El actor Ryan Grantham se ha declarado culpable del asesinato de su madre, Barbara Waite, quien estaba enferma de cáncer. La víctima, de 64 años, recibió un disparo en la nuca en 2020 mientras tocaba el piano en su domicilio de Squamish, localidad de la provincia canadiense de Columbia Británica. El intérprete, conocido por la serie Riverdale, confesó durante la audiencia quién hubiese sido su segunda víctima.

El tribunal escuchó cómo el actor admitía haber ensayado el crimen. De hecho, reconoció haber grabado vídeos durante los momentos posteriores. Corona Michaela Donnelly, fiscal del caso, detalló que el joven, de 24 años, "puso la mira en la parte posterior de la cabeza de su madre, cerró los ojos y apretó el gatillo".

A continuación, Grantham fue en busca de una segunda víctima mortal. Armado con tres pistolas, municiones, cócteles molotov, artículos para acampar y un mapa con direcciones, condujo hacia el este del país con la idea de acabar con la vida del primer ministro, Justin Trudeau.

Además, ofreció un insólito motivo para justificar el asesinato a sangre fría de su madre. "No quería que ella viera el acto de violencia que iba a cometer", señaló sobre sus intenciones de matar al mandatario canadiense, de 50 años, que está en el Gobierno desde 2015.

Según la reconstrucción llevada a cabo por la CBC, Grantham se fue de Squamish el día después del homicidio de su madre con su cuerpo en el interior del vehículo. Antes de dejar la escena del crimen, probó una de las bombas explosivas que tenía a disposición. Después realizó un largo viaje, conduciendo durante unas 50 horas.

Grantham llegó hasta el condado de Hope, donde se detuvo para pensar. Fue entonces cuando decidió no continuar con su "misión". Esa misma noche se entregó a la Policía de Vancouver. Las autoridades le notificaron que podrían llegar a encontrarlo culpable por asesinato en segundo grado y condenarle a cadena perpetua.

Durante la mencionada audiencia, la fiscal Donnelly presentó dos informes psiquiátricos sobre el estado mental del joven, que dio vida a Jeffrey Augustine en Riverdale. Ambos estudios coincidieron en que Grantham se encontraba pasando por un periodo intenso de depresión clínica.

Se consideró la posibilidad de que el joven haya experimentado impulsos de cometer actos violentos previos al homicidio, junto con constantes pensamientos suicidas. También se identificó un posible trastorno como consecuencia de un excesivo consumo de marihuana.

Donnelly reiteró que lo cometido por Grantham no fue más que un "abuso de confianza desgarrador" ya que "se trataba de una madre que amaba mucho a su hijo y que no tenía motivos para tenerle miedo".

"No puedo explicar ni justificar mis acciones. No tengo excusa. Me duele pensar en lo mucho que desperdicie mi vida. Frente a algo tan horrible, pedir perdón parece tan inútil. Pero desde cada fibra de mi ser, lo siento. Algún día, si alguna vez salgo de prisión, espero continuar en este camino de mejorarme", aseguró el acusado.

La magistrada Kathleen Ker ha aplazado el veredicto final para una próxima fecha. Mientras tanto, su defensa intenta buscar una reducción de la condena.