Laura Fernández, de padre español y madre ucraniana, triunfaba como primera bailarina en el teatro Stanislavsky de Moscú cuando estalló la guerra. En pocos meses, su familia en Mariupol lo perdió todo.
Cuando su tía murió en un bombardeo, Laura no pudo seguir apoyando con su éxito al país que tanto daño estaba haciendo a su familia. Junto a su madre, emigró a Tiblisi, la capital de Georgia y allí es la Giselle del Ballet Nacional.