China vive el mayor episodios de revueltas desde los dramáticos sucesos de la Plaza de Tiananmén, en junio de 1989.
La política de 'covid cero' y los estrictos confinamientos han colmado la paciencia de una población que arrastra tres años de recortes de libertades, como consecuencia de la pandemia.
Desde Pekín a Shangái, pasando por Nanjing o Wuhán (epicentro mundial del coronavirus), miles de manifestantes se han echado a las calles para decir basta.
Decenas de detenciones y un despliegue policial superlativo no han evitado que resonaran consignas inéditas contra la cúpula del Partido Comunista Chino, como "¡Renuncia, Xi Jinping!, ¡Retírate, Partido Comunista!", "¡No quiero la prueba de covid, quiero libertad!" o "¡No quiero dictadura, quiero democracia!".
El canal CNN cita a testigos que aseguran que muchas personas confinadas han retirado las barreras del cordón sanitario que les impide moverse libremente.
Como ocurrió en 1989, también esta vez los campus universitarios son el catalizadores del descontento. “Di no al encierro, sí a la libertad. No a la prueba de covid, sí a la comida”, decía el mensaje escrito con pintura en la universidad Tsinghua de la capital.
La chispa que ha encendido los ánimos ha sido la muerte este jueves de diez personas en el incendio de su vivienda confinada en la localidad de Urumqi. Gran parte de la población, con los estudiantes a la cabeza, considera que la intransigencia de los responsables políticos y sanitarios para controlar la pandemia es la causante final de esas muertes.
Aunque las autoridades chinas niegan cualquier responsabilidad, los responsables municipales de Urumqi han emitido una insólita nota de disculpa, al tiempo que pedían "reinstaurar el orden" en las calles.
A lo largo del país, miles de jóvenes iluminados por velas, otros portando banderas blancas y flores, han celebrado vigilias este fin de semana en recuerdo a las víctimas del incendio, unas concentraciones especialmente concurridas en las universidades de Pekín y Nanjing.
Algunos analistas, citados por BBC News aseguran que el gobierno de Xi no vincula la presente oleada de descontento con la controvertida estrategia para controlar la pandemia, que considera efectiva y no tiene intención de variar.
“¡Tenemos que ser más valientes! ¿Estoy infringiendo la ley por sostener flores?”, preguntaba un manifestante a la multitud, que gritó "¡No!" en respuesta, según cuenta CNN.
"¡Los chinos tenemos que ser más valientes!" dijo entre los aplausos de la multitud. “Muchos de nosotros fuimos arrestados ayer. ¿Están sin trabajo o sin familia? ¡No debemos tener miedo!”.
En paralelo, el número de contagios por coronavirus registra cifras récord en el país con más de 40.000 personas contagiadas.