El centroderecha y la derecha italiana podrían regresar al poder según las últimas encuestas publicadas este jueves. Todos los ingredientes para el regreso al poder de la derecha italiana están ahí. En las elecciones municipales del pasado junio, las coaliciones locales formadas entre sus tres componentes -Fratelli d'Italia, la Liga y Forza Italia- ya habían registrado un fuerte impulso y, ahora, de cara a las legislativas la opción mayoritaria de los italianos parece un cambio de ciclo.
A seis semanas de las elecciones legislativas anticipadas, los sondeos anuncian una amplia victoria de la coalición de derecha, a la que atribuyen entre el 45 y el 46% de las intenciones de voto de los sondeos. Con tal resultado, la derecha podría obtener una cómoda mayoría de escaños en la Cámara de Diputados (más del 60%) según el sistema de votación mixto italiano.
Según las encuestas el partido de Giorgia Meloni, Fratelli d'Italia (FDI) podría ganar las elecciones con un 23% ó 24% de los votos, por delante del Partido Democrático de centro-izquierda. La Liga de Matteo Salvini podría recoger casi el 14% de los votos y Forza Italia del infatigable Berlusconi en torno al 9%.
De suceder lo que adelantan las encuestas, Meloni podría ser la primera mujer en ocupar el puesto de Primera Ministra de Italia. Según los términos de la coalición de partidos de derecha, la primera de las formaciones aliadas obtendrá el puesto de presidenta del Consejo de Ministros. La líder Giorgia Meloni del partido conservador Fratelli d'Italia es por tanto, la favorita para convertirse en la próxima jefa de gobierno a los 45 años. Durante las elecciones legislativas de 2018, la su partido, Hermanos de Italia solo superó ligeramente la marca del 4% de votos, por lo que su evolución ha sido espectacular. En diez años ,Meloni ha logrado reunir en torno a su formación el descontento y las aspiraciones de los italianos frustrados por las medidas de Bruselas, el alto coste de la vida y la preocupación por el futuro de sus hijos.
Meloni fue la única líder que se opuso a formar parte de los gobiernos de coalición de Draghi, en el que estuvieron el resto de partidos políticos. Draghi perdió en julio la moción de confianza del parlamento italiano y presentó su dimisión al presidente de la República Mattarella lo que ha desembocado la convocatoria electoral.