Vladimir Putin ha supervisado personalmente por videoconferencia las maniobras de simulacro nuclear. Estaban programadas pero el Kremlin ha querido darles un aire de solemnidad y también de amenaza.
Durante los ejercicios se han lanzado decenas de misiles con capacidad nuclear y de largo alcance, esos que podrían alcanzar prácticamente cualquier punto del planeta.
El ministro de Defensa de Putin ha asegurado que se trata de estar preparados para para lanzar un ataque nuclear masivo en caso de agresión grave por parte del enemigo, que Rusia está dando por descontada de manera ostentosa desde hace días.
Los bombardeos mientras siguen golpeando Ucrania, aunque con menor intensidad, pero la retórica agresiva rusa se recrudece en todos los niveles.
Ramzan Kadyrov, el ultranacionalista líder checheno, el general de métodos brutales que no duda en posar con soldados ucranianos hechos prisioneros para servir en casa de sus hijos, lanza este mensaje: llama a la guerra santa contra Ucrania y los países que la apoyan. Lo hace el día después de que las tropas de Zelenski volaran el cuartel general de sus hombres en el país.