El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha divulgado el informe con el que el FBI reclamó acceder a la mansión del expresidente Donald Trump en Mar-a-Lago (Florida), donde la agencia federal de seguridad esperaba encontrar documentos clasificados.
El documento, de 36 páginas, recoge una batería de argumentos con los que el FBI justificó la necesidad de allanar por primera vez la residencia de un antiguo presidente de Estados Unidos. Parte del texto está oculto, según el Gobierno para proteger a testigos citados en las pesquisas.
El FBI sitúa el origen de las sospechas en los documentos "altamente clasificados" descubiertos a principios de año en la vivienda de Trump por los Archivos Nacionales, responsables de custodiar material histórico. Los agentes descubrieron 184 documentos únicos y con marcas expresas de que se trataba de información secreta, 25 de ellos con el sello de 'top secret'.
La difusión del contenido, advierte el FBI, podría haber expuesto activos clandestinos de los servicios de Inteligencia y tácticas de recopilación de información en el extranjero, según recoge la cadena CNN.
Los investigadores dieron por hecho que, si registraban la mansión, encontrarían más documentos teóricamente protegidos, como finalmente ocurrió. El FBI se incautó durante el registro de once lotes de materiales clasificados, lo que venía a confirmar sus sospechas.
Temían también que Trump estuviese incurriendo en un delito de obstrucción a la Justicia, tal como plantearon en sus alegatos ante el juez.
Trump se ha apresurado a defenderse ante lo que ha descrito como "una treta total de relaciones públicas" por parte del FBI y el Departamento de Justicia. En este sentido, ha señalado que el texto está "muy manipulado" y ha defendido su supuesta voluntad de colaborar, al menos con la primera entrega voluntaria de documentos.
"No hice nada malo", ha afirmado Trump en su perfil de Truth Social, desde donde también ha señalado al juez del caso, Bruce Reinhart, recriminándole que firmase la orden de registro reclamada por el FBI, según la cadena CNN.
El actual presidente, Joe Biden, ha evitado especular sobre los posibles riesgos para la seguridad nacional derivados del hecho de que Trump tuviese información secreta en su domicilio. "Dejemos que el Departamento de Justicia lo determine. Veamos qué pasa", ha dicho en respuesta a una pregunta explícita de la prensa.
La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, ha explicado el viernes que el presidente, Joe Biden, no va a comentar la investigación que permitido el registro de la mansión de Mar-a-Lago de Trump.
"Lo que se refiere a cualquier comentario, sobre cualquier cosa relacionada con esta investigación, incluso cualquier material subyacente... creemos que no es apropiado que comentemos sobre esto", ha afirmado Jean-Pierre en una rueda de prensa a periodistas.
En este sentido, ha recalcado que Biden considera importante que el Departamento de Justicia esté investigando de forma independiente el caso, sin embargo, "son muy conscientes" por lo que se abstienen de "compartir" información relativa a posibles cambios de la Casa Blanca y sus procedimientos para el manejo de información protegida.