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Diez meses después de que sus vecinos argelinos le cerraran el grifo del hidrocarburo a través del Magreb-Europa, Marruecos ha comenzado la perforación de uno de los pozos de gas natural detectados en la concesión denominada Lalla Mimouna Sur (situada en la conocida como cuenca del Gharb, al norte de la región de Rabat-Salé-Kenitra). La ejecutora de los trabajos es la sociedad SDX Energy –una firma británica con una parte importante de sus negocios en el norte de África-, en posesión del 75% de la citada concesión. El otro 25% está en manos de la Oficina Nacional de Hidrocarburos y Minas (ONHYM), perteneciente al Estado marroquí.
Según un reciente comunicado de la firma británica, el denominado SAK-1 es el primero de los dos pozos que serán perforados a lo largo de este tercer trimestre del año con objeto de acceder al yacimiento de la formación Guebbas, que está ubicado a una profundidad de 1.108 metros. “El éxito del SAK-1 nos abrirá igualmente una nueva zona de exploración al oeste de nuestro centro de producción actual, con varias perspectivas de seguimiento ya identificadas”, explicaba SDX Energy en una nota difundida a los medios.
La concesión Lalla Mimouna Sur se extiende sobre una superficie de 857 kilómetros cuadrados, y está conectada con la de Sebou –también en manos de SDX Energy. Según las autoridades marroquíes, el encontrado en la cuenca del Gharb es, casi en su totalidad, gas seco (compuesto en un 99% por metano), por lo tanto, adecuado para su explotación.
La firma con sede en la capital del Reino Unido prevé abrir otros tres pozos en Marruecos entre el cuarto trimestre de 2022 y el primero del año que viene. En total, la asociación SDX Energy-ONHYM ha permitido perforar 22 pozos; en 16 de los cuales había gas natural, y 14 de los mismos han sido conectados ya a la red de gasoductos del país, según precisó en abril pasado la directora general de la ONHYM, Amina Benkhadra.
La compañía cuenta con el 75% de la única red privada de gasoductos de Marruecos y está en posesión de cuatro concesiones en Marruecos, todas en el norte del país: Sebou, Gharb Centro, Lalla Mimouna Sur y Moulay Bouchta Oeste. Fue en 2020 –las tareas de prospección habían comenzado en 2017- cuando la firma descubrió que los pozos OYF-2 y BMK-1 –pertenecientes a la concesión Sebou- contenían cantidades comerciales de gas natural superiores a las estimadas inicialmente.
Aunque el Gobierno marroquí ha tenido que recurrir a la adquisición de gas natural en los mercados internacionales –como consecuencia de la determinación adoptada por el régimen argelino, que rompió relaciones con Rabat hace ahora un año- y ha empezado a transportarlo a través del gasoducto que conecta Marruecos con la Península, el año 2022 ha sido prolijo en alentadoras noticias para el sector en el país magrebí.
Los anuncios sobre hallazgos de gas natural y los trabajos de perforación de pozos se han sucedido en los últimos meses, aunque se trata de bolsas, por lo general, de pequeño tamaño. No acabarán con el problema a corto plazo de la administración marroquí –en medio de una crisis energética mundial- pero sí confirman la determinación de Rabat de aprovechar, de la mano –fundamentalmente- de socios anglosajones toda oportunidad de explotar los recursos en hidrocarburos existentes en su territorio.
A comienzos de año, en enero, Marruecos confirmaba el descubrimiento de una importante bolsa de gas natural de “alta calidad” a la altura de las costas de Larache, no lejos de donde SDX trabaja en la extracción del hidrocarburo. Concretamente, se los pozos ‘Anchois 1’ y ‘Anchois 2’, que la firma –también- británica encargada de los trabajos, Chariot Oil & Gas, calificaba como “de gran calidad”. Según los responsables de la compañía inglesa, las primeras evaluaciones avanzaban que la capa neta de gas hallado superaba los 100 metros repartidos en seis zonas.
La extracción forma parte de la licencia Lixus Offshore, propiedad en un 75% de la citada Chariot Oil & Gas y en un 25% detentado por la Oficina Nacional de Hidrocarburos y Minas de Marruecos (ONHYM). Los pozos ‘Anchois’ habían sido descubiertos en 2009 por Gas Natural, Repsol y Dana, aunque Marruecos acabaría concediendo a la firma británica los permisos de prospección una década más tarde. Las autoridades marroquíes aseguraban en enero que la producción de gas en estos yacimientos del norte del país comenzaría a finales de 2024.
No sólo en el norte están puestas las esperanzas de Marruecos; también en el sur, como lo manifiestan las intensas operaciones de exploración llevadas a cabo en la cuenca de Esauira (yacimiento de Meskala) hasta el descubrimiento en 2014 de una importante bolsa de gas. El hallazgo probablemente más importante, según las autoridades marroquíes, hecho hasta la fecha. Por el momento se han perforado ya 11 pozos. La producción anual es de 30 millones de metros cúbicos de gas natural y de 3.500 toneladas de gas condensado.
Además, otra firma británica, Sound Energy, firmó a finales de noviembre del año pasado un acuerdo con la Oficina Nacional de Electricidad y Agua Potable de Marruecos para producir, procesar y entregar hasta 350 millones de metros cúbicos de gas natural al año en el yacimiento de Tendrara, ubicado en la región Oriental cerca de la frontera con Argelia. Según la Dirección de la ONHYM, la sociedad londinense ha perforado desde 2016 cinco pozos, que dieron lugar, a su vez, a dos descubrimientos de gas natural. Ello le permitió obtener la licenciad de explotación Tendrara en agosto de 2018.
Por otra parte, la sociedad estadounidense ConocoPhillips cuenta desde junio de 2020 con una licencia para la exploración de gas en el norte de Marruecos. Asimismo, la estadounidense Hunt Oil tiene previsto llevar a cabo la perforación de un pozo en la cuenca de Mogador, costa de Esauira, tras la firma con el Estado marroquí de un acuerdo en 2019. Más al sur, el gigante petrolero italiano ENI y Qatar Petroleum harán lo propio en dos pozos en Tarfaya. La también británica Europa Oil & Gas perforará también un pozo en la concesión de Inezgane, en las costas de Agadir.
Marruecos presume, en fin, del descubrimiento de un total de 40 pozos con gas en el conjunto de los últimos 22 años. Espera la administración del país magrebí llevar a cabo con sus socios la perforación de 27 pozos en el horizonte de 2024. El pasado verano las autoridades marroquíes –que estiman que la demanda doméstica del hidrocarburo se habrá triplicado en 2040- anunciaron un plan nacional para el desarrollo del mercado del gas que ofrece atractivas ventajas fiscales a las empresas extranjeras.
Como otras veces, las autoridades argelinas –siempre mirando de reojo, como las marroquíes miran de reojo a cualquier anuncio en materia energética hecho desde Marruecos- anunciaban pocas fechas después del anuncio del arranque de las extracciones de gas en el norte de Marruecos un gran descubrimiento de crudo. A finales de junio habían hecho lo propio con otra bolsa de gas.
Sonatrach, el gigante estatal argelino de la energía, anunciaba a comienzos de la semana el hallazgo de crudo en la wilaya o región de Adrar, en el centro del país. “Sonatrach ha anunciado el resultado positivo de la perforación Hassi Iillatou EST-1 (LTE-1) en la concesión Sbaa, región de Adrar. (…) El descubrimiento se produce 28 años después de la última vez que se encontró petróleo en la región de Sbaa en 1994. [El yacimiento] está situado a seis kilómetros del centro de tratamiento de Hassi Illatou”, consta en un comunicado de la compañía pública.
De acuerdo con el gigante energético argelino, la estimación inicial del yacimiento se sitúa entre los 48 y los 150 millones de barriles. “Este resultado positivo nos anima a seguir explorando hidrocarburos líquidos en la región de Sbaa con el fin de garantizar el aprovisionamiento de la refinería de Adrar”, concluye la nota emitida por Sonatrach.
Además, a finales de junio, el gigante argelino anunciaba el descubrimiento de una nueva bolsa “considerable” de gas condensado en el yacimiento de Hassi R’mel, uno de los mayores del mundo y el principal de Argelia. Las reservas en el citado depósito se sitúan entre los 100.000 y los 340.000 millones de metros cúbicos de gas condensado.