Ha sido un año plagado de incidencias en la región de Asia Pacífico. Algunas, marcadas en el calendario como las elecciones en Filipinas o el 20º Congreso Nacional del Partido Comunista de China y, otras, inesperadas como el asesinato del ex primer ministro de Japón, Abe Shinzo, las graves inundaciones en Pakistán o la estampida de Halloween en Corea del Sur. Tampoco se han podido anticipar otros eventos como las revueltas sociales en China que han obligado al Gobierno de Xi Jinping a apretar el acelerador y aliviar la política de ‘Covid Cero’ o el fin de la corrupta dinastía Rajapaksa en Sri Lanka, provocada por los disturbios de una población asfixiada en lo económico y sin acceso a bienes esenciales.
El Indo-Pacífico se ha consolidado en 2022 como una pieza clave en el tablero geopolítico, agitado siempre por la invasión de Rusia a Ucrania, donde tanto China como Estados Unidos y sus aliados libran una batalla de persuasión para ganar influencia sobre naciones clave. La región también se ha convertido este año en uno de los puntos más tensos del mundo por la incertidumbre de si China cumplirá su promesa de “utilizar toda la fuerza” sobre Taiwán para su ansiada unificación y la incógnita sobre qué planes tiene el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, después de haber batido todos los récords de lanzamiento de misiles de prueba en su historia.
A continuación, repasaremos algunos de estos acontecimientos que han hecho de 2022 un año plagado de intensidad y actividad en varios niveles.
El gigante asiático ha sido el país más férreo del mundo en la aplicación de medidas de contención de Covid-19 y la paciencia de su ciudadanía se ha ensanchado hasta la fractura. Durante este año se han vivido situaciones muy difíciles que fueron relatadas a NIUS por españoles residentes en Shanghai como Julián, quien describió las dificultades que tanto él como sus conocidos vivían en el país. Desabastecimiento de alimentos, tests diarios en los que dar positivo significaba ser internado en centros de aislamiento gubernamentales donde las condiciones eran “inhumanas”, edificios a los que se añadían verjas cerradas bajo llave para evitar que los residentes salieran fruto de la desesperación, una mayor censura de las redes sociales, mano dura de las autoridades…
Lo peor comenzó en Shanghái durante la primavera y poco a poco las medidas se fueron extendiendo a otras grandes urbes. Algunas estimaciones hablan de mil millones de personas que han vivido algún tipo de confinamiento. El coste económico ha sido enorme cuando, además, el país está sumido en una profunda crisis hipotecaria, aunque lo que realmente acabó encendiendo la mecha del descontento fue el aspecto humanitario. En este sentido, el incendio que se produjo a finales de noviembre en un complejo de apartamentos de la ciudad de Urumqi, en Xinjiang, y que dejó 10 fallecidos, fue la gota que colmó el vaso. La urbe llevaba 100 días confinada. La puerta de entrada del edificio estaba cerrada por las autoridades y ante las dificultades de acceso, los bomberos no pudieron hacer nada para evitar la tragedia. A partir de ese momento crecieron unas protestas que han servido para cambiar el rumbo.
A finales de año había ciertos indicios de reapertura y relajación de medidas que acercaban poco a poco al país a una ‘nueva normalidad’, sin embargo, abierto ya el abanico del enfado social, los expertos coinciden en que las cada vez más multitudinarias y difíciles de controlar movilizaciones ‘del DIN-A4’, en las que ciudadanos chinos sostenían folios en blanco que representaban la censura que se vive en el país, aceleraron el proceso de normalización que continuará en enero de 2023 con la apertura de las fronteras a extranjeros y el fin de la cuarentena a viajeros. La flexibilización de las medidas ha sido, según varios expertos, improvisada y fruto del tipo de decisiones que se toman en un sistema autocrático que antepone la opinión de Xi Jinping sobre la estrategia de reapertura de un departamento de Salud que ahora está desbordado. Las imágenes con las que China despide 2022 son idénticas a las de otros países en el momento álgido de la pandemia.
El 20º Congreso del Partido Comunista de China celebrado en octubre sirvió para alargar la legislatura del presidente chino durante un tercer lustro, para nombrar a núcleo de Gobierno más cercano y para marcar la hoja de ruta de la estrategia doméstica (cambios constitucionales) y exterior del país. Una de las imágenes de mayor relevancia que dejó el evento fue la pasividad de Jinping cuando su antecesor en la presidencia Hu Jintao fue expulsado de la sala: se trató de una clara muestra de fortaleza política donde Xi rompe con el pasado para escribir el futuro a su manera.
En el porvenir del “sueño chino” que sirve de premisa a las decisiones del presidente y como objetivo del PCCh, se incluye la unificación de Taiwán -por las buenas o por las malas- antes de 2050. Las incursiones aéreas de cazas del Ejército de Liberación Popular en espacio aéreo taiwanés han sido constantes durante este año. Sólo el 27 de diciembre, se produjeron 71 vuelos. El momento de mayor tensión se produjo con la visita a Taipéi de la portavoz de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, el 2 de agosto. China llevó a cabo pruebas militares sin precedentes en el Estrecho de Taiwán y más de dos mil productos taiwaneses fueron prohibidos en el gigante asiático. Además de las aspiraciones sobre Taiwán, China también ha trabajado en política exterior para ganar influencia en la región.
En mayo salió a la luz un pacto entre el Partido Comunista y las Islas Salomón por el que, a cambio inversiones económicas y ayudas en términos de seguridad, el país oceánico ha cedido su terreno para que China implante una bases militar ubicada a menos de dos mil kilómetro de Australia, aliado estrecho de EE.UU.
Las impactantes imágenes dieron la vuelta al mundo Shinzo, que aún era miembro activo de la Cámara de Representantes de Japón, falleció el 8 de julio mientras pronunciaba un discurso en la ciudad de Nara. Durante la intervención se oyeron dos disparos, el primero no impactó sobre el político de 67 años de edad, fue el segundo intento el que acabó con su vida. Tetsuya Yamagami, que ahora tiene 42 años de edad, fue reducido y detenido al instante después de herir fatalmente al ex primer ministro japonés con un arma casera. El asesino confesó que mató a Shinzo porque estaba vinculado a la Iglesia de la Unificación, una congregación religiosa que aparentemente provocó la bancarrota a la madre del agresor. La organización supuestamente presionaba a sus feligreses a realizar grandes donaciones y tras el ataque, el actual primer ministro, Fumio Kishida, se vio obligado a remodelar su gabinete debido a que su índice de aprobación perdió enteros abruptamente después de que se demostraran vínculos entre la clase política y la Iglesia de la Unificación. Otras de las consecuencias tras el asesinato de Shinzo es que, en diciembre, la Cámara de Representantes y la Cámara de Consejeros aprobaron dos proyectos de ley para restringir las actividades de organizaciones religiosas del mismo perfil y proporcionar ayuda a las víctimas. A pesar de que el asesino alegó tener problemas mentales, tras las evaluaciones psiquiátricas se ha determinado que Yamagami será juzgado en 2023.
Nunca antes como este año, Corea del Norte había lanzado tantos misiles y de rangos tan variados. No hay cifras exactas, aunque se han contabilizado alrededor de 100 lanzamientos. Sólo en un día, los norcoreanos dispararon el mismo número de proyectiles que en 2017, el año que más pruebas habían realizado: 23. Por poner en contexto, si este año se han usado alrededor de un centenar, en 2020 se llevaron a cabo cuatro tests y en 2021, un total de ocho. Kim Jong-un, impredecible en sus decisiones, está causando malestar en los países vecinos del Pacífico, EE.UU. y sus aliados ya que además ha probado más de 90 misiles balísticos y de crucero, lo que podría ser un indicativo de la liviandad con la que podría tratar un posible ataque nuclear en caso de conflicto directo. El temor a una carrera armamentística está creciendo en esta parte del mundo, con los estadounidenses dispuestos a defender a naciones amigas como Corea del Sur y Japón. El proyectil que más inquieta es el Hwasong-17, un misil balístico intercontinental con capacidad nuclear que teóricamente podría alcanzar a EE.UU. Según la versión estatal norcoreana, éste se lanzó en marzo y en noviembre. Otro de los momentos más tensos se produjo en octubre, cuando se probó el misil balístico, Hwasong-12, el cual recorrió más de 4.500 kilómetros e incluso sobrevoló Japón haciendo saltar las alarmas antiaéreas.
Kim ha sido especialmente sensible a los simulacros militares que Washington realiza asiduamente junto a Seúl, Tokyo y sus aliados. Estos son constantes y las respuestas norcoreanas se producen casi al instante. Hay precedentes que indican que cada vez que hay un nuevo presidente en Corea del Sur, Kim le da la bienvenida a base de amenazas y con el lanzamiento de misiles. Yoon Suk-yeol ganó las elecciones en marzo y durante su campaña electoral dejó claro que llevaría a cabo una firme política contra sus vecinos del norte. Otra de las especulaciones sobre las ansias nucleares del líder norcoreano por probar misiles es que en 2022 se ha cumplido una década desde que se puso al frente del país y podría estar intentando mostrar al mundo una imagen de fortaleza.
Ferdinand ‘Bongbong’ Marcos Jr, hijo del dictador y cleptócrata que gobernó Filipinas entre 1965 y 1986, ganó las elecciones el 9 de mayo con casi un 59 por ciento de votos a favor, precisamente el mejor resultado desde el exilio de su padre. Además, la vicepresidenta Sara Duterte, hija del presidente anterior, Rodrigo Duterte, también forma parte del Gobierno tras presentar una candidatura conjunta con el actual máximo mandatario. La familia Marcos ha surgido de sus cenizas desde la decadencia del clan, obligado a exiliarse a Hawái en 1986, con el patriarca y su mujer, Imelda, o la dama de los 3.000 pares de zapatos, a la cabeza. Si las revueltas sociales acabaron con la dictadura a mediados de los ochenta, las redes sociales han ayudado a tergiversar la historia de los Marcos en la actualidad. A través de esa vía han logrado hacer una especie de revisionismo de la era anterior donde la han retratado como una época de prosperidad y estabilidad, evitando mencionar el altísimo grado de corrupción y crímenes que se llevaron a cabo.
La fuerte influencia en la economía de Filipinas de los Marcos allanó el camino para que el apellido Marcos haya vuelto a la cúpula de poder de Filipinas. Han pasado seis meses desde que ‘Bongbong’ ha sido elegido y lo más significativo es el viraje de Manila hacia Washington. No es difícil que la relación entre ambos países sea mejor que la de la era Duterte, quien siempre tuvo recelos con EE.UU.. De hecho, en sus seis años al frente del país nunca realizó ninguna visita oficial a ninguno de los máximos mandatarios estadounidenses. Las inversiones de China y el amiguismo con Rusia marcó la política exterior del anterior Gobierno filipino y, en la actualidad, EE.UU. sueña con poder operar militarmente en las bases del archipiélago, punto clave en el disputado Mar de China Meridional.
El ocaso de la familia Rajapaksa pasará a la historia por la manera en la que se produjo. En la retina siempre quedarán las masivas protestas protagonizadas por una sociedad asfixiada que acabó ocupando la mansión del presidente, Gotabaya Rajapaksa, y otras pertenecientes al clan a la cúpula política del país. Fue en ese momento, con el máximo mandatario huido, cuando la población experimentó el verdadero contraste entre la miseria y los lujos de las élites. Los disturbios se fueron acelerando paulatinamente desde comienzos del año debido a carencias y dificultades para acceder a medicamentos, a gasolina (las filas eran de días) o a alimentos. En julio, los máximos mandatarios se vieron obligados a abandonar el país ante el acoso de los manifestantes. La inflación, la falta de recursos, la increíble deuda que colocó al país en bancarrota… todo ello supuso un gran contraste entre la población y el lujoso modo de vida de los Rajapaksa, cuyo saqueo a las arcas del Estado y malas decisiones contribuyeron al deterioro de la nación.
Los últimos 20 años de la historia del país no se pueden explicar sin la influencia política de los hermanos Rajapaksa, de los que hasta 40 miembros llegaron a tener puestos de poder o alguna posición de influencia, especialmente económica. Antes de huir, el expresidente Gotabaya y su hermano, el exprimer ministro Mahinda, habían amasado una fortuna de miles de millones mientras su pueblo vivía en unas condiciones pésimas. Por eso, la imagen de la ocupación de la residencia presidencial por parte de los manifestantes mientras se bañaban en la piscina, visitaban las lujosas estancias de la mansión e incluso se daban una ducha serán imposibles de olvidar. Muchas de las residencias ocupadas acabaron sucumbiendo a las llamas provocadas durante los disturbios. El 20 de julio, Ranil Wickremesinghe fue elegido como el noveno presidente de Sri Lanka mediante elecciones parlamentarias.
Entre junio y octubre de este año, Pakistán experimentó unas graves inundaciones que causaron más de 1,700 fallecidos y millones de desplazados debido a las potentes lluvias monzónicas, por el aumento de los niveles del mar y a dos intensas olas de calor consecutivas en mayo y junio. Se trató de las mayores crecidas de agua del mundo en los últimos dos años. Se estima que 33 millones de personas se vieron afectadas y se perdieron casi un millón de hogares. Entre el 10 y el 12 por ciento del país quedó inundado y las pérdidas económicas debido al destrozo de los cultivos, del ganado e infraestructuras superaron los 15.000 millones de euros. Los expertos señalan al calentamiento global como la causa de esté extremo evento -el Océano Índico es el que más incremento de temperaturas experimenta en el mundo- una situación que las autoridades de Pakistán han denunciado en numerosas ocasiones.
Las estimaciones apuntan a que el país contribuye menos del 1% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y, sin embargo, es uno de los lugares más expuestos a los efectos del cambio climático. Según Naciones Unidas, la inseguridad alimentaria se ha disparado tras las inundaciones, así como la proliferación de infecciones y enfermedades.
En noviembre, el ex primer ministro del país, Imran Khan, sufrió un intento de asesinato durante una marcha a Islamabad que le dejó herido en la pierna derecha y que acabó con la vida de un simpatizante.
Otro de los momentos más dramáticos que se ha vivido en Asia Pacífico este año es la estampida que se produjo el 29 de octubre durante una multitudinaria celebración de Halloween en Seúl. Al menos 158 personas fallecieron y otras 196 resultaron heridas. Las víctimas y los familiares de los fallecidos piden responsabilidades a las autoridades ya que no se destinaron los esfuerzos de seguridad necesarios para uno de los primeros eventos tras la relajación de las medidas contra el Covid-19. Según fuentes policiales, tan solo había 137 agentes a pesar de que se esperaban alrededor de cien mil asistentes. Tampoco había un plan de control específico ya que su prioridad era vigilar delitos relacionados con las drogas y no con la supervisión de la multitud. A pesar de que tanto el ministro de Interior surcoreano, Lee Sang-min, como altos cargos de la Policía han afirmado haber cometido errores, ningún funcionario oficial ha asumido ninguna responsabilidad.
La tensión en Myanmar tras la proliferación de grupos opositores a la junta militar que gobierna el país desde febrero de 2021 y las violentas respuestas de las autoridades el cambio de Gobierno en Australia de la coalición conservadora al Partido Laborista tras las elecciones de mayo; los comicios en Malasia que también alzaron al poder al eterno líder de la oposición tras los casos de corrupción del anterior máximo mandatario, además de la ascensión del Partido Islámico, que defiende una interpretación más estricta de la ley islámica sharia; el pulso de Vietnam a China en el Mar de China Meridional con la ampliación de terreno construido sobre arrecifes para fines militares; el plante de las islas del Pacífico ante su situación de vulnerabilidad ante el cambio climático y su cruzada contra las naciones más contaminantes y ricas para que les ayuden a aliviar el impacto de las subidas de los niveles del mar… La agenda en Asia Pacífico ha estado repleta de historias durante este 2022 y las previsiones de cara al próximo año colocan a esta región como uno de los puntos de mayor actividad en el mundo.