Arabella Ashfield es una joven que ha experimentado la tragedia en sus propias carnes cuando celebraba en Kingston, Londres, con su novio, James East, el cumpleaños de su hermana, que alcanzaba la mayoría de edad. La noche de fiesta se tornó en tragedia.
Arabella hablaba por FaceTime con James y presenció cómo el joven, de 25 años, que se había alejado un momento para tomar un descanso, intentó sentarse en una zona amurallada de un puente antes de caer y morir en el Támesis. En las orillas de dicho río se encontró el pasado mes de agosto una enorme boa constrictor.
La hermanastra de la víctima, Abigail Bladen, explicó que "Arabella estaba hablando por FaceTime con James para que cogiese el taxi en el que ella iba. Ahora está viviendo un auténtico infierno".
Como decimos, y según recoge el diario británico Daily Mail, James fue a descansar un instante en una zona del puente. Al ir a sentarse en un muro a la altura de su cadera, calculó mal y cayó hacia atrás golpeándose la cabeza.
James East, que vivía en la capital británica, donde había estudiado en la 'London School of Economics', era originario de la localidad de Swansea, en Gales. El joven estuvo en el agua durante 50 minutos antes de poder ser rescatado. Los médicos que le atendieron cuando fue trasladado al hospital estuvieron intentando salvarle la vida, pero fue imposible.
"Cuando le hicieron la autopsia, se descubrió que estaba muerto antes de entrar al agua debido a las heridas en la cabeza", señaló Bladen. Su trágica muerte se produce tan solo seis semanas después de que consiguiese trabajo como ejecutivo de desarrollo comercial.
La Policía de Kingston se puso en contacto con la de Gales del Sur. Fue entonces cuando los agentes acudieron al domicilio familiar de East, en plena madrugada del pasado 25 de septiembre, para comunicar a los padres que su hijo había tenido un accidente.
Rápidamente, pusieron rumbo a Londres en un viaje de tres horas y media. Sin embargo, a mitad de camino, llegó la terrible noticia. James había fallecido. Su madre, Sara Ivey, afirmó que "estamos devastados. Es horrible".
El malogrado joven, que era un entusiasta deportista, hizo en su día las pruebas para jugar en las filas del equipo de fútbol Leicester City. Además, iba a correr el maratón de Londres la semana siguiente a la que perdió la vida. Su cuerpo fue llevado de regreso a Swansea y fue enterrado el 13 de octubre.
Sara, casada actualmente con el padrastro de James, el señor Bladen, apuntó que "a su hijo le estaba yendo muy bien en Londres, ciudad que amaba". Por ello, añadió, "bromeaba con que solo iba a regresar a casa para ver a su sobrina, pero él era un pájaro hogareño en el fondo y somos una familia unida".
Además, subrayó que James "era el alma de la fiesta" y que, prueba de su enorme popularidad, "fue la gran cantidad de personas que asistieron a su funeral".
De hecho, su reciente jefe también se trasladó hasta Swansea para la despedida, manifestando que "supe que era especial desde el momento en el que le entrevisté". La oficina cerró durante dos días en señal de duelo por el joven.