El Polisario amenaza con un “próximo” ataque con drones a Marruecos
La organización favorable a la independencia del Sáhara Occidental asegura desde Mauritania estar preparada para emplear drones contra las fuerzas marroquíes en el muro de defensa construido en el territorio de la antigua colonia española
El ministro marroquí de Exteriores, Nasser Bourita, advierte de que la adquisición de drones por parte del Polisario es “extremadamente peligrosa para la seguridad” de la región y señala directamente a Irán como “patrocinador del separatismo y el terrorismo”
Dos años se cumplirán el próximo 14 de noviembre desde que el Frente Polisario diera por roto el alto el fuego vigente con Marruecos desde 1991 a raíz del desalojo por parte de las fuerzas armadas marroquíes de una concentración de civiles saharauis en el paso de Guerguerat, zona desmilitarizada junto a la frontera mauritana.
Era el primero de una sucesión de hechos que se precipitarían en los meses siguientes y que conforman el actual escenario de tensión en el Magreb. Un panorama de guerra fría entre Marruecos y Argelia –y su vástago, el Frente Polisario- con picos de alto voltaje que se consolida en un momento extraordinariamente delicado para la comunidad internacional.
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Después vendría el reconocimiento estadounidense de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, la adhesión marroquí a los Acuerdos de Abraham y la normalización de relaciones entre Rabat y Tel Aviv, la alianza en materia de seguridad entre estos dos países, las acusaciones mutuas entre Argel y Rabat de espionaje y apoyo del independentismo, la ruptura de relaciones entre las dos potencias del Magreb, el cierre del gasoducto Magreb-Europa, el respaldo de la antigua potencia colonial en el Sáhara, España, a Marruecos, el consecuente desencuentro hispano-argelino y la crisis mundial del gas, entre otros hitos.
La guerra de los drones
El último episodio, por ahora, del juego de tanteo que llevan a cabo el Polisario-Argelia y Marruecos desde hace casi dos años se ha escrito en las últimas horas en Mauritania, país que hace equilibrios entre Rabat y Argel. Allí, el ministro de Interior de la República Árabe Saharaui Democrática (la RASD), Omar Mansur, reveló que las autoridades saharauis incorporarán en breve drones armados –sin que el responsable saharaui ofreciera más detalles sobre las características y procedencia de los dispositivos- para ser empleados contra las fuerzas armadas marroquíes, informaba el domingo el medio oficial de la organización en lengua española ECSaharaui. “El ejército saharaui estará utilizando próximamente drones armados en la ‘guerra de desgaste’ en el Sáhara Occidental”, afirmó el titular de Interior de la RASD en Nuakchot, según recoge el citado medio digital.
Según el mismo digital, canal habitual de la propaganda bélica del Polisario, se refirió también a los drones que emplean las fuerzas armadas marroquíes en las arenas saharauis: “Su incorporación en la guerra del Sáhara Occidental no afectó a nuestro Ejército en nada”. Mansur fue recibido también por el presidente mauritano Mohamed Ould Ghazouani. Las fuerzas armadas marroquíes se han dotado en los últimos meses de una extensa flota de drones de fabricación turca e israelí –y vienen más en camino- para defender la divisoria marcada por el muro construido por Rabat en el territorio saharaui.
Como ejemplo de la complejidad del tablero magrebí, la visita del responsable saharaui a Nuakchot se produce en la misma semana en que Marruecos y Mauritania expresaban su voluntad de estrechar lazos en materia de seguridad. El director general de la Seguridad Nacional de Mauritania, Meshgharou Ould Sidi Leghweizi, se reunió con su homólogo marroquí, el todopoderoso Abdellatif Hammouchi, en Rabat con vistas a abordar la manera de reforzar la relación bilateral en materia de seguridad regional. Fue la segunda reunión entre ambos responsables en dos años.
Y no mucho antes del encuentro entre los líderes de la inteligencia de Marruecos y Mauritania, el 14 de septiembre, desde Argel se presumía de la firma de 26 acuerdos de cooperación bilateral con motivo de la 19ª sesión de la Gran Comisión Mixta argelino-mauritana, celebrada en Nuakchot.
Marruecos señala a Irán
Esta vez no tardaría en producirse la reacción de las autoridades marroquíes. Horas después de trascender el anuncio del ministro saharaui, en Rabat, el titular de Exteriores marroquíes, Nasser Bourita, aprovechaba la visita de su homólogo yemení para advertir de los riesgos, en alusión velada, del uso de “armas y técnicas desarrolladas” por parte del Polisario. Y para señalar a Irán como “espónsor oficial del separatismo y el terrorismo” en la región.
“La adquisición por parte de estas entidades no oficiales y armadas [en doble alusión a las milicias hutíes y el Polisario] de armas y técnicas desarrolladas es extremadamente peligrosa para la seguridad. Los países que les proporcionan las armas tienen una responsabilidad completa”, afirmó el jefe de la diplomacia marroquí en rueda de prensa junto al ministro yemení de Exteriores Ahmed Awad bin Mubarak citado por el medio marroquí Hespress.
“Su adquisición de drones es un peligro para la paz y la seguridad mundiales y quienes les permiten que obtengan estas armas deben asumir sus responsabilidades ante la comunidad internacional”, prosiguió el titular de Exteriores marroquí en declaraciones recogidas por el mismo digital marroquí.
Por si quedaba alguna duda, Bourita vinculaba directamente los tentáculos de Teherán con el Polisario: “Irán no puede aprovecharse de este vacío y continuar debilitando la seguridad y la estabilidad en la región árabe. Lo vemos en Yemen, lo vemos también en el Norte de África y Marruecos también sufre esta injerencia”.
No han tardado los medios marroquíes, por su parte, en hacerse eco de la noticia en las últimas horas. Sin excepción, la prensa de Rabat y Casablanca, que da crédito a la amenaza saharaui, viene insistiendo en que se trata de proyectiles de procedencia iraní.
Además, a última hora de este lunes el Foro Far-Maroc, cuenta no oficial de las fuerzas armadas marroquíes, afirmaba en un tuit que “tras la información ofrecida por algunas fuentes periodísticas y las declaraciones hechas hoy por el ministro de Exteriores del Reino Nasser Bourita sobre el creciente apoyo iraní al Polisario, al que proporciona dispositivos explosivos, este foro lo confirma”.
Lo cierto es que desde la ruptura del alto el fuego por parte del Polisario –Rabat nunca se dio por aludida- en noviembre de 2020 los intercambios de fuego entre los dos bandos no han derivado en un enfrentamiento armado abierto a gran escala ni provocado movimientos importantes de tropas sobre el terreno.
El episodio de mayor tensión se remonta al otoño del año pasado, cuando apenas días después de hacerse efectivo el cierre por parte de Argel del gasoducto Magreb-Europa –por el que el gas argelino viajaba a la Península-, el régimen militar denunciaba “el cobarde asesinato” por medio de un “bombardeo brutal” con drones de tres ciudadanos argelinos que circulaban por territorio del Sáhara Occidental, concretamente en la zona situada al este del muro levantado por Marruecos en el territorio. Desde Argelia se aseguró que lo ocurrido “no quedaría impune”.
Hasta ahora, en fin, los especialistas dudaban de que el conflicto entre Marruecos y el Polisario pudiera derivar en un enfrentamiento armado abierto entre los dos ejércitos, lo que equivaldría a una guerra entre Rabat y Argel. En plena cuenta atrás para la próxima cumbre de la Liga Árabe, que se celebrará en la capital argelina y contará previsiblemente con la presencia del rey Mohamed VI –en un gesto claro de mano tendida a sus vecinos-, no parece probable que la situación vaya a empeorar en las próximas semanas. Ello no impide constatar dos realidades: el enfrentamiento por interposición entre Israel e Irán tiene en el Magreb un nuevo escenario y el tono verbal del conflicto saharaui alcanza en los últimos meses niveles récord en las cancillerías del Norte de África.