Megan Hess, dueña de una funeraria de Colorado, Estados Unidos, acusada de vender ilegalmente partes de cuerpo humano y de entregar cenizas falsas a familiares, se ha declarado culpable de fraude postal en un Tribunal federal este martes.
En marzo de 2020, Hess, quien era dueña de una funeraria en Montrose, una comunidad localizada al noroeste de Denver, y su madre, Shirley Koch, fueron detenidas y acusadas de vender partes del cuerpo, falsificando firmas en formularios de consentimiento y de engañar a las familias.
La acusación del jurado aseguró que desde 2010 hasta 2018, Hess y Koch se ofrecieron a cremar los cuerpos y dar las cenizas a las familias por un precio mínimo de mil dólares, pese a que muchos de estos procedimientos nunca se llevaron a cabo.
En el año 2009, Hess creó una organización sin fines de lucro llamada Sunset Mesa Funeral Foundation, que fungía como un servicio de intermediación de donaciones de órganos, de acuerdo con las autoridades.
En decenas de ocasiones, Hess y Koch transfirieron cuerpos u órganos a terceros para su investigación sin que las familias tuvieran conocimiento de ello. Las transferencias se realizaron a través de Sunset Mesa Funeral Foundation y Donor Services, según afirmó el Departamento de Justicia.
Ambas mujeres también enviaban cadáveres y partes de cuerpo humano que dieron positivo o que pertenecían a personas que murieron a causa de enfermedades infecciosas como la hepatitis B y C y el VIH, a pesar de certificar a los compradores que los restos estaban libres de enfermedades.
En un principio, Hess, de 45 años, y su madre se habían declarado inocentes de los cargos. No obstante, el periódico Daily Sentinel de Colorado ha informado que las mujeres han aceptado su culpabilidad ante un tribunal. “Estoy asumiendo la responsabilidad”, dijo Hess ante el tribunal. “Estoy aquí para aceptar la súplica. Las familias creen que fui más allá del alcance de los formularios de consentimiento”, añadió Hess.
El fraude postal conlleva una sentencia máxima de 20 años de prisión. Existe cierta discrepancia entre los cálculos de sentencia realizados por la acusación, que estimó que Hess debería cumplir entre 151 y 188 meses de prisión, y la defensa, que estimó que debería cumplir entre 21 y 27 meses. “Al menos uno de estos cálculos de sentencia es inherentemente no va a ser correcto”, dijo el juez Gordon Gallagher. En cuanto a Koch, tiene programada una audiencia de cambio de declaración el 12 de julio.