El vídeo de un hombre saltando de cornisa en cornisa en pleno rascacielos del Distrito Financiero de Manhattan, en Nueva York, ha dado ya la vuelta al mundo sumando una oleada de reacciones que no escapan a la perplejidad y el desconcierto ante el riesgo que el protagonista de las imágenes estaba asumiendo. Como si estuviese haciendo ‘balconing’ en la Gran Manzana, el hombre no saltó una, sino hasta al menos cuatro veces, trajeado y con un teléfono en la mano.
“He estado recibiendo muchas preguntas... No tengo idea de qué estaba haciendo este tipo”, afirma Erik Ljung en Instagram, donde ha publicado las ya famosas imágenes, que se produjeron en un edificio de 115 años ubicado en la calle West St.
Ljung, que casualmente es director de cine y, de hecho, es ganador de un premio Emmy, captó toda la escena desde una ventana y, como no podía ser de otro modo, lo hizo de la forma más impactante. Fundamentalmente porque, si uno ve solo los primeros segundos del vídeo, tan solo vemos a un hombre asumiendo un riesgo más o menos controlado al no percibirse la altura y observarse, desde la distancia, un espacio de salto más o menos corto. Sin embargo, cuando intencionadamente el primer plano se abre para alejarse y dar paso a la escena completa en que se está produciendo la acción, lo que se aprecia es que el individuo estaba jugándose completamente la vida.
Como puede apreciarse, el protagonista del vídeo viral se encuentra en uno de los inmensos rascacielos de Nueva York, saltando como si nada entre cornisa y cornisa hasta, finalmente, abrir una ventana e introducirse a través de ella.
“Ya estaba saltando de toldo en toldo cuando lo vimos por primera vez. Primero de la derecha del cuadro a la izquierda. Llegué a la esquina donde o comencé a filmar (segunda diapositiva). Parece que hizo una llamada y miró a su alrededor durante aproximadamente un minuto, luego saltó en la dirección en la que vino cuando lo vimos por primera vez y luego se subió a una ventana. Estaba mojado y llevaba zapatos de vestir”, cuenta, aportando detalles que hacen la escena aún más sobrecogedora.
“Esto está justo al lado del memorial del 911 (por el atentado de las Torres Gemelas) en West St”, precisaba Ljung en la publicación, donde explica que todos los que pudieron contemplarlo se quedaron atónitos y sin palabras.