que fuera colonia española hasta comienzos de 1976, España, Francia y Alemania, además de Israel –con el que Rabat normalizó relaciones diplomáticas en diciembre de 2020-, han expresado en los últimos meses su apoyo a la propuesta marroquí de autonomía avanzada aunque con diferentes grados de adhesión.
El más entusiasta hasta el momento ha sido Pedro Sánchez, que expresó su respaldo a la propuesta de Rabat en marzo de 2022 en una carta dirigida al rey Mohamed VI. En ella el presidente del Gobierno español calificaba el plan de autonomía de Rabat como “la base más seria, realista y creíble” para superar un conflicto que se prolonga ya durante medio siglo. El respaldo de Madrid a la propuesta permitía poner fin a una crisis diplomática con Rabat que se prolongó durante más de un año.
Críticas a Pedro Sánchez y presencia de Podemos e IU
El giro español no iba a ser pasado por alto por los presentes en el Congreso celebrado en los campamentos de refugiados saharauis. El protagonista del cambio histórico de posición español, Pedro Sánchez, se llevó las mayores críticas de la jornada del sábado por parte del líder del Polisario Brahim Ghali. El presidente de la RASD calificó el respaldo del jefe del Ejecutivo español a Rabat como “cambio peligroso y traición que legitima la ocupación marroquí y viola el derecho internacional”.
“A pesar de las circunstancias excepcionales del regreso a la lucha armada el 13 de noviembre de 2020 como consecuencia de la violación marroquí y su intento de atacar a los civiles saharauis a través de la brecha ilegal en El Guerguerat, se logró un salto cualitativo en todos los campos, comenzando por la institución militar y un intento de modernizarla y dotarla de las capacidades materiales y humanas disponibles para adaptarse a los requerimientos de las circunstancias actuales”, aseveró el veterano líder del Polisario ante una nutrida audiencia.
Atentos a las palabras dedicadas por Brahim Ghali al presidente socialista en Tinduf estuvieron varios representantes políticos españoles, entre ellos miembros de dos formaciones integradas en el Gobierno de coalición: Podemos e Izquierda Unida. Conocido es el rechazo de los dos partidos al giro de Sánchez en el Sáhara y su apoyo a la autodeterminación saharaui.
No en vano, en vísperas del Congreso del Polisario y tras conocerse de boca del ministro de Exteriores José Manuel Albares la noticia de que la XII Reunión de Alto Nivel España-Marruecos se celebrará definitivamente los días 1 y 2 de febrero, la vicepresidenta segunda del Gobierno Yolanda Díaz y la ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos Ione Belarra, al igual que el ministro de Consumo y coordinador federal de IU Alberto Garzón, anunciaron que no estarán en la cita de Rabat. La representación española en los campamentos saharauis el pasado fin de semana la completaron miembros de Bildu, PNV y BNG.
El próximo hito para las autoridades españolas será la esperada XII RAN, que fue suspendida en diciembre de 2020 y cuyo formato no se convocaba desde junio de 2015. Albares, que anunció la convocatoria desde Niamey (Níger) la pasada semana, adelantó que “se van a firmar un buen número de acuerdos en sectores clave en nuestra estrecha relación”.