La Justicia de Nueva Zelanda tendrá que decidir la suerte de este bebé, hijo de padres negacionistas. El pequeño de cuatro meses necesitará una operación urgente del corazón, pero sus padres rechazan la transfusión de sangre que necesita si es de un donante vacunado contra el covid.
La Justicia decidirá la disputa entre el Sistema de Salud con los padres de un bebé, que sufre el estrechamiento de una válvula cardiaca. El sistema sanitario reclama el amparo del menor y actuar, a pesar de la voluntad de los padres, que pone en riesgo la vida de su hijo.
Los padres del pequeño reconocen la urgencia de la intervención, pero se niegan a que se utilice plasma de un donante que haya sido inoculado contra el coronavirus.
La vista en la ciudad de Auckland, el abogado del Te Whatu Ora, Paul White, subrayó que los cardiólogos del bebé han advertido que el paciente está sufriendo daños debido al retraso de la operación por la acumulación de sangre en la válvula dañada.
"Está sometido a una tensión increíble", expresó White en declaraciones publicadas por el diario New Zealand Herald, al insistir en que este bebé, quien se encontraba en la sala judicial en brazos de su madre, permanezca hospitalizado.
El letrado insistió que la prioridad es tener en cuenta lo que es mejor para el menor y recordó que sus padres habían accedido previamente a que el pequeño recibiera una transfusión de sangre.
La abogada Sue Grey, que representa a los padres del bebé, argumentó que hay una serie de donantes no vacunados que están dispuestos a donar sangre, al referirse a algunos de los 150 manifestantes antivacunas congregados a las afueras del tribunal.
"El bebé está mejorando. Su corazón es estable, está ganando peso y está feliz", precisó la letrada, al insistir en que se puede demorar el proceso unos días para conseguirle sangre requerida por sus progenitores.