Polonia da la espalda a la industria militar de Scholz: compra tanques surcoreanos en lugar de alemanes
Varsovia se vuelca de un tiempo a esta parte haciendo pedidos de sistemas de defensa a Corea del Sur pese a que Alemania, país vecino, es uno de los grandes exportadores de armas del mundo.
La falta de capacidad productora alemana y las tensas relaciones que mantienen Polonia y Alemania explican las compras militares polacas a Corea del Sur.
En Europa, hace tiempo que Polonia se ha convertido en uno de los países que más ayuda está prestando a Ucrania. De la preocupación que genera en Varsovia la ilegal invasión rusa contra Ucrania también da cuenta que las autoridades polacas se planteen aumentar su gasto en defensa sensiblemente, hasta llegar al 3% de su Producto Interior Bruto (PIB) cuando el compromiso de los países de la OTAN es el 2% del PIB.
A priori, podría pensarse que de ese esfuerzo va a beneficiar un país como Alemania, vecino polaco de gran tradición armamentística. Tanto es así que el país de Olaf Scholz ha sido durante años el cuarto mayor exportador de armas del mundo.
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Sólo recientemente ha caído Alemania al quinto puesto del ranking que elabora el portal de estadísticas alemán Statista, quedando inmediatamente por detrás de China, Francia, Rusia y Estados Unidos. En el total de las exportaciones de armas registradas a nivel mundial domina Estados Unidos.
Ese país representa un 38,6% del total de exportaciones de armas en el mundo, mientras que Alemania se identifica con un 4,5%. China Lo hace con un 4,6%, Francia con un 10,7% y Rusia con un 18,6%, según las cuentas de Statista.
Por debajo en esa clasificación se encuentra Corea del Sur (2,8%), el país en el que Polonia ha pensado para satisfacer sus necesidades armamentísticas. Por lo visto, grandes firmas como Krauss-Maffei-Wegmann, fabricante de los tanques Leopard alemanes, o Rheinmetall, que produce los Marder – un vehículo blindado de infantería que goza de gran reputación y que Alemania sigue negándose a enviar en ayuda a Ucrania – no están en condiciones para producir más.
Rafael Loss, experto en cuestiones de defensa de la oficina berlinesa Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR, por sus siglas en inglés), un think tank europeísta, habla de un problema de “capacidad” de la industria armamentística alemana.
“Los productores del Leopard tienen ahora mismo muchas comandas, para producir nuevos y para mejorar antiguas versiones, y en los últimos diez años o así no ha habido una política para incrementar las capacidades de producción de sistemas de defensa”, explica Loss a NIUS.
El lastre de las reparaciones en las relaciones germano-polacas
Por otro lado, las relaciones entre Berlín y Varsovia tampoco atraviesan su mejor momento. No hay que perder de vista que Polonia, cuyo Ejecutivo está en manos del partido ultraderechista Ley y Justicia (PiS), lleva tiempo lanzado en una campaña que en Berlín califican de “anti-alemana” en la que se están pidiendo nada menos que 1,3 billones con b de euros en concepto de “reparaciones” por los “daños y víctimas” causadas durante la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial.
Sobre ese mismo tema escribía una nota diplomática al Ministerio de Exteriores alemán, en manos de Annalena Baerbock, su homólogo polaco, Zbigniew Rau, a principios de mes.
“La nota firmada hoy y dirigida al Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania refleja el compromiso a favor de un complejo acuerdo sobre lo que pasó tras la agresión y ocupación durante la Segunda Guerra Mundial”, escribía Rau en sus redes sociales.
La ministra de Asuntos Exteriores de Scholz ha recordado, en su última visita a Varsovia a principios de este mes, que la cuestión de las reparaciones está ya resuelta. Ahora, según decía Baerbock en la capital polaca, “Alemania cumple incondicionalmente ante sus responsabilidades históricas”, algo que se traduce en “la labor eterna de recordar el sufrimiento que Alemania causó a Polonia”.
Este contexto es importante a efectos de exportaciones armamentísticas porque “todas las decisiones de adquisición de material de defensa son asuntos altamente políticos y necesitan de acuerdos políticos entre Gobiernos”, subraya Loss, el experto del ECFR. “Sin acuerdos así las compañías productoras no pueden tomar la iniciativa para producir sistemas de defensa”, añade.
Un acercamiento entre Polonia y Corea del Sur que viene de lejos
De resultas, Polonia se está armando y no precisamente con armas procedentes del vecino alemán.
La apuesta polaca es surcoreana, como demuestran los acuerdos multimillonarios alcanzados entre Varsovia y Seúl que harán llegar a Polonia en los próximos años, según recordaba recientemente el diario alemán Die Welt, 1.000 blindados, 648 piezas de artillería autopropulsadas y casi medio centenar de aviones de guerra modelo KAI T-50. Esta semana, la agencia británica Reuters daba cuenta de que los blindados surcoreanos comenzarán a llegar a Polonia en 2025.
El acercamiento entre Polonia y Corea del Sur es bien anterior a este otoño. El pasado mes de julio ambos países firmaron un acuerdo valorado en unos 5.800 millones de dólares (casi 5.900 millones de euros) para la adquisición de sistemas de defensa. Esta misma semana, fruto también de esos compromisos, se anunciaba en Seúl la venta a Varsovia de 288 lanzamisiles Chunmoo, fabricado por la firma surcoreana Hanwha.
En buena medida, ese acercamiento a Corea del Sur se ha producido por el peligro que ha supuesto la invasión rusa en Ucrania. Pero también se explica por la falta de entendimiento con los grandes productores europeos de armas, alemanes y franceses, según Loss.
“Que Polonia se haya decidido a comprar tanques de Corea del Sur es algo que viene de lejos. En 2021 ya se anunció que Polonia iba a comprar tanques Abrams, de fabricación estadounidense. Y se dijo que esto podía plantear problemas a la integración de la defensa europea, para lo que eran mejor los Leopard, al menos eso se decía desde la perspectiva alemana”, recuerda Loss.
También más cerca de fabricantes de EE.UU que de Alemania o Francia
Polonia no sólo ha comprado a Estados Unidos esos Abrams recientemente. Esta misma semana la publicación militar estadounidense Star and Stripes informaba de la intención de Varsovia de adquirir un centenar de helicópteros Apache. A este vehículo de la firma estadounidense Boeing se le considera un “mata tanques” en el campo de batalla, dicen en Estados Unidos.
En Star and Stripes también se daba cuenta de la intención polaca de compara sistemas Patriot para la defensa antiaérea, aviones F-35 y sistemas de cohetes de artillería de alta movilidad (HIMARS, por sus siglas alemanas). Si Polonia no ha comprado más Abrams ahora para suplir los más de dos centenares de tanques de fabricación soviética que ha enviado a Ucrania es porque también en Estados Unidos hay problemas de “capacidad de producción”, según Loss.
Por eso Corea del Sur se ha figura ahora como socio privilegiado de Polonia en materia de defensa, incluso cuando Varsovia mostró inicialmente interés en participar en los aparentemente poco productivos esfuerzos de defensa y seguridad europeos.
“En principio, Polonia se interesó por los esfuerzos de Francia y Alemania por desarrollar un tanque europeo para esos países, y para otros interesados, a partir de 2030, pero hubo desacuerdos, y los polacos han sentido que sus intereses no estaban siendo tenidos en cuenta”, analiza Loss.
“Pero incluso la relación franco-alemana en este campo está deteriorándose con un acuerdo que parece estar deshaciéndose”, abunda el experto del ECFR.
Alude Loss, entre otras cosas, a la reunión de responsable de los Ejecutivo francés y alemán prevista para la semana que viene que se ha pospuesto hasta el próximo mes de enero, según trascendía esta semana, debido a las diferencias entre París y Berlín a cuenta del último plan anticrisis de Scholz y por las decisiones del Gobierno germano de adquirir nuevos sistemas de defensa aérea estadounidenses en lugar de priorizar las soluciones europeas.
Por su parte, Polonia suma y sigue comprando sistemas defensa fuera de Europa.