Una vez más todos los focos sobre "su persona". Donald Trump como buen ególatra considera que todo gira a su alrededor. Y pensó que tras dos años alterando al Partido Republicano podría implosionarlo y convertirlo en el partido de "su persona". Nada más lejos de la realidad. Las elecciones de medio término celebradas el martes pasado pusieron de manifiesto que Trump puede llenar estadios de fans, pero no las urnas de votos. El partido republicano empieza a renacer de sus cenizas.
Veinticuatro horas antes de la cita con las legislativas, Trump anunció una comparecencia para este martes. En ella se espera que anuncie que se presenta como candidato a las primarias republicanas por tercera vez. En las últimas horas los medios estadounidenses han filtrado que sus allegados esperan que "de marcha atrás" en sus aspiraciones tras el fracaso de sus candidatos en las elecciones. El le echa la culpa al presidente del Senado de haber perdido la Cámara más importante de la política en Estados Unidos y varios gobernadores.
Dicen los expertos que para los Republicanos en particular y los estadounidenses en general la "no ola roja" en referencia a los republicanos es lo mejor que podía pasarles. Explican los expertos que en el Partido Republicano hay vida después de Trump. Y que esa es la gran lección electoral. Todas las encuestas dan al partido Demócrata por debajo de los republicanos en valoración de la situación económica, la incapacidad de gestión de la inmigración e incluso les echan la culpa de la polarización. Los republicanos han conseguido en las elecciones cinco millones más que los demócratas en el cómputo general para el Congreso, pero no ha sido suficiente para arrasar en el Senado. Para los expertos el factor distorsionador ha sido la figura de Trump.
El multimillonario republicano ha prometido un "anuncio muy grande" desde su residencia en Mar-a-Lago, Florida, a las 21:00 hora local (nuestra madrugada) -cuyo contenido ya no despierta realmente la expectación inicial pero que sin embargo debería deleitar a sus millones de simpatizantes. Su asesor Jason Miller prometió un comunicado "muy profesional, muy prolijo". Veremos.
De momento lo que está claro es que entre las filas de los republicanos ha nacido una estrella, el gobernador de Florida Ron DeSantis, un hombre liberal-conservador que se ha separado de Trump y de su "manto protector" lo suficientemente pronto y con la necesaria intensidad como para ser considerado el principal aspirante a la presidencia de Estados Unidos por parte de los republicanos.
Y mientras el joven de 40 años parece la nueva esperanza republicana, Donald Trump se enfrenta a sus numerosos problemas legales. El expresidente es objeto de varias investigaciones por su papel en el asalto a la sede del Congreso el 6 de enero de 2021 o su gestión de los archivos de la Casa Blanca. Es verdad que parece que Donald Trump, cuya caída ha sido anunciada mil veces ha sobrevivido hasta ahora a todos los escándalos. No es menos cierto que ha perdido las elecciones de medio término.