Un hombre que se encontraba disfrutando de su afición a la escalada en el Monte Futago, en Japón, se ha convertido en el protagonista de un vídeo viral que él mismo capto con su cámara deportiva. En las imágenes, sobrecogedoras, se aprecia el terrorífico instante en que un oso le ataca sorpresivamente. A diferencia de lo ocurrido el pasado mes de julio en EEUU, donde una mujer murió en su tienda de campaña por un brutal ataque, él sobrevivió.
Como se aprecia en el clip, ya ampliamente difundido a través de las redes sociales, el mamífero apareció repentinamente mientras el hombre se encontraba sobre una roca. Entonces, aterrorizado al ver cómo el animal escalaba también para llegar hasta él, este, desde lo alto, comenzó a gritar para intentar ahuyentarlo.
Sin éxito en un primer momento, el animal subió hasta alcanzarle, pero el escalador logró evitar su mordedura, empujándole para que se cayese.
Sin desistir, el oso volvió a intentar alcanzarle, pero el escalador, que no dejaba de gritar aterrorizado, con puñetazos y patadas evitó convertirse en su presa.
Finalmente, como puede observarse en el vídeo, logró repeler el ataque y el animal se marchó del lugar.
Según los expertos, y como refleja el Ayuntamiento de Villablino, localidad de la provincia de León donde habitan muchos de estos animales, en su página web, en general "es difícil toparse con un oso en el monte, pues sus finos sentidos le permiten captar desde lejos la presencia del hombre, alejarse y evitar su peligro”. Sin embargo, si nos encontramos a un oso de cara, "lo peor que puedes hacer es quedarte quieto esperando sacar una buena foto", siendo la recomendación, según señala el consistorio citando al presidente de la Fundación Oso Pardo (FOP), Guillermo Palomero, "hacerse notar, moviendo los brazos, pero sin reusltar amenazador". "Si el animal no busca otra ruta, mejor apártate tú de ella", señala.
Además, de haberlas, es fundamental "no aproximarse a las crías, pues cerca andará una madre que puede arremeter".
En esta línea, también se aconseja, en caso de tenerlo, "no llevar el perro suelto", y tampoco entrar en agujeros descubiertos en las rocas, "por si resulta ser una osera".
"Frente a un oso hay que hacerse notar y evitar ser agresivo", insisten los expertos, pese a que puede no ser la opción más fácil a seguir cuando a uno le invade el miedo, como en el caso de este escalador que, probablemente de milagro, salvó su vida.