Italia atraviesa esta semana otra nueva alerta climática. Esta vez por altas temperaturas, que pueden llegar en el sur a 43º acompañadas por tormentas en el centro norte con muchos rayos y fuertes ráfagas de viento. Este verano, que llegó caluroso batiendo récords de las últimas décadas ya en el mes de junio, está siendo complicado en el país transalpino. La sequía ha sido protagonista desde hace meses, la peor en 70 años que mantiene en vilo, sobre todo, al norte del país y que ha necesitado de un plan de emergencia con asistencia especial decretado por el Gobierno Draghi. A la sequía y el calor extremo, en algunos casos como estos días, se han ido añadiendo otros fenómenos derivados con un gran denominador común para los expertos: el cambio climático. Desde el desprendimiento del glaciar de los dolomitas, que se cobró 11 vidas y dejó varios desaparecidos, a tornados en el sur o vientos huracanados que se llevan todo lo que encuentran a su paso. También se registran lluvias desproporcionadas y temperaturas en las aguas mediterráneas que han llegado ya en varias ocasiones a 30 grados. El último incidente ha dejado dos muertos en Toscana, atrapados por la caída de un árbol a causa de ráfagas de viento que han superado este jueves los 140 km/h. El presidente de la región, Eugenio Giani, toma medidas de emergencia y se han tenido que cortar varias carreteras para evitar males mayores.
Fabrizio Curcio no ha parado en los últimos tres meses. Es el jefe de la Protección Civil italiana y su teléfono suena cada vez que ocurre alguna emergencia de gran alcance. Aunque es conocedor de los desastres derivados de un cambio climático que ya ha llegado, no se esperaba lo que ha vivido este verano. “Estas emergencias están poniendo el foco de la comunidad nacional sobre lo que supone el tema central de cambio climático al que son reconducibles, directa o indirectamente, todos los fenómenos extremos de estos días. Los temporales siempre han existido pero ahora son más frecuentes y cuentan con el agravante de tener que ser encuadrados en la problemática del cambio climático que ya está aquí”, dice. Acababa de volver de Stromboli, una isla volcánica cercana a Sicilia, donde en los últimos días una torrente de lodo y fango ha anegado centenares de casas, cuando ha saltado la noticia de la situación en la Toscana. Algunos de estos acontecimientos son frecuentes en esta época del año, pero no tantos y con tanta continuidad. El último informe de Ispra recuerda que el 94% de los municipios italianos están en riesgo de deslizamientos de tierra, inundaciones o erosión costera.
Pero Curcio insiste en que la lectura no se debe hacer de cada una de las noticias que estos días llenan los periódicos a modo individual. La lectura tiene que hacerse englobando todo lo que ha ocurrido estos meses de punta a punta del país. Los glaciares del norte del país que se derriten, los problemas ocasionados primero por la sequía y después por las fuertes lluvias de estos días o las ráfagas de viento de este verano son un punto de inflexión en la visión del clima y de las emergencias. Lo que ahora vemos en Italia será más común de lo que esperamos y lo ocurrido estos meses, con casi una alerta diaria, lo demuestra. “El tema del cambio climático es muy delicado. Estamos acostumbrados a afrontar una urgencia sin pensar en sus orígenes y en sus consecuencias en el futuro. Ahora afrontamos una serie de hechos, como la destrucción de los glaciares o las mayores temperaturas de este siglo que nos hablan de una evidencia. No tenemos que dejarnos llevar por el miedo, pero tenemos que ser conscientes de un comportamiento individual responsable para evitar peligros y de que se necesita un apoyo de la política para afrontar los cada vez más comunes eventos extremos”, añade.
El trabajo no solo de él como jefe, sino de toda la Protección Civil italiana es actuar sobre la emergencia pero también informar, ahora sobre todo a través de las redes sociales, de los peligros. Así se plantea la alerta naranja y amarilla de estos días que, con las debidas precauciones, no debería traer ningún otro gran problema. La información es fundamental en estos casos para evitar males mayores. “Italia, a nivel de alerta, está en este momento dividida en dos: los incendios son la gran preocupación en el sur. En la jornada del jueves había 21 focos activos que necesitaron asistencia nacional. Del otro lado, al norte, la problemática del mal tiempo con una perturbación que transita varias regiones y ha dejado las escenas terribles de ayer con un viento descontrolado”, explica Curcio.
¿Qué nos espera este otoño?
Antonello Pasini, físico, climatólogo e investigador del CNR (Consejo Nacional de la Investigación en español) alerta sobre lo ocurrido este verano y explica que estos acontecimientos son los primeros avisos de los que serán los nuevos “modelos climáticos del futuro”. “Este es sin duda un año muy particular, al margen de que el clima pueda tener una variabilidad natural lo que nos preocupa a los expertos es la tendencia que demuestran los últimos años y especialmente estos meses: más calor y menos lluvias”, añade. Pero, sobre todo, dice el Pasini, la frecuencia y la intensidad de estos fenómenos. Además concuerda con la previsión que tantos hacen estas semanas: esta podrá ser la normalidad, por ejemplo, dentro de cuarenta años. Con respecto a lo ocurrido estos días en Italia habla de “fenómenos climatológicos” que se desplazan, por ejemplo los anticiclones africanos, que se mueven a zonas donde antes no lo hacían, como el Mediterráneo, y por más tiempo. “La atmósfera sigue las leyes de la termodinámica, la comunidad científica sabía que esto iba a ocurrir. Hace varias décadas se podía dudar que el cambio climático era un problema del futuro, ahora no hay dudas de que es un problema del presente”, finaliza.
La lista de emergencias en las últimas horas no deja de ensancharse. En Venecia partes del campanario de la famosa plaza de San Marcos se han desprendido golpeando a algunos turistas pero sin tener que lamentar males mayores. En Florencia un árbol ha caído sobre una línea por la que pasaba un tranvía, una grúa que ha caído sobre dos casas en una región del norte de Italia. Todas estas imágenes generan inevitablemente alerta, aunque a medida que pasen los días los pronósticos se espera que mejoren este será recordado como un verano muy particular en Italia. El cambio climático demuestra que deberá ser central en la campaña electoral de cara a las elecciones del 25 de septiembre.