Donald Trump, expresidente de Estados Unidos no abandonó la Casa Blanca el 20 de enero de 2021 con las manos vacías. En su mudanza incluyó cajas y cajas con numerosa documentación oficial y secreta que ahora, los agentes del FBI buscan en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida. Las leyes norteamericanas obligan al presidente saliente y a toda su administración a entregar todos sus archivos y agendas. Al menos 15 cajas con documentos oficiales, algunos con el sello de 'secreto' han sido ya recuperados por los Archivos Nacionales.
No era ningún secreto que Donald Trump había abandonado la Casa Blanca cargado de numerosa documentación pública y confidencial que no debía de haberse llevado. Tampoco que Trump y su equipo eliminaron documentación arrojándola por el retrete y tirando de la cadena, asegura CNN.
Los analistas norteamericanos aseguran que la presencia del FBI en la residencia de Trump en Florida intenta comprobar si toda la documentación que Donald Trump sacó de la Casa Blanca ha sido devuelta a la Administración y si la que aún permanece en el sótano de Mar-a-Lago tiene algún tipo de clasificación.
El caos de la gestión documental de la Administración Trump ha sido objeto de varias denuncias ante los tribunales federales que han sido archivadas o rechazas por los jueces ante la falta de pruebas. Los medios de comunicación más próximos a Donal Trump y a su regreso como candidato a las elecciones presidenciales de 2024 creen que se trata de una estrategia de los Demócratas que buscan la imputación del expresidente para bloquear su candidatura, informa El País.
CNN también aporta testimonios sobre la preocupación del Departamento de Justicia sobre la seguridad que rodea las estancias en las que se almacenan los documentos que aún posee Donald Trump tras su paso por la Casa Blanca. Por el momento, parece ser que la seguridad de Mar-a-Lago se ha limitado a montar un candado en la puerta de acceso al sótano donde están guardada esta documentación oficial.
El registro de este lunes por la noche se enmarca en un proceso largo en el que el FBI ha entrevistado a ayudantes del expresidente sobre el paradero y situación de estos registros oficiales.
A favor de Donald Trump juega la necesidad que tienen los fiscales federales para demostrar que el expresidente habría violado la Ley de Registros Presidenciales de 1978 de forma "deliberada", aunque habría otras leyes que también podrían actuar en el marco de un proceso contra Trump. Se trata de normas que prohíben destruir propiedades del gobierno, y los documentos y agendas lo son, además de que Trump tiene la obligación de de proteger toda la información clasificada como confidencial que hubiese recibido durante el desempeño de su cargo.
El registro del FBI en la residencia de Donald Trump en Florida tiene una última implicación en la política estadounidense. Es una norma no escrita que 90 día antes de unas elecciones en Estados Unidos no se realicen actividades "sensibles" que puedan afectar a los candidatos. Se trata de un plazo que está a punto de iniciarse ya que para las elecciones de mitad de mandato previstas para el 8 de noviembre en las que se renovará un tercio de los 100 escaños del Senado.