Las amenazas cumplidas de Rusia de reducir el envío de gas a Europa ha puesto a temblar a Alemania. El canciller alemán Olaf Scholz ha instado a los ciudadanos y empresas del país ahorrar energía para enfrentar lo que augura será un dificil invierno.
El gobierno alemán propone que se restrinja el uso del aire acondicionado, solo cuando sea estrictamente necesario, así como la utilización de ascensores y que los ciudadanos compartan coches para trasladarse al trabajo.
Los amagos de Putin de usar el gas como arma para debilitar a Europa se han hecho jrealidad hoy cuando la compañía pública rusa Gazprom ha comenzado este miércoles a bombear un 20% menos de lo habitual a sus clientes europeos.
Ya Alemania llevaba semana advirtiendo a sus ciudadanos y empresas que la situación no pintaba nada bien de cara al invierno cuando millones de consumidores tengan que encender sus calefacciones.
El ministro de Economía de Los Verdes al frente, Robert Habeck ha alertado que si no disminuye la demanda "habrá que tomar decisiones difíciles", en alusión a posibles racionamientos. Algunas fábricas, ha dicho, "tendrán que cerrar" y para algunos sectores "será una catástrofe", dijo.
El político llegó a decir, que de forma personal, él ya había acortado el tiempo de sus duchas.
Los precios mayoristas del gas se han disparado desde que Rusia invadió Ucrania en febrero, con un impacto en cadena en las facturas de energía de los consumidores.
Gazprom anunció ayer que la última reducción en el suministro comenzará este miércoles debido a la "condición técnica" de una de las dos últimas turbinas operativas, una razón que Alemania y la Unión Europea rechazan.
Rusia sostiene que es un socio energético confiable y culpa a las sanciones de Occidente al Kremlin de la interrupción del suministro de gas a la UE.
Gazprom dice que el regreso retrasado, debido a las sanciones, de los equipos reparados en Canadá lo ha obligado a mantener el flujo de gas a través de Nord Stream 1 a solo el 40% de su capacidad.