Desde que empezó la guerra en Ucrania, las informaciones sobre Vladímir Putin no dejan de salir a la luz. Cada día crece la incertidumbre sobre su estado de salud y ahora se cree además que desde su propio país se podría estar preparando un golpe de Estado interno para derrocarle. Frente a todas las especulaciones, Putin siempre se muestra dispuesto a seguir adelante, una actitud que ya tenía cuando era niño, según cuenta un compañero de colegio.
Vladímir Putin nació el 7 de octubre de 1952 en el distrito Dzerzhinsky, en Leningrado. Su vida fue un claro acto de superviviencia desde el primer momento: uno de cada 50 recién nacidos moría antes de salir del hospital, pero él consiguió sobrevivir.
El mandatario ruso tenía dos hermanos que fallecieron a muy corta edad, Albert y Viktor. Por ello, su madre María desarrolló un carácter obsesivamente protector con Vladímir Putin.
Ya en el colegio, a pesar de que no era ni un niño excesivamente grande o fuerte, no tenía miedo en pelear con cualquiera que se le pusiera delante. Según relata uno de sus compañeros, Viktor Borisenko, "si algún tipo corpulento lo ofendía, saltaba directamente hacia él, lo arañaba, lo mordía, le arrancaba mechones de cabello..."
Viktor y Vladímir fueron juntos al colegio en el distrito Dzerzhinsky de Leningrado. Allí Putin ya demostró que no tenía miedo a nada ni nadie: "En una pelea podía pelearse con cualquiera cualquiera porque obtenía entrar en un frenesí y luchar hasta el final".
Cuando Putin de niño se enfadaba, tardaba un tiempo en poder calmarse: "Parecía que se empezaba a sentir mejor, que ya había pasado todo, y se volvía a encender y empezaba a expresar su indignación. Lo hacía varias veces seguidas", narra este compañero.
Una actitud que confirma una profesora del mandatario Tamara Chizova, quien describió al político como un niño "astuto y desorganizado que definitivamente causaría problemas", según recoge The Times.