Un juez de Luisiana, Estados Unidos, ordena a una mujer, Crysta Abelseth, que se quedó embarazada tras ser violada que entregue a su hija al agresor. Además, le obliga a pagar una pensión alimentaria al hombre así como a hacerse cargo de los gastos del juicio.
La joven fue violada cuando tenía 16 años. El agresor, John Barnes, le doblaba la edad, tenía 30. Ambos se conocieron en una fiesta y él prometió que la llevaría a casa. Pero no fue así. “En lugar de llevarme a casa, me llevó a su casa”, confiesa la víctima. “Una vez dentro, me violó en el sofá".
Esa noche la joven se quedó embarazada a causa de la agresión. A pesar de que era adolescente, decidió seguir adelante y ser madre. Eso sí, nunca confesó quien era el padre de la niña: "Todos asumieron que era de un novio y les dejé que lo creyeran", recuerda.
Pero el agresor regresó a la vida de la víctima cinco años después. Pensando que la niña podría ser suya, reclamó sus derechos como padre a costa de los de la madre. Pretendía demostrar su paternidad mediante una prueba de ADN y quitarle la custodia a Crystal.
La juez decidió darle la custodia compartida a ambos. Y la víctima no tardó en recurrir y confesar haber sufrido una violación por parte del padre de su hija cuando solo era una adolescente. Una revelación que lejos de alejar a la niña del violador, le acercó más, pues el juez le quitó la custodia por completo a Crystal entregándosela al padre, por las acusaciones registradas en su teléfono móvil, según New York Post.
Crystal ha denunciado la situación ante los medios de comunicación y espera poder recuperar cuanto antes a su hija, pero, sobre todo, alejarla de su agresor.