Reino Unido se prepara para una crisis energética sin precedentes con un simulacro de "interrupción de suministro"

  • Pondrá a prueba en septiembre su plan de emergencia por si se produce una interrupción del suministro este invierno

  • El Gobierno niega que se llegue a ese extremo, pero algunos expertos aseguran que hay un 10% de riesgo de que se produzca

  • El recibo del gas y de la luz subirá un 80% pese a que país ha conseguido su independencia energética de Rusia

La decisión del Gobierno británico llevar a cabo en simulacro de crisis energética ha sembrado la duda sobre hay riesgo de que el país se quede sin suministro este invierno. Las pruebas se producirán el 13 y 14 de septiembre y el 4 y 5 de octubre. Se llevarán a cabo durante cuatro días, en vez de los dos días habituales, hecho que ha disparado los rumores sobre la posibilidad de que el Reino Unido se quede sin suministro de energía este invierno. El objetivo de estas pruebas es poner a prueba la respuesta del gobierno y del sector ante una situación como esta. Participarán gobierno, reguladores, todos los almacenes y terminales, petroleros, transportistas y las principales compañías de energía y de infraestructuras de todo el país. El simulacro lo lidera National Grid, que es una de las principales energéticas del país.

Se centrará en la comunicación entre todos participantes, en comprobar que funcionan todas las instalaciones y en cómo informar a los ciudadanos. Pero los ciudadanos en ningún caso se verán afectados. Se probará también un potencial escenario de racionamiento de energía. El gobierno tiene un plan de emergencia sobre cómo tendría que racionar la luz y el gas en una emergencia, quiénes tendrían prioridad, qué instituciones, quiénes se encargarían de coordinar la respuesta, etc.

El simulacro se producirá después de que el regulador energético británico, Ofgem, ha anunciado un incremento del tope medio del precio de la luz y el gas en los hogares británicos del 80% a partir del próximo 1 de octubre provocando que muchos usuarios no puedan pagarlas. Lo ha subido de las 1.971 libras (2.307 euros) anuales actuales hasta las 3.549 libras (4.155 euros), que equivale a 300 libras (351 euros) mensuales, a partir de octubre. En Reino Unido el regulador fija cada seis meses el límite que pueden cobrar las eléctricas para que no abusen de los usuarios. Se trata de un precio medio. Cada usuario paga más o menos según consume.  

El regulador también ha decidido que las revisiones se realicen cada cuatro meses en vez de seis. La próxima será en enero, cuando se espera que se eleve el tope a 5.386 libras (6.306 euros) anuales, unas 550 libras (644 euros) mensuales, según las predicciones de la consultora energética Cornwall Insight, un precio que es totalmente inasumible por la mayoría de los ciudadanos.

Pero, ¿se puede quedar el Reino Unido sin suministro de gas y luz? El Gobierno asegura que no hay riesgo para el suministro y que no debe cundir el pánico. “Los hogares, las empresas y la industria pueden estar seguros de que obtendrán la electricidad y el gas que necesitan durante el invierno porque tenemos uno de los sistemas de energía más seguros y diversos del mundo -dijo un portavoz del Gobierno a ‘The Independent’-. Tenemos nuestras propias reservas de gas del Mar del Norte e importaciones constantes de socios fiables como Noruega”. Pero los expertos todavía sostienen que hay un diez por ciento de posibilidades de que durante un breve número de horas algunos consumidores se queden sin energía este invierno.

El precio de la guerra

Recientemente el Reino Unido ha confirmado su independencia energética de Rusia desde el pasado mes de junio. En 2021, el Reino Unido importaba el 4% de su gas de Rusia y el 11% de su petróleo, según la Agencia Internacional de Energía. su principal proveedor es Noruega. Sin embargo, pese a esta independencia, los precios se han disparado. Algunos expertos cuentan que el problema es que el resto de países que dependían de Rusia han ido a buscar alternativas a los mismos exportadores que proveen al Reino Unido. Desde Kiev, a dónde viajó el pasado 24 de agosto para celebrar el 31 aniversario de la independencia ucraniana de la antigua Unión Soviética, el primer ministro Boris Johnson dijo que la subida de los recibos de la luz y el gas es el precio de esta guerra. “Nosotros estamos pagando con nuestras facturas de la energía las maldades de Vladimir Putin, pero el pueblo de Ucrania está pagando con su sangre”, dijo ante el presidente ucraniano.

El Gobierno ha prometido un paquete de ayudas a los ciudadanos, pero estas ayudas únicamente afectan al 8% de los más vulnerables, a aquellos que ya reciben ayudas estatales- Pero la organización Citizen Advice avisa que el 25% de los ciudadanos, la mayoría de los cuales son solventes de clase media, no podrán llegar a fin de mes. “A pesar de las ayudas del Gobierno, nos enfrentamos a un invierno dramático y catastrófico para nuestros clientes. El próximo enero, la mitad de los hogares del Reino Unido podrían estar en la pobreza energética”, alertó Philippe Commaret, director de clientes de la energética EDF, en declaraciones a BBC Radio 4.

Tambén en declaraciones a Radio 4, el director ejecutivo de la energética Octopus Energy, Greg Jackson, dijo que si el precio de la cerveza hubiera subido tanto como el precio de la gasolina, comprar una pinta costaría 25 libras. “El problema es que los clientes no saben qué es una termia y, encima, el precio por termia ha pasado de 60 peniques a alrededor de 5 libras. Hay problemas sistémicos”, dijo. Y pidió que el regulador congelara el tope a pagar para evitar que se triplique el precio en tres meses.

Se agota el Mar del Norte

El Mar del Norte, en Escocia, aún produce el 82% y el 38% de las necesidades domésticas de petróleo y gas, respectivamente, para el Reino Unido, según la asociación Offshore Energies UK (OEUK), que representa a 400 empresas del petróleo, el gas y la energía eólica marina. Las importaciones cubren el resto, pero las fuentes de suministro del Reino Unido están bien diversificadas. Noruega es el mayor proveedor tanto de petróleo como de gas con el 22 % de las importaciones de petróleo y 55% del gas por gasoducto, seguido de EE.UU. (20 %) de petróleo y Qatar (20 % a través de gas natural licuado) de gas natural.

Sin embargo, OEUK advierte que la producción del Mar del Norte descenderá en los próximos años por falta de inversión y que cada vez el Reino Unido dependerá más de las importaciones por este motivo. La inversión en el sector del petróleo y el gas ha caído de unos 16.000 millones de libras (18.728 millones de euros) al año en 2014 a 5.500 millones de libras (6.438 millones de euros) en 2019 y una previsión de 4.000 millones de libras (4.682 millones de euros) este año. El complejo entorno regulatorio del Reino Unido y los desacuerdos políticos en torno a temas como el cambio climático y los impuestos extraordinarios son algunos de los factores que disuaden la inversión. OEUK calcula que, para 2030, sin no hay inversiones adicionales, el Reino Unido tendrá que importar alrededor del 80% de su gas 70% de su petróleo.