El próximo 31 de agosto se cumplen 25 años de la muerte de la princesa Diana de Gales en un accidente de tráfico en París, la capital de Francia. En aquel suceso también fallecieron su acompañante, Dodi Al-Fayed, y el chófer de este, Henri Paul. El único superviviente de la tragedia fue el guardaespaldas de Lady Di, Trevor Rees-Jones, que ahora, después de luchar mucho por rehacer su vida, es el jefe de seguridad de la compañía AstraZeneca en Reino Unido.
Rees-Jones, de 54 años, se alejó de todos los focos y ha sido visto recientemente por primera vez en cinco años durante un viaje con su familia. Reside junto a su esposa y sus dos hijos en su ciudad natal, Oswestry, en el condado de Shropshire (Inglaterra), en una vivienda de un valor de casi 600.000 euros -que adquirió hace cuatro años-. Todavía le quedan marcas en el rostro del accidente de 1997.
El guardaespaldas de la princesa estuvo luchando por su vida tras el accidente. Tenía 29 años. A pesar de salvarse por el airbag, sufrió graves lesiones en la cabeza y el pecho, pasó 10 días en coma inducido y los cirujanos le reconstruyeron la cara con 150 piezas de titanio a partir de una foto antigua de él. Pasó meses hospitalizado. Después, el también exparacaidista, que se casó dos veces, sufrió amnesia "profunda" y solo podía comunicarse susurrando y escribiendo, según recoge 'Daily Mail'. No obstante, a pesar de no poder hablar al principio, al año volvió a jugar al rugby, como le había prometido un cirujano francés, según recuerda en su biografía.
Tras la tragedia vivida, regresó a la ciudad en la que reside actualmente y trabajó durante un tiempo en una tienda de deportes. Posteriormente, desempeñó un cargo en Naciones Unidas y terminó como empleado de la compañía petrolera Halliburton, donde generó una gran fortuna como jefe de seguridad de la empresa estadounidense durante la guerra de Irak. Después, firmó por AstraZeneca, la empresa que genera vacunas contra la covid de la Universidad de Oxford.
"Su vida es tranquila y sin incidentes ahora. Ciertamente no corteja la publicidad ni habla mucho al respecto. Ha intentado seguir con su vida", señalan desde su entorno, según medios locales. Después del terrible suceso, Rees-Jones dijo que prácticamente no recordaba nada de lo que había sucedido y que lo último que le venía a la mente era subirse a un Mercedes que lo esperaba afuera del Hotel Ritz de París.
"Quería saber qué pasó. Soy la única persona que puede decirle a la gente de verdad y no puedo recordar", dijo respecto a las teorías conspirativas sobre la muerte de Lady Di en una entrevista poco antes de que se publicara su biografía, 'The Bodyguard's Story', en el año 2000. Rees-Jones viajaba en la parte trasera del vehículo en el momento del accidente. El revuelo mediático que se generó a partir de el suceso le hizo refugiarse en su familia. Deseaba "seguir adelante" y dejar atrás el triste capítulo que marcó su vida.