Marruecos evita desmentir al Gobierno sobre Melilla y presume de su buena sintonía con España
Las autoridades marroquíes guardan silencio, como ha sido casi siempre el caso desde que se produjo el asalto a la frontera de la ciudad autónoma el pasado 24 de junio
El ministro de Exteriores marroquí, Nasser Bourita, calificó de “importante” y “claro” el cambio de posición del Gobierno de Sánchez en el conflicto del Sáhara ante un grupo de diputados nacionales
Silencio rotundo el de las autoridades marroquíes sobre las circunstancias en que se produjo la tragedia de la valla de Melilla el pasado 24 de junio, en la que, según el balance oficial de Rabat murieron 23 personas y decenas resultaron heridas.
A pesar de las informaciones reveladas recientemente por la BBC –el trabajo de investigación de la cadena británica, publicado el pasado 1 de noviembre, constata que los agentes de la Gendarmería marroquí entraron en territorio español- y de que el ministro español del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha insistido en que no hubo un solo muerto en suelo español –lo que implica que todos los fallecidos perdieron la vida por la intervención de las fuerzas marroquíes y en territorio marroquí-, ninguna autoridad marroquí ha salido al paso de la cuestión en la última semana y media.
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En este sentido, al ser preguntado este jueves directamente por un periodista marroquí –que le inquirió por los videos y por el “mal comportamiento” de los españoles hacia las autoridades marroquíes- en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros el portavoz del Gobierno marroquí, Mustapha Baitas, evitó responder a la cuestión remitiéndose al Ministerio de Exteriores.
Lo cierto es que no es nueva la posición de las autoridades marroquíes, que tampoco expusieron su versión sobre lo sucedido en el asalto masivo de la valla melillense –protagonizado por más de 1.500 jóvenes- en las jornadas posteriores a la tragedia desde el comunicado del Ministerio del Interior del 25 de junio en que se reconocían 23 migrantes muertos.
Lo más cercano a una voz oficial marroquí desde entonces ha sido la publicación el 13 de julio de un informe del Consejo Nacional de Derechos Humanos, una entidad dependiente del Estado marroquí, que acusó a las autoridades españolas de haberles negado a los migrantes “la asistencia y el socorro necesario”.
En el documento, esgrimiendo testimonios de oenegés, el CNDH marroquí vincula los decesos a las caídas desde la valla o a asfixias provocadas por la estampida. Afirma además que las autoridades españolas actuaron de manera violenta y “cerraron herméticamente” las puertas giratorias de la frontera de Melilla en el momento de la estampida, lo que elevó el número de heridos y muertos, de acuerdo a la entidad estatal marroquí.
Sin debate público
Asimismo, la cuestión está largamente ausente en los medios de comunicación marroquíes, tanto en los del Estado, los oficialistas como los independientes. Los que se han hecho eco de las informaciones de la BBC lo han hecho para subrayar las incoherencias entre lo mostrado por la cadena británica y lo que afirman autoridades españolas.
En el arabófono Al Akhbar, uno de los principales diarios del país, se destacaba en una pieza este viernes las reticencias de Grande-Marlaska a abandonar su puesto a tenor de las comprometedoras informaciones de la cadena británica: “Los sucesos de Melilla avergüenzan al Ministerio del Interior español y Marlaska rechaza dimitir”.
En bladi.net se recuerda que la BBC “muestra que ciertos migrantes murieron sobre territorio español, que la Policía detuvo a migrantes en el lado español de la frontera y que hubo migrantes ya fallecidos que fueron trasladados al otro lado de la frontera”.
El digital Le Desk, uno de los más críticos contra el poder marroquí, dedicaba una información también a Grande-Marlaska en la que como titular se empleaban las rotundas palabras del ministro del Interior español esta semana: “No ha habido muertos en territorio español”.
Prácticamente ausente de los grandes medios y las redes sociales, la opinión pública marroquí está completamente ajena al debate generado –tanto a comienzos del verano como tras las recientes informaciones de la BBC- por el drama fronterizo en España. El documental "Death on the Border" (Muerte en la frontera) es uno de los más vistos.
La única entidad que ha entrado en escena en las últimas fechas ha sido la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), la de mayor implantación en el país norteafricano, y a cuya delegación en la provincia de Nador –fronteriza con Melilla- se debe en gran medida las imágenes y vídeos difundidos en las horas y días posteriores al drama en la valla.
La entidad pedía esta misma semana al Gobierno de Marruecos en una carta remitida el pasado día 27 de octubre que deje de sellar a sus ciudadanos cuando abandonen el país camino de Ceuta o de Melilla, ya que, a juicio de la entidad, esta práctica supone el “reconocimiento” de la españolidad de las dos ciudades autónomas. Por si fuera poco, la entidad ha calificado de “peligroso” que las autoridades marroquíes pidan a sus ciudadanos un visado para poder acceder a las dos ciudades autónomas españolas.
La última alusión en un documento con membrete oficial marroquí a las dos ciudades autónomas españolas trascendió a mediados del pasado 13 de octubre, cuando la Misión Permanente de Marruecos ante Naciones Unidas afirmaba en una carta dirigida al Alto Comisionado de Derechos Humanos y fechada el 9 de septiembre –por tanto transcurridos más de cinco meses desde que España y Marruecos sellaran su reconciliación- que “Melilla sigue siendo un presidio ocupado”.
En el documento, respuesta de un requerimiento de varios relatores de la ONU a Rabat por el empleo de la violencia por parte de las fuerzas de seguridad del país magrebí en la tragedia del 24 de junio, la Misión Permanente de Marruecos aseveraba que es “inexacto” hablar de “fronteras hispano-marroquíes”. De acuerdo a la lógica de la autoridad marroquí, la divisoria entre la ciudad de Melilla y Marruecos no es una “frontera terrestre”, sino un mero “punto de paso”. La respuesta del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, a la misiva fue lo suficientemente elocuente: “Marruecos es un socio fiel”.
Elogios al Gobierno de Sánchez
Las acusaciones vertidas tanto por la citada BBC como por las autoridades españolas –desde las veladas de Grande-Marlaska hasta las abiertas del presidente de la ciudad autónoma de Melilla, Eduardo de Castro, que acusaba a la Gendarmería marroquí de usar “medios desproporcionados” y de “no tener que dar explicaciones como se tienen que dar en un Estado de Derecho”- no parecen haber provocado indisposición alguna en las autoridades marroquíes.
Como prueba de ello, este mismo viernes trascendía, gracias a la agencia EFE, que el ministro de Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, había elogiado en un encuentro con diputados en la comisión de Exteriores y Defensa de la Cámara de Representantes el giro español en el Sáhara Occidental, conocido por la opinión pública española gracias a una misiva enviada por el presidente del Gobierno Pedro Sánchez al rey Mohamed VI el pasado mes de marzo.
Según el informe que recogió el encuentro, Bourita se refirió a España como “país central” en el conflicto y calificó 2022 de año de “cambios decisivos” respecto al conflicto en torno a la que fuera colonia española hasta finales de 1975.
En la misma línea de buena sintonía se desarrolló este viernes el encuentro mantenido entre el propio Bourita y su homólogo español, José Manuel Albares, a juzgar por las imágenes que trascendieron ayer del encuentro que ambos mantuvieron en París en los márgenes del Foro sobre la Paz para preparar la próxima Reunión de Alto Nivel Marruecos-España, para la cual aún no hay fecha. También tuvo tiempo el jefe de la diplomacia marroquí para conversar de manera cordial con el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, a quien Bourita canceló una reunión el pasado mes de agosto a raíz que el político socialista español defendiera una consulta de autodeterminación para el Sáhara Occidental.