Boris Becker habla del miedo a ser asesinado en los ocho meses que estuvo en la cárcel

El extenista alemán, Boris Becker, ha salido de prisión después de pasar ocho meses encarcelado en dos centros penitenciarios británicos diferentes. El de Leimen fue condenado a dos años y medio de cárcel por un delito de fraude fiscal, pero finalmente ha estado menos tiempo y ha sido liberado. Primero estuvo en la HMP Wandsworth, considerada la peor prisión de Inglaterra, y después pasó cinco meses en la de Huntercombe. Tras esto, las autoridades decidieron deportarle a su país natal, donde podrá estar cerca de sus familiares y donde vivirá con su pareja, Lilian de Carvalho Monteiro, a quien pretende pedirle matrimonio.

Becker, campeón de seis Grand Slams, una vez en libertad, ha reflexionado sobre cómo ha sido su vida en prisión estos meses, coómo han transcurrido y cómo ha llegado a tener miedo de ser asesinado. Recibió duras amenazas. "Un preso llamado John me decía que si no hacía esto o aquello, me mataría. Lo había probado con otros", ha comentado el extenista en 'Sat1'. En las cárceles británicas conoció "en confianza a tres presos" que le salvaron la vida. En octubre, un reo le quería matar y le dijo cómo lo iba a hacer. Pero estas personas le brindaron apoyo y el agresor terminó disculpándose.

El extenista dice que la experiencia en la cárcel fue "una pesadilla", se volvió "loco". "Mis dos grandes preocupaciones eran tener una celda compartida, estaba jodidamente asustado, y ducharme. Las películas no me ayudaron cuando ves el jabón cayendo al suelo", explicó sobre los momentos más compllicados. Becker asegura que en la cárcel, todo depende de uno mismo.

Es un lugar "sucio, peligroso, con asesinos, ofertas sexuales, tráfico de drogas" y "todo tipo de cosas". "Sales de tu celda y tienes que cuidar de ti mismo, los guardias no lo hacen", ha precisado. Becker dice que ha perdido más de siete kilos de peso corporal debido a que en las cárceles se incluyen porciones pequeñas de comida. Algo que, según apunta, le ha venido bien, pese a que haya sido duro: "Tuve una sensación de hambre por primera vez en mi vida". Además, dentro de la cárcel tampoco ha accedido a consumir alcohol o cigarros y su salud lo ha agradecido.

Otro dato que ha querido destacar Boris Becker es que intentó visitarle Jürgen Klopp, actual entrenador del Liverpool, sin embargo, las autoridades penitenciarias se lo negaron. "Soy muy buen amigo suyo. Quería visitarme. Le di los nombres al gobierno, después vino la respuesta de que no podía visitarme porque es demasiado famoso", ha concluido al respecto. El extenista afronta un nuevo comienzo.