Marruecos: lluvia de millones para impulsar las energías renovables
Altamente dependiente en materia energética, el país magrebí invertirá a través de la Oficina Nacional de Fosfatos (OCP) 13.000 millones de dólares para aumentar la producción de fertilizantes por medio de energía verde en los próximos cuatro años
El objetivo repetido de las autoridades marroquíes es que el 52% de su mix eléctrico proceda de energías limpias en 2030
Las empresas españolas, líderes mundiales del sector, se sitúan en una posición favorable para invertir en Marruecos
Decidida apuesta de Marruecos por las energías renovables. La Oficina Jerifiana de Fosfatos de Marruecos (OCP, por sus siglas en francés), compañía que monopoliza la producción y comercialización de estos productos químicos y es uno de los líderes mundiales del sector, invertirá 130 millones de dírhams (el equivalente a 13.000 millones de dólares) durante los próximos cuatro años en energías verdes. Así lo suscribieron los responsables de la compañía y el Gobierno marroquí hace menos de tres semanas en Rabat en presencia del rey Mohamed VI. Se trata de una de las mayores inversiones de la historia de Marruecos.
El objetivo concreto de la ONP es aumentar la producción de fertilizantes –de 12 millones de toneladas actuales a los 20 en 2027- alimentando su maquinaria industrial exclusivamente de energías verdes –eólica y solar- en el horizonte de los próximos cuatro años y alcanzando la neutralidad de carbono antes de 2040, según una nota difundida por el grupo.
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Además, el pujante grupo marroquí aspira a ser “autónomo en materia de aprovisionamiento en amoníaco verde y energías renovables, permitiéndole entrar con fuerza en el mercado de los fertilizantes verdes y las soluciones de fertilización adaptadas a las necesidades específicas de diferentes suelos y cultivos”, explica en el mismo comunicado la OCP.
Con la ampliación de sus capacidades mineras y la creación de un nuevo complejo químico en Mzinda (provincia de Safi), la compañía marroquí pretende crear 600 empresas industriales y 25.000 empleos directos e indirectos (en un país que, como el resto del entorno, presenta elevadas tasas de desempleo juvenil) además de una cifra de negocio de 14.700 millones de dólares a partir de 2025.
El volumen de negocios de la OCP alcanzó en el primer semestre de este año los 56.018 millones de dírhams (equivalente a 5.200 millones de euros), lo que supone un 72% más que en el mismo período el año pasado. La razón, según la compañía controlada en un 95% por el Estado marroquí: el aumento de precios mundial de los fertilizantes como consecuencia de la guerra en Ucrania. La entidad marroquí facturó cerca de 10.000 millones de euros en el conjunto de 2021.
Una ambiciosa apuesta por las renovables
En cifras concretas, las autoridades marroquíes se proponen alcanzar los 12 GW a partir de fuentes renovables antes de 2030 y confían en que al menos el 52% de su mix eléctrico proceda de energías limpias en el mismo horizonte temporal, como desde hace algún tiempo repiten desde el Ministerio de Transición Energética y Desarrollo Sostenible. Ambiciosos objetivos que pueden estar acompañados por el know-how de las empresas españolas, líderes mundiales en el sector.
Marruecos, como otros países de la región, es altamente dependiente del exterior, pues importa más del 90% de la energía que consume. Más del 57% de su mix energético procede aún del petróleo, según datos oficiales de 2019. Como reconocen las autoridades marroquíes, el cierre a finales de octubre de 2021 del gasoducto Magreb Europa por parte de sus vecinos argelinos –en plena crisis diplomática bilateral- hizo saltar las alarmas sobre la dependencia del gas natural y la vulnerabilidad energética del país, así como sobre los límites a la integración regional por razones geopolíticas. Como consecuencia del cierre del grifo del gas por parte de Argel, Marruecos se vio obligado a cerrar dos centrales eléctricas de ciclo combinado que producían más del 10% de su electricidad.
Lo cierto es que desde hace ya varios años, sus autoridades confían en sus ventajas geográficas y naturales para impulsar el sector de las renovables con vistas no sólo a cubrir las necesidades domésticas, sino, a medio y largo plazo, convertirse en cliente de sus socios europeos. No en vano, el país magrebí desarrolla importantes proyectos en el ámbito solar y eólico en diversas zonas de su territorio.
Destacan entre estos proyectos las distintas etapas del ambicioso plan energético Noor (luz en árabe), que, a pesar del impulso de las autoridades marroquíes, no ha estado exento de dificultades. El Gobierno marroquí no ha logrado que en 2022 arranque la construcción de la estación solar Noor Midelt, con la que pretende lograr una capacidad de 1.600 MW de potencia instalada, por culpa de los elevados costes de producción y los déficits de gobernanza del sector, según el digital Médias24.
Además, las autoridades del país norteafricano se han marcado en los últimos dos años el objetivo de impulsar el desarrollo del hidrógeno verde para hacer de Marruecos un centro regional de producción y exportación. En mayo de 2020, Marruecos firmó con Alemania un memorando de entendimiento para el desarrollo del sector. Recientemente el Consejo Mundial de la Energía situaba a Marruecos como uno de los seis países mejor situados del mundo para convertirse en productores y exportadores de hidrógeno verde y derivados.
En declaraciones al digital Hespress, el experto en temas energéticos marroquí Amin Bennouna, que elogia la apuesta estratégica “durable” de la OCP, afirmaba recientemente que “a pesar del hecho de que no hemos podido alcanzar el objetivo del 42% en 2020, vamos, sin embargo, a poder alcanzar el de 2030. Con los proyectos de la OCP, superaremos ampliamente el 52% [de mix energético a base de energías renovables]”. Entretanto, este mismo martes la Cámara de Representantes aprobaba el proyecto de ley para la autoproducción de energía eléctrica.
Respaldo de Mohamed VI
El apoyo personal del monarca al plan subraya la importancia estratégica del desarrollo del sector de las renovables para el Estado marroquí. No en vano, el soberano alauita presidió personalmente tanto la firma del acuerdo entre el Grupo OCP y el Estado el 3 de diciembre como, antes, un Consejo de Ministros dedicado a la cuestión el 22 de noviembre. El Estado marroquí es consciente que todo el ambicioso ramillete de objetivos no se logra sin inversión foránea, y esta sólo puede llegar si desde fuera se percibe un escenario de seguridad y estabilidad política y jurídica en el país norteafricano.
En este sentido, con motivo del discurso de apertura de la primera sesión del segundo año de la legislatura el pasado 14 de octubre, el rey de Marruecos subrayó la importancia de la actividad privada y afirmó que la atracción de la inversión “goza de toda nuestra atención”. “Hoy apostamos por la inversión productiva en tanto que palanca fundamental para reactivar la economía nacional y lograr la incorporación de Marruecos a los sectores prometedores (…) Esperamos que la nueva Carta de inversión aporte un impulso tangible para que Marruecos pueda atraer inversiones privadas tanto nacionales como extranjeras”, afirmó el soberano marroquí.
En la citada alocución el monarca se refería a un pacto nacional para la inversión valorado en 550 millones de dírhams, que equivalen a 50.000 millones de dólares, para crear nada menos que medio millón de puestos de trabajo.
Cuatro días más tarde, Marruecos y la Unión Europea firmaron en Rabat la primera asociación verde entre Bruselas y un Estado extracomunitario. El objetivo: cooperar en la lucha contra el cambio climático e invertir en energías renovables y, de manera concreta, en la emergente industria del hidrógeno verde. El pacto fue suscrito por el vicepresidente de la Comisión Europea encargado del Pacto Verde, Frans Timmermans, y el ministro de Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, en una ceremonia en la que participaron también los ministros marroquíes de Industria, Energía y de Agricultura. Antes, en febrero de este año, la UE anunciaba una inversión de 1.600 millones de euros en subvenciones entre 2021 y 2027 centradas en proyectos de energía verde y digitalización en Marruecos.
De la misma manera, el pasado 6 de noviembre Mohamed VI, que viene centrando en el último año en la economía sus últimas alocuciones públicas, subrayó en el discurso pronunciado con motivo de la fiesta de la Marcha Verde las millonarias inversiones, que ascienden a los 7.000 millones de euros, que recibirá el territorio del Sáhara Occidental en los próximos años.
Nuevo acuerdo israelo-marroquí para la explotación del gas
Coincidiendo con el anuncio sobre la inversión de la Oficina Jerifiana de Fosfatos, la sociedad israelí NewMed Energy y Adarco (firma con sede en Gibraltar) sucribía un acuerdo con la Oficina Nacional de Hidrocarburos y Minas de Marruecos (ONHYM) para la exploración y producción de gas natural en el marco del permiso Boujdour Atlantique (que tiene una duración de ocho años). El yacimiento, que tiene una extensión de 33.812 kilómetros cuadrados, se encuentra situado en aguas del sur de Marruecos.
Con arreglo al acuerdo, NewMed Energy detentará el 37,5% de los derechos de la licencia de explotación, Adarco otro 37,5% y el Ministerio marroquí el 25% restante. “El anuncio hará de NewMed Energy la principal entidad energética de la región del Mediterráneo oriental y del Norte de África. Hay un enorme potencial en los sectores del gas natural y las renovables en Marruecos y estamos encantados de desarrollarnos en el sector de las energías renovables en el exterior”, afirmó el director general de la sociedad Yossi Abou.