La primera ministra más breve de la historia del Reino Unido, Liz Truss, se ha despedido con un discurso casi igual de breve. Apenas dos minutos en los que la política conservadora, además de agradecer el "enorme honor de servir a su país", ha mantenido la defensa de su plan fiscal que terminó por costarle el puesto. A su sucesor y rival en las primarias del Partido Conservador, Rishi Sunak, le ha deseado "todos los éxitos" por el bien del país.
"Nuestro país sigue capeando la tormenta y sé que los mejores días están por llegar", ha señalado Truss, que anunció su marcha el pasado jueves, tras perder la confianza de los diputados de su partido. Su plan fiscal, anunciado el 23 de septiembre, había provocado el caos en los mercados financieros y hundiera la libra.
La política conservadora, de 47 años, fue elegida el 6 de septiembre en sustitución de Boris Johnson, que había dimitido el julio anterior, y ha protagonizado el mandato más corto de la historia. Eso sí, aceptó el cargo con Isabel II y ha presentado su dimisión a Carlos III.
En su despedida, Truss ha mantenido la necesidad de bajar impuestos "para que los ciudadanos puedan tener el dinero que ganan" y ha defendido su trabajo para reducir la factura energética a familias y empresas. "Estamos recuperando nuestra independencia energética para que nunca más seamos rehenes de potencias extranjeras perversas", ha añadido la líder 'tory', partidaria de aprovechar las "libertades" ganadas con el Brexit para "hacer las cosas de otra manera".
Truss ha abandonado Downing Street, acompañada por su marido y sus dos hijas, y ha acudido al Palacio de Buckingham para presentar su renuncia al rey Carlos III y formalizar el traspaso de poderes. La dirigente conservadora seguirá en la vida política, como diputada, y confía en poder dedicar ahora más tiempo a la circunscripción que representa en la Cámara de los Comunes, tras apenas 46 días como inquilina de Downing Street. Allí ha comenzado ya la era Sunak.