Los bombardeos rusos sobre posiciones civiles en el sur de Ucrania siguen causando estragos entre la población. En las últimas horas los obuses y misiles están destruyendo Pisky, una pequeña aldea de Donetsk que ya ha cambiado de manos varias veces desde 2014 y que ahora los prorrusos quieren recuperar a toda costa.
Ucrania reconoce que los misiles recibidos de occidente le permiten golpear como nunca hasta ahora al invasor. Pero también que la superioridad de la artillería rusa sigue siendo abrumadora en el Dombás. La situación en la citada Pisky o en Avdiivka, dice Zelenski, es un infierno que no se puede describir con palabras.
Lejos ya de la zona de conflicto, el primer buque con maíz salido de Ucrania desde el inicio de la guerra ha recibido la visita de una delegación de inspectores internacionales en laguas cercanas a Estambul. Ahora continúa su travesía rumbo al Líbano.