En medio de ese horror de la guerra, que deja imágenes de bebés visitando tumbas de sus padres, parte de los ucranianos tratan de normalizar su vida y seguir adelante. Desde hace unos días, muchos jóvenes están celebrando sus graduaciones sin olvidar la realidad que está viviendo su país y reivindicando la paz.
Sus fotos, sus bailes, todo lo celebran frente a las ruinas de muchos de los colegios, destruidos por las bombas.
Como este grupo que tenía todo organizado. El vestido de graduación, el baile. La guerra destrozó su instituto, pero Valerie y sus amigos siguieron con sus planes. Soldados ucranianos custodian la escena.
Como ellos los chicos de otra clase con las ruinas como telón de fondo y sus padres grabando el momento porque, pese a todo, la vida en Ucrania, continúa. Conmueve verlos posar como si nada, ante un colegio en ruinas o encima de un tanque, para el álbum de fin de curso.
Stanislav Senyk, fotógrafo ucraniano reconoce que "ya no se impresionan por las ruinas. Es como si ya lo hubieran asumido y se hubieran hecho aún más fuertes. Pensé que era importante capturarlo en la memoria, y que dentro de 10-15 años puedan enseñárselas a sus propios hijos"
Unas fotos que ahora quieren subastar y dedicar todo el dinero que obtengan a reconstruir su país.