Italia está aún muy dividida entre norte y sur. "No hay duda de que la desunión económica y social de Italia sigue siendo el límite estructural más evidente y menos abordado", dice Eurispes -el Instituto para la Investigación de los italianos-, subrayando que una nación no puede llamarse así si un tercio de sus países se encuentra en condiciones radicalmente diferentes a las de los demás dos tercios. La fractura se ha ensanchado durante la pandemia y el trabajo, primero del segundo Gobierno Conte y luego del premier Mario Draghi, con los fondos europeos de recuperación económica (PNRR en italiano) estaba orientado a aprovechar esta ocasión, única porque Italia nunca ha recibido tantos fondos de Bruselas, para eliminar esta distancia. El nuevo Ejecutivo -el centro derecha ganará según las encuestas electorales- tendrá que afrontar la gestión de los fondos, y aunque la favorita a primera ministra, Giorgia Meloni, propone un reajuste de los mismos en su programa electoral el mayor problema será en el gasto de los fondos, explican los expertos. El sur tiene miedo a ser olvidado de nuevo por un gobierno que no entienda sus necesidades y esto parece reactivar un electorado que anteriormente no pensaba ir a votar este domingo 25 de septiembre.
La campaña electoral ha marcado un ritmo diferente en las últimas horas. Giorgia Meloni llenó las plazas del sur de Italia, como por ejemplo este pasado sábado en Bari, pero los últimos días marcan una subida de popularidad inesperada del M5S -no se pueden publicar ya los sondeos pero el cierre de campaña ha marcado el termómetro electoral- en el que siempre fue su gran feudo, todo lo que está geográficamente más abajo de Roma -desde la región de Nápoles, la Campaña, a Sicilia-. Hay muchos aspectos que determinan un voto más progresista al sur que, en este caso, no iría al Partido Democrático, sino a los grillinos, que han sido artífices de medidas como la renta a la ciudadanía, una ayuda para las personas que no pueden acceder a un salario digno a un trabajo, difusa y muy necesaria para muchas familias de regiones como Apulia o la Calabria. Precisamente esta medida es central en la concepción del voto del sur y la líder en las encuestas, Giorgia Meloni, la persona con más posibilidades en convertirse en primera ministra es también la única cabeza de partido que pide la abolición total de la medida en una en una política económica que mira a los emprendedores pero no a las clases sociales que, en este caso al sur, pueden volverse en su contra.
Dalila Nesci es subsecretaria del sur y candidata al Parlamento italiano en el partido de Luigi di Maio, actual Ministro de Exteriores, Empeño Cívico, tras la escisión del M5S. Ha hecho campaña en su región, la Calabria, la punta de la bota italiana, y reconoce todas las problemáticas propias del sur, sobre las que ha trabajado y que ha vivido antes en su propia experiencia. “Los problemas históricos vinculados al llamado ‘mezzogiorno’ son los escasos recursos en sanidad, la responsabilidad de la política nacional del estímulo del trabajo precario y la gestión del dinero público con la complicidad de las mafias desde hace décadas”, explica. Además de estos problemas, presentes desde hace décadas, ahora existe otro gran factor: el dinero que llega de Europa con el PNRR y que llegará hasta 2025. “En el trabajo con el Ejecutivo Draghi quisimos introducir una tasa para garantizar que el 40% de los fondos que llegan van destinados, de forma obligatoria, al sur. Esta regla de garantía es fundamental para los próximos años”, añade. Nesci intenta resaltar el valor que tienen los fondos europeos en un sur de Italia que necesitaba más que cualquier otra parte un impulso a ese nivel.
El profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Salento, Federico Russo, en la región sureste de Apulia, en el tacón de Italia, habla sobre un matiz fundamental, dice, sobre el tema el PNRR. “Estos enormes fondos son una gran oportunidad para el sur, pero también un grandísimo riesgo. No tanto por el problema de la mafia, que llega después, sino por la capacidad de las administraciones públicas de conseguir gastar todo el dinero que está llegando con proyectos a la altura. Se ha ignorado completamente este aspecto en la campaña electoral: no depende tanto de reformular el PNRR, o revisarlo, como pretende Hermanos de Italia, sino en gastarlos con cabeza. Arriesgamos tener que restituirlos o perder la credibilidad de cara a Bruselas”, dice el experto. El senador del M5S, Mario Turco, elegido en la misma región, en Apulia, defiende que su partido ha siempre apostado por la idea de que se debe partir del sur para avanzar en Italia. Le preocupa que no solo la derecha, sino otras fuerzas políticas, pangan en duda una medida, la renta de la ciudadanía, que ha ayudado a tanta gente y que existe en otros muchos países europeos. Concuerda además sobre el hecho de la agilidad en el gasto de fondos europeos, aspecto, dice, central para garantizar que el 40% de ese dinero colabora en el resurgir del mezzogiorno.
Pero, además del problema de los fondos que el nuevo gobierno tendrá que gestionar, hay un factor central en las políticas del sur que aún puede resultar decisivo en estas horas previas al voto. Es el caso de la ya nombrada por el senador italiano renta de la ciudadanía, medida que ayuda a tantísimas personas al sur -más del 70% de los beneficiarios están en lugares al sur de Roma-, como explica Russo y que puede movilizar un electorado, a priori decepcionado con la política, pero que irá a votar por miedo a perder la ayuda. Es en escenario donde el M5S, con una campaña muy de izquierdas y muy presente en el sur -este miércoles el líder Giuseppe Conte recibía un baño de fans en Nápoles- pueden recuperar votos apelando a la que fue su medida estrella. El partido grillino sufrirá, de todas formas, un resultado a años luz del de 2018, cuando fue el primo partido -ahora se cree que será el cuarto-. “Meloni ha arriesgado mucho negándose en rotundo a la renta de la ciudadanía. Ha despertado a un tipo de electorado que se sentía alienado en esta campaña electoral y que reaccionará al ver que puede eliminarse la medida”, dice.
Es por eso que un electorado eminentemente abstencionista puede “despertar” estos últimos días de campaña. Pero, a Hermanos de Italia, no le irá mal en el sur, los últimos sondeos, de hace diez días, recogen un gran consenso también en el mezzogiorno. “Cogerán los votos que perderá la Liga, porque por característica propia los votos al sur se mueven con facilidad y en su momento una gran parte del electorado votó al hombre del momento, Matteo Salvini, y esta vez lo hará con la nueva 'líder estrella', Giorgia Meloni. Hay otra gran razón por la que la líder de Hermanos de Italia puede obtener unos resultados muy positivos al sur: existe una tradición vinculada a Alianza Nacional -partido posfascista en los orígenes de la militancia de la líder derechista-.