Nuevo asalto entre tipos de interés e inflación en Estados Unidos. El IPC dijo en agosto 8,3% y ahora en septiembre el banco central responde con otra subida de 0,75%. Y ya van tres seguidas así... Los tipos se sitúan entre el 3% y el 3,25%, su nivel más alto desde 2008. Al iniciar este año el precio del dinero estaba en el 1%. El de este miércoles no será el último incremento que veamos.
"Estamos totalmente comprometidos, tenemos las herramientas y la determinación para devolver la inflación a nuestro objetivo del 2%", aseguraba el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell tras tomar la decisión. La Fed estadounidense echa otro jarro de agua fría a la actividad económica con la esperanza de que la trayectoria de los precios se vuelva claramente descendente. No lo tiene fácil, al igual que el Banco Central Europeo: en su última reunión, el BCE elevó del 0,5% al 1,25% los tipos de interés para hacer frente a la evolución de los precios.
El pasado mes de agosto el IPC en Estados Unidos se desaceleró hasta el 8,3%, pero el índice menos volátil de los precios, la inflación subyacente --que no incluye ni energía ni alimentos frescos--, escaló hasta el 6,3%. Niveles todavía demasiado elevados y de ahí la nueva dosis de medicina recetada por la Fed. La duda de cara a la reunión de esta semana era la cuantía: se barajaba un incremento de tipos desde el medio punto porcentual hasta el punto. Al final han sido otros 75 puntos básicos como en las dos decisiones anteriores.
"Sin estabilidad de precios, la economía no funciona para nadie", aseguraba Powell. El banco central anuncia más subidas cuya cuantía dependerá de los nuevos datos que vayan llegando sobre los precios. Ahora las preguntas son: ¿hasta dónde los subirá y con qué criterios? ¿Qué posibilidades hay de que la economía estadounidense aterrice de manera suave con estos frenos monetarios de la Fed? Las respuestas no están claras pero un mensaje se repite: "no cejaremos hasta que el trabajo esté terminado", repetía Powell. Y el trabajo es reducir la inflación al 2%.
"La inflación sigue siendo elevada", explica la Fed en su comunicado, "lo que refleja los desequilibrios de la oferta y la demanda relacionados con la pandemia, el aumento de los precios de los alimentos y la energía y las presiones más amplias sobre los precios". Además la guerra en Ucrania es un factor adicional que está "causando enormes dificultades humanas y económicas". El banco seguirá muy atento a los riesgos de inflación derivados de esta situación.
Es la quinta vez en lo que va de año que sube el precio del dinero en Estados Unidos. El ritmo ha ido cobrando impulso hasta situar los tipos entre el 3% y el 3,25%.
Esta ha sido la progresión de subidas:
De momento, la economía estadounidense ha reaccionado de manera mixta a este endurecimiento de la política monetaria. Se supone que encarece créditos de empresas y familias, reduce decisiones de compra, afecta a la demanda de determinados bienes y servicios...
La Fed espera que, conforme empiece a hacer más efecto esta política monetaria restrictiva, el crecimiento económico se siga situando por debajo de su potencial y el mercado laboral se resienta. Es el precio que se asume habrá que pagar para conseguir devolver la inflación al nivel del 2%. "Me gustaría que hubiera una forma menos dolorosa de conseguir esto, pero no la hay", zanjaba Powell. "Queremos dejar la inflación atrás".