Las tropas ucranianas continúan su avance en el sur y en el este del país. Y mientras las fuerzas de Moscú retroceden, Vladimir Putin firmaba el miércoles las leyes que ratifican la anexión ilegal a Rusia de las cuatro regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia. El gesto del mandatario se consuma en claro desajuste con la realidad del campo de batalla. Las tropas rusas no controlan por completo ninguno de esos territorios y ya hay voces internas que claman que, antes de dar el paso de incorporarlos al país, Putin debía haber asegurado sus fronteras.
Sobre la contraofensiva de Kiev, el líder ruso ha dicho en las últimas horas que la situación en esos territorios anexionados "se estabilizará". Sin embargo, el presidente de la Comisión de Defensa de la Duma, Andrei Kartapolov, ha pedido a los militares que "dejen de mentir" sobre sus derrotas. "La gente sabe. Nuestra gente no es estúpida. Y ven que no queremos decirles ni una parte de la verdad", ha afirmado en Telegram.
Mientras las tropas rusas tratan desesperadamente de mantener sus posiciones, las ucranianas ejercen presión en el frente sur y este con sistemas avanzados de artillería proporcionados por Occidente. Y progresan en tres de las regiones anexionadas por Moscú: Donetsk, Lugansk y Jersón. También lo hacen en Járkov.
Según el mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, el avance es "bastante rápido y potente". "Decenas de asentamientos ya han sido exentos del pseudo-referéndum ruso solo esta semana y esto está lejos de ser una lista completa", ha afirmado. En palabras del Andriy Yermak, jefe de la oficina presidencial, lo que está haciendo Moscú le recuerda a un "manicomio colectivo".
Las tropas ucranianos llevan a cabo el mayor avance en el frente sur desde el inicio de la guerra, hace más de siete meses. Han cruzado las líneas de defensa rusas y han retomado numerosas aldeas a lo largo del estratégico río Dniéper.
Moscú ha comunicado que la planta nuclear ucraniana de Zaporiyia operará a partir de ahora, tras la declaración de anexión, bajo la supervisión de Rusia. Se espera que Rafael Grossi, jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica, visite Moscú en los próximos días para abordar la situación de esta central ocupada por las fuerzas rusas desde los primeros días de la guerra.
En Zaporiyia, muchos ucranianos han decidido abandonar su tierra tras la anexión de este territorio por parte de Moscú y el ataque a un convoy humanitario el pasado viernes, una matanza que dejó 25 fallecidos y 88 heridos.
Mientras tanto, Putin ha anunciado modificaciones en la campaña de movilización parcial para combatir en Ucrania que anunció el pasado 21 de septiembre. Aplazará el reclutamiento obligatorio para categorías adicionales de estudiantes, incluidos los matriculados en universidades privadas acreditadas y ciertos estudiantes de posgrado, informa la agencia Reuters.
La Unión Europea, por su parte, ha acordado un nuevo paquete de sanciones -el octavo- contra Moscú que incluye un precio tope para el petróleo ruso y la prohibición del comercio de numerosos bienes técnicos y de consumo.