Desafiando la fuerza de la naturaleza, el cazador de huracanes Nick Underwood, ingeniero aeroespacial, se adentra con su equipo en la tormenta más destructiva que ha visto Florida (Estados Unidos) en los últimos años. Y es que el huracán Ian ha dejado a su paso un auténtico reguero de destrucción.
"El vuelo de hoy fue sin duda el más difícil en el que he estado. Había muchísimas turbulencias, tanto hacia arriba como hacia abajo. Y la turbulencia lateral, que sinceramente es la parte más inquietante, nunca había visto algo parecido", ha asegurado.
Aferrándose a lo que pueden, tanto Underwood como su equipo intentan atravesar la tormenta sin morir en el intento. Mirar a través de la ventana no es precisamente motivo de tranquilidad.
"Otra cosa que me llamó la atención fue la cantidad de rayos, volamos de noche, pero una vez entramos en el ojo de la tormenta, en mis fotos parece que es de día", relata. Y no es poca la experiencia de Underwood: 76 vuelos en 6 años, adentrándose en las entrañas de 22 grandes tormentas.
Así lo narraba también un reportero viajando en el Hércules cazahuracanes: "Ahora es el momento de lanzar las radiosondas". El objetivo es medir temperatura, humedad, presión de aire y dirección del viento. Tras caer el cilindro, se recibe la información y se manda al Centro Nacional de Huracanes.
Underwood grabó durante casi dos minutos y medio, mientras algunos en su equipo incluso se ríen de la situación cuando la aeronave les sacude fuertemente. Sin embargo, aunque para ellos parezca divertido, lo cierto es que se están jugando la vida adentrándose en el ojo del huracán.